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El elevado coste (político y económico) de repetir las elecciones

Papeletas de los partidos políticos /Fuente: EFE

Papeletas de los partidos políticos /Fuente: EFE

¿Qué partidos serían los más beneficiados políticamente?
No hay dudas de que el mayor beneficiado sería Podemos. Pablo Iglesias es el único de los cuatro candidatos que está en auge. Tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez -sobre todo este último- están siendo discutidos en sus respectivos partidos, por lo que afrontar una nueva campaña electoral sería muy arriesgado teniendo en cuenta lo delicado de sus liderazgos.

Ya la misma noche electoral tras conocerse los resultados, los candidatos de los cuatro grandes partidos daban pistas de sus preferencias. Ciudadanos, que esperaba mejores resultados, pedía que se formara gobierno cuanto antes. Albert Rivera, por una vez, se mojaba: «Hace falta que empiece la legislatura». No es descartable que muchos de sus votantes pudieran decantarse por el PP como opción real de gobierno, y eso es lo que quiere evitar Rivera a toda costa.

Justo lo contrario le sucede a Podemos. Pablo Iglesias obtuvo 69 diputados, un resultado mucho mejor de lo vaticinado en las últimas encuestas publicadas antes del 20 de diciembre. «Estaremos encantados de asumir ese escenario», dijo Iglesias cuando le preguntaron por una posible repetición de las elecciones.

«Estaremos encantados de asumir ese escenario», dijo Iglesias cuando le preguntaron por una posible repetición de las elecciones

Los partidos tradicionales, por supuesto, apuestan por la estabilidad. Y eso significa que no quieren saber nada de convocar nuevos comicios. Tal y como están las cosas lo más prudente parece facilitar la formación de gobierno, aunque sea en minoría. Es lo que Rajoy pretende -pero no espera- de Sánchez, aunque éste cree que eso sería cavar su propia tumba política.

El PSOE es pura división. Hasta hace dos días Susana Díaz encarnaba la corriente del partido dispuesta a dejar gobernar a Rajoy antes que echarse en brazos de Podemos. Pero ahora Díaz apoya a Sánchez para que pacte con la extrema izquierda. Con una condición: en ningún caso se incluirá el referéndum independentista.

Aunque el PP hará ahora todo lo posible por reunir los apoyos necesarios para que Rajoy siga en la Moncloa, no es descabellado pensar que incluso podría obtener mejores resultados en unas nuevas elecciones. Dos motivos invitan a ello: el auge de Podemos provoca un aumento del voto del miedo en favor de Rajoy y que gran parte de los que confiaron en Ciudadanos podrían dejar de hacerlo al quedarse muy lejos (40 escaños) de ser una opción de Gobierno.

¿Qué empresas serían las más beneficiadas?

Según el sociólogo Amando de Miguel, las empresas que incrementarían su actividad de celebrarse nuevas elecciones generales serían las demoscópicas, es decir, las encargadas de elaborar encuestas. Las agencias de publicidad y las asesorías de comunicación política también se beneficiarían en este nuevo escenario.

De forma indirecta habría otros beneficiados. No hay que olvidar todo lo que rodea a los mítines de los partidos políticos: transporte y restauración. «Los mítines se hacen con autobuses, la gente que asiste a este tipo de actos viene normalmente de fuera en algún medio de transporte financiado por el partido», afirma el sociólogo a Actuall.

Hasta ahí los que ganan. También hay quienes pierden y poco se habla de ellos aunque sean el grupo más numeroso: los ciudadanos. «El contribuyente es el gran damnificado, ya que es el que sufraga los gastos de los partidos políticos», sostiene Amando de Miguel. A estos gastos habría que sumarles los propios del Estado -también financiado por los ciudadanos- correspondientes a la celebración de la jornada electoral: envíos de votos correos y propaganda electoral, apertura de colegios electorales, incremento de la seguridad…

El sociólogo además se atreve con un pronóstico político: los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) subirán si hay nuevas elecciones, mientras que PP y PSOE obtendrán peores resultados.

Coste económico para los partidos

La otra incógnita es cuánto se gastarán los partidos -indirectamente, claro- durante una nueva campaña electoral. En las últimas elecciones el PSOE se gastó nueve millones de euros; Ciudadanos más de cuatro; IU 2,5 y Podemos 2,2. El PP, en cambio, no ha facilitado cuánto les costó la campaña (Actuall se ha puesto en contacto con ellos).

En las elecciones de 2011 el PP se gastó 13,8 millones de euros, más otros 981.000 euros que invirtió en sus coaliciones de Navarra (con UPN), Aragón (con el PAR), y Extremadura (con Extremadura Unida).

