El 2 de diciembre de 1973 era asesinado el Presidente del Gobierno de España, Almirante don Luis Carrero Blanco. Se cumplen 42 años de un hecho olvidado por la memoria histórica porque a buen seguro tuvo como responsables intelectuales a ocultos y silenciosos personajes que resucitaron tras el magnicidio. Su susurro al oído, su cobarde indicación, estaba tras el crimen. Bien les vino y bien lo sabían.
El asesinato, también el procedimiento llevado a cabo, dejó asombrado al mundo entero. A la tragedia de la atrocidad cometida se le unió el esperpéntico espectáculo de un enorme vehículo desaparecido hasta encontrarlo en el interior del edificio de la Iglesia en la que minutos antes había estado el Presidente oyendo misa.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraNadie daba crédito. ¿Una acción ejecutada con resultados que requerían gran conocimiento técnico, o sus efectos, fueron fruto de la casualidad de unos inexpertos? La noticia dio la vuelta al mundo.
Empezaba la proyección internacional de la ETA. Ni ellos mismos se lo podían creer. ¿Quién cometió aquel magnicidio? Las especulaciones llegan hasta nuestros días. Las historias se mezclan con la historia y los intereses por mantener el silencio continúan. Ni un papel desclasificado.
No voy a repetir las hipótesis ya conocidas por todos ustedes y narradas de forma repetitiva en cientos de libros y artículos. Simplemente pretendo aportar nuevos datos que sirvan para enjuiciar aquel terrible asesinato y sobre todo conocer alguna de las informaciones trascendentales que se tenían y que podían haber evitado, o al menos hacerlo más difícil, aquella tragedia y quizá alguna más. Y lo haré siguiendo, como en el artículo anterior, los informes de la Operación Doble E.
En noviembre de 1972 muere el cónsul francés en Zaragoza, M. Roger Tur, como consecuencia de las heridas sufridas en el asalto al Consulado de dicha ciudad. La información que se recibe de los agentes de Doble E es que los autores del hecho no pertenecen ni tiene relación con la organización separatista (sic) vasca ETA, pero sí constituyen un comando extremista, dependiente del Partido Comunista, fracción marxista-leninista.
Este comando está dirigido por el PC desde Toulouse. Parece ser una venganza por las medidas adoptadas por las autoridades francesas contra la ETA. No se pretendía la muerte del cónsul, simplemente amenazarle, pero la inexperiencia de los asaltantes y su nerviosismo provocó este desenlace.
Los informadores aseguran que M. Roger Tur estaba en conexión con los servicios de información norteamericanos, a los que facilitaba noticias, habiéndose confirmado que trabajaba para la CIA. Camuflaba estas relaciones bajo la apariencia de proporcionar detalles de productos relacionados con y para fábricas de tabaco.
Aparece la CIA aquí y junto a otro informe que asegura que los servicios secretos franceses investigan el posible tráfico clandestino de armas a través de España hacia Francia por Algeciras y que las armas pueden proceder de la base de Rota de cuyo personal dicen los servicios secretos franceses tener absoluta desconfianza.
Saquen ustedes sus propias consecuencias.
Suspendida la Operación Doble E, las relaciones con el coronel y los informadores continúan de manera correcta pero con la frialdad de una relación rota. Saben que la ruptura viene de niveles que ellos ni controlan ni conocen.
El 17 de diciembre llega una definitiva y preocupante información: la entrada en España de comandos de ETA-ENBATA con fines terroristas. Son cinco comandos que han cruzado la frontera por Dancharinea (Navarra) y las zonas de Roca Pinet, Port Negre y Pla de Llosas, del Principado de Andorra.
Se distribuyen en Cataluña, Levante, Sevilla. Algeciras y Madrid.
La Operación Navidades Negras diseñada por ETA incluía secuestros y acciones subversivas para obligar al Gobierno español a liberar a presos de Eta
Poco después llega una información definitiva, una de las claves difícil de entender pero que nos sobrecoge a todos y nos deja sumidos en una enorme incertidumbre y desasosiego. La información llega el día 17 de diciembre de 1972. En una reunión celebrada el día 15 de este mes entre miembros directivos de ETA-ENBATA con elementos de la dirección del PC de Toulouse se acordó llevar a cabo en distintos puntos de España una operación denominada Navidades Negras o Turrón Negro, en la que se incluyen secuestros, acciones subversivas y violentas. Pretendían forzar al Gobierno a poner en libertad a los presos de ETA en una acción conjunta de ETA y el Partido Comunista de Toulouse.
Como medio más eficaz se estimaba la realización de secuestros de personalidades de gran relieve dentro del régimen franquista, saliendo a relucir en las discusiones el Príncipe Juan Carlos, el Vicepresidente del Gobierno, el Director General de la Guardia Civil y otros. Las discusiones derivaron hacia los familiares de éstos debido a la protección que se suponía llevaban los altos cargos. Así se acordó.
El Almirante Carrero Blanco lo supo. La comunicación se la hizo el director general de la Guardia Civil, Carlos Iniesta Cano, como demuestra Javier Tusell en su libro Carrero. La eminencia gris del régimen de Franco. Reproduce también uno de los muchos documentos de la Operación Doble E, este del que les hablo, aunque el informe consta de más de cien documentos. ¿Dónde estaba el resto? ¿Quién los conocía?
