Cruda realidad/ La izquierda siempre aspira a volver al Año Cero

    Se dirá que la Historia no hay quien la cambie, pero para unos tipos que son capaces de reescribir la biología no van a tener demasiado problema con personajes que no van a salir de la tumba a contradecirles.

    0
    Estatua del general confederado Robert E. Lee
    Estatua del general confederado Robert E. Lee en Charlotesville (Virginia)

    España sigue siendo pionera. Este verano ha sido en Estados Unidos el de la Memoria Histórica, que, como sabemos aquí, es una iniciativa oficial para reescribir la historia de modo que se expurguen de ella todas las referencias positivas o tibias a los oficialmente malos y todas las apostillas negativas a los oficialmente buenos.

    Es el caso que si aquí no ven el momento de volar el Valle de Los Caídos -y la cruz, sobre todo la cruz-, al otro lado del Atlántico están venga a tirar estatuas. Primero, de generales confederados, es decir, los perdedores de su Guerra Civil.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

    Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

    Suscríbete ahora

    Da igual que el General Lee no tuviera esclavos y su contrincante en el Norte, Grant, sí los tuviera

    El Sur, que es muy suyo, sigue manteniendo el recuerdo de su breve independencia, pero todo el asunto está contaminado por el tema de la esclavitud, y eso no tiene un pase. Da igual que el General Lee no tuviera esclavos y su contrincante en el Norte, Grant, sí los tuviera: sus monumentos deben desaparecer.

    Pero si alguien pensaba que la cosa se iba a detener ahí, es que no conoce la dinámica de las cazas de brujas ni la furia iconoclasta de la izquierda. Trump entró en liza diciendo que, si la cosa era acabar con todo lo que tuviese relación con la esclavitud, también deberían destruirse los monumentos dedicados a Washington, Jefferson y otros padres de la patria, que también habían tenido esclavos.

    Para qué dijo nada: intentos y peticiones de derribar estatuas, placas y nombres alcanzan ya a los personajes más alejados de la cuestión original, desde Rhodes a Lincoln, desde Santa Juana de Arco, que tiene una estatuas dorada en Nueva Orleans, hasta Fray Junípero Serra. La locura.

    La historia la escriben los ganadores, y viendo quién queda es fácil comprobar quién ha ganado la guerra cultural, por mucho que, en teoría, el comunismo fuera la doctrina batida al final de la Guerra Fría.

    Pol Pot en Camboya se lo tomó tan literalmente que mandó destruir todos los libros que hablaran del pasado

    En la Rusia soviética, por cierto, eran unos hachas en eso de reescribir la Historia. Se decía entonces que, mientras en todas partes el futuro era incierto y el pasado, inmutable, allí lo inmutable era el futuro y lo cambiante, el pasado. La Enciclopedia Soviética estaba constantemente sacando nuevos volúmenes, no para completar los que tenía, sino para sustituirlos.

    Es un viejo impulso de la izquierda ese de volver al Año Cero, de hacer ‘tabula rasa’ con la historia, como reza La Internacional. Pol Pot en Camboya se lo tomó tan literalmente que mandó destruir todos los libros que hablaran del pasado y, de hecho, decretó que con su régimen empezaba la historia.

    Se dirá que la Historia no hay quien la cambie; que lo que fue, fue, con independencia de las interpretaciones que puedan darse. Pura ignorancia. Unos tipos que son capaces de reescribir la biología y decir que un señor con barba es una mujer si así lo declara no van a tener demasiado problema con personajes que no van a salir de la tumba a contradecirles.

    Comentarios

    Comentarios