Albert Rivera vivió una campaña marcada por la euforia y completamente disparado en las encuestas. Tanto que desde Ciudadanos comenzaban a vislumbrar al político catalán como el gran rival de Mariano Rajoy soñando incluso en ser la primera fuerza política y futuro presidente.
Sin embargo, Ciudadanos ha sido la gran decepción de la noche a pesar de que ha conseguido un gran resultado, al lograr 40 escaños. Sin embargo, Rivera esperaba más, mucho más, y finalmente ha sido cuarta fuerza y aunque su papel será importante, no lo será tanto como él se esperaba.
De los cuatro grandes partidos ha sido el que se ha quedado más descolgado y el que, según las encuestas de la campaña, mayor descalabro se ha dado (las encuestas le daban entre los 70-80 escaños).
El miedo y Podemos cortan las alas a Rivera
Dos son los factores principales que explican el por qué Ciudadanos no ha despegado tanto como esperaba. Por un lado, la campaña del miedo del Partido Popular ha logrado en la última semana frenar la sangría de votos que se estaban dirigiendo a Albert Rivera.
La estrategia de Mariano Rajoy ha pasado por alertar de la llegada de un Frente Popular de la extrema izquierda en el que Ciudadanos podría o participar o ser inútil ante el enviste de Iglesias y compañía. De este modo, ha presentado al PP como la única solución ante esta tesitura y le ha servido para frenar a Iglesias.
Por otro lado, la remontada de Podemos también les ha afectado sobremanera. El resultado de Pablo Iglesias es similar al que daban las encuestas a Albert Rivera. En este sentido, el arreón final de la formación morada ha devuelto a la tierra al líder catalán.
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