Todo quedaba en manos de la Guardia Civil, concretamente en las de su director general, teniente general Carlos Iniesta Cano, nombrado para el cargo en enero de 1972 donde permaneció hasta su pase a la reserva en mayo de 1974.
Antes de hacerse cargo de la dirección de la Guardia Civil, Iniesta había estado en Argelia como embajador. También es reseñable el hecho de que fue agregado militar de la Embajada española en Washington entre 1949 y 1955. La Operación Doble E da comienzo justo en el momento de hacerse cargo de la Dirección General de la Guardia Civil.
Todo quedaba en manos de la Guardia civil, cuyo Jefe de Estado Mayor era sáenz de Santamaría del que luego se sospechó que participó en la guerra sucia de los GAL
El Jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil en aquellos momentos era el entonces coronel Sáenz de Santa María que más tarde sería su director general y del que se especuló sobre su conocimiento y participación en la guerra sucia de los GAL. Es famosa su ‘no declaración en el Congreso’, solicitada a puerta cerrada, sobre aquellos hechos.
En una entrevista concedida a El País (24-II-1995) contestó a la pregunta:
- ¿Alguna vez recurrió en aquella época a la guerra sucia?
- Le responderé con una máxima: En la lucha contraterrorista hay cosas que no se deben hacer. Si se hacen no se deben decir. Si se dicen, hay que negarlas. Creo que he contestado.
Había contestado. Sabía de lo que hablaba.
Sin duda desde aquel mes de enero de 1972 hubo altos cargos muy bien informados sobre todo lo que ocurría en el entorno de ETA y del PC de Toulouse. Eran los que recibían los informes y manejaban los hilos de la Operación Doble E, los mismos que en un momento crucial dieron al traste con ella. ¿Por qué? Nunca lo sabremos.
El presidente de la nación española, el Almirante Luis Carrero Blanco fue asesinado un año después de haberse anunciado el interés de ETA y el PC de atentar contra él o su familia. Había sido sentenciado en Toulouse en octubre de 1972.
La CIA, la ETA, el Partido Comunista de Toulouse… Quién sabe.
No hay duda de que la mano ejecutora fue la ETA, que la información vino de una serie de personajes, todos ellos conocidos miembros del Partido Comunista.
Una serie de errores acabaron con la vida de Carrero Blanco, ETA fue la ejecutora y el PC el responsable intelectual
Dudo de complejas maniobras y mi experiencia dice que cuando buscas las razones de algún hecho ocurrido, lo más sencillo es lo que nunca se contempla y suele ser lo que ha sucedido. Una serie de errores, esperemos que ninguno mal intencionado, la rutina del día a día y la irresponsabilidad de algunos, acabaron con la vida del Almirante.
La ETA como ejecutora y el PC con sede en Toulouse como informador y responsable intelectual. ¿Alguien más? Creo haberles proporcionado datos suficientes para meditar y obtener conclusiones. Se ve con claridad que también hubo culpables por omisión.
¿Quién ordenó iniciar la Operación Doble E? ¿Quién y por qué se anuló en el momento decisivo? ¿Por qué no se tomaron las medidas de seguridad adecuadas con el Almirante Carrero Blanco en función de la información que se recibía? Es conocido que las medidas de seguridad con el Príncipe Juan Carlos y su familia se extremaron al máximo.
Sabemos que en el año 1974 el Ejército desplegó en el Pirineo Vasco-Navarro en la llamada Operación Iruña para impermeabilizar la frontera con Francia. La infiltración y la posible acción en fuerza en alguna localidad de partidas armadas de terroristas fueron contempladas.
España estaba conmocionada. ETA seguía asesinando.
Nunca supimos lo suficiente ni Francia cumplió con su deber de informar y colaborar.
La Operación Doble E fue un proyecto sin ejecutar pero la información obtenida no fue explotada adecuadamente. Queda una incógnita grave, saber porqué aquellos informes quedaron en los cajones de algún mando y no se activaron las medidas más elementales de seguridad.
Mientras muchos se jugaban la vida en cada esquina, mientras daban lo mejor de ellos, otros con su trabajo se dormían en los laureles.
¿Por qué no se dio la adecuada protección al Presidente del Gobierno?
¿Quién asesinó a Carrero Blanco?
Si me preguntan mi opinión les diré que los ejecutores fueron las alimañas asesinas de la ETA y que desde el Partido Comunista de Toulouse contemplaron la escena con la cobarde satisfacción del asesino que ha logrado su objetivo.
Algunos aluden al misterio de aquella frase de Franco: «No hay mal que por bien no venga». No había tal misterio sino interpretaciones hechas con maldad o simplemente para rellenar líneas, pero todas erróneas. Franco solo quiso hacer frente a la situación infundiendo ánimo a una Nación que se enfrentaba a un grave problema, el de la incertidumbre del futuro.
El pueblo español supo reaccionar con calma y sufrir con enorme dolor e indignación más y más muertes inocentes. No hay mal que por bien no venga solo era una frase de ánimo hacia el futuro.
Por ahora, lo que nos queda, es el horror y el dolor de tanto asesinato cometido por la ETA, una herencia genética que algún día se borrará pero no mientras se permita su justificación o que los que los justifican ocupen puestos en la administración.