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Sánchez, atrapado entre el inmovilismo de Rajoy y el extremismo de Iglesias

Montaje Mariano Rajoy, Pedro Sanchez y Pablo Iglesias

Montaje Mariano Rajoy, Pedro Sanchez y Pablo Iglesias / Actuall

Es probable que el martes haya sido el mejor día en la vida de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE anunció -sin disimular su alegría- que el Rey le ha encomendado la misión de formar Gobierno. A pesar de su optimismo, no parece fácil que pueda reunir los apoyos necesarios durante el mes que se ha dado de plazo.

Rajoy no apoyará su investidura. El líder del PP mantiene el discurso de que su partido, al ser el más votado, es el que debería gobernar. Si de momento ha rechazado someterse a la investidura es porque no tiene el apoyo necesario de la Cámara y, también hay que decirlo, porque lo que en realidad desea es que se repitan las elecciones. El presidente del Gobierno en funciones, como Iglesias, está convencido de que subiría en unos nuevos comicios.

Mientras tanto, no está dispuesto a que el Partido Popular se abstenga en una hipotética votación para investir a Pedro Sánchez de presidente. ¿Ni siquiera en un gobierno con Ciudadanos que evitaría la llegada al poder de Podemos? De momento, nada hace suponerlo.

Necesita convencer a Iglesias de la inclusión de Rivera. Seguramente sea lo más complicado que Sánchez tiene por delante: tratar de convencer a Pablo Iglesias de un gobierno tripartito con Ciudadanos o bien uno bipartito con Rivera que cuente con la abstención de Podemos. Cualquiera de estas opciones desbloquearía la situación, pero la formación de extrema izquierda ya ha dicho que la única opción de gobierno que contempla es la de un Frente Popular formado por PSOE, IU y el apoyo de independentismo.

La encrucijada está servida: Rajoy no apoyará la investidura de Sánchez, e Iglesias exige al PSOE unas condiciones altísimas para pactar ¿La solución? Ni siquiera le vale la ayuda de C’s

Sánchez no tiene el respaldo de su Comité Federal. El lío interno en el PSOE no es nuevo, pero se ha agravado desde las elecciones generales del 20 de diciembre. El fin de semana pasado la mayoría de los barones socialistas -especialmente Susana Díaz- le dejaron claro que no querían saber absolutamente nada de un pacto con Podemos o con partidos independentistas.

Por momentos, el secretario general parecía atado de manos, pero se sacó un as de la manga: consultará a las bases sobre cualquier pacto de gobierno. Muchos vieron en esta jugada una ‘podemización’ del PSOE o sencillamente una estrategia para puentear la voluntad del Comité Federal.

Albert Rivera, el más predispuesto. Es la negociación que se antoja más sencilla. Si hay alguien dispuesto a escuchar y pactar con Sánchez es Albert Rivera. El líder de Ciudadanos ya ha tendido la mano al PSOE para tratar de cerrar un acuerdo de estabilidad.

Pablo Iglesias, entre la mofa y el ninguneo. Las últimas intervenciones de Pablo Iglesias han sido, cuanto menos, hostiles a Pedro Sánchez, al que ha ninguneado a su antojo como si hubiera sacado menos votos que Podemos. La ‘oferta’ de Gobierno que Iglesias hizo a Sánchez fue de tal arrogancia que ya repartía las carteras ministeriales. Por supuesto, el líder podemita reclamaba la vicepresidencia, así como las carteras de Interior o Defensa, algo que no casa con su discurso de la «emergencia social» que, a su juicio, padece España.

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