En los comicios del 20D, el PSOE se gastó nueve millones de euros; Ciudadanos, más de cuatro; IU 2,5 y Podemos 2,2. El PP, en cambio, no ha facilitado cuánto les costó la campaña

A estas cantidades hay que sumar los datos que quedan fijados en la propia convocatoria electoral del presidente del Gobierno, como el límite de gasto electoral de cada partido o la subvención para el envío directo de sobres y papeletas y propaganda electoral.

Para las elecciones del 20-D se acordó un límite de 0,37 euros por habitante en cada una de las circunscripciones en las que se presentara y una subvención de 0,18 euros por elector en cada circunscripción en la que concurriera, pero a la que sólo acceden los que tienen grupo parlamentario.

Las generosas subvenciones por voto

Además, tras unas elecciones los partidos reciben una serie de subvenciones en función de sus resultados electorales al Congreso: 21.167,64 euros por cada escaño y 0,81 euros por cada voto obtenido siempre que se obtenga escaño.

En concreto, por los datos de este 20-D el PP percibirá unos 5,8 millones de euros por los 7,2 millones de votos y 2,6 millones de euros por los 123 diputados. El PSOE, 4,4 millones por los 5,5 millones de votos y 1,9 millones de euros por los 90 escaños.

Podemos obtendrá 2,5 millones de euros por los votos obtenidos y 889.049,88 euros por los escaños en el Congreso de los Diputados. Pero a esa cantidad hay que sumar buena parte de lo obtenido por las confluencias en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia.

Podemos recibirá del Estado 2,7 millones de euros por los votos y los escaños obtenidos, cantidad que a la que le sumará 2,1 millones por las marcas blancas de Cataluña, Valencia y Galicia

De esta manera, En Comú Podem recibirá 751.631,40 euros por votos y 254.011,68 por escaños, Compromís-Podemos 543.567,51 por votos y 190.509,66 por escaños, y En Marea 330.779,70 por votos y 127.005,84 por escaños. Por su parte, Ciudadanos recibirá 2.835.361,26 euros por sus votos y 846.705,60 euros por los escaños obtenidos.

La suma de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, que han resultado las cuatro formaciones más votadas, se eleva a 25,9 millones de euros. Además, en el Senado los partidos que obtienen representación reciben 21.167,64 euros por cada parlamentario obtenido, y 0,32 euros por cada voto.

Coste para el Estado

El Estado, por su parte, destinaría cerca de 160 millones de euros como resultado de la suma del presupuesto del Ministerio del Interior para los comicios del 20-D, incluyendo las cantidades que los partidos destinaron a la campaña electoral y los más de 25 millones que reciben las formaciones políticas (que obtengan representación parlamentaria) por los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre.

Si hay nueva convocatoria, el Estado destinaría cerca de 160 millones de euros incluyendo los gastos de los partidos en la campaña electoral y los más de 25 millones en subvenciones

Las elecciones del 20 de diciembre, las decimosegundas a Cortes Generales en 38 años de historia democrática, costaron a las arcas públicas 130 millones de euros, según datos del Ministerio del Interior.

La mayor parte de esa partida, más de 55 millones de euros, se la llevan las administraciones públicas, seguidas de Correos, con 48 millones; telecomunicaciones, 12,8, y la logística, 12,5. También hay reservados casi 1,7 para imprevistos.

11,8 millones le costó a Andalucía el adelanto electoral

La seguridad de la jornada electoral corrió a cargo de 91.702 agentes de los cuerpos de seguridad del Estado, incluidos 28.000 policías nacionales, más de 44.000 guardias civiles y 13.000 policías municipales. Estas fuerzas supuso un aumento de 1.700 agentes sobre las elecciones de 2011, debido a que España está en estado de alerta 4 por la amenaza de atentados terroristas.

En 2015 hubo otras elecciones. En Cataluña se celebraron el 27 de septiembre, y la Generalitat se gastó 17,1 millones de euros, incluyendo la campaña informativa. El adelanto electoral de 2012 implicó un gasto adicional de 15,4 millones, una cantidad que creció hasta los 17,1 millones en septiembre de 2015.

Además de las catalanas y las generales, el año pasado se convocaron las elecciones autonómicas y municipales por las que se votó en todas las comunidades salvo Galicia y País Vasco (Cataluña y Andalucía las celebraron también en 2015).

Por su parte, Susana Díaz adelantó elecciones a marzo que costó 11,8 millones de euros a la comunidad, 3,2 millones menos que en 2012. Las administraciones públicas se gastaron en 2015 alrededor de 317 millones de euros.

En 2016, una vez conocido que no habrá nuevas elecciones en Cataluña y la duda de si habrá nuevas generales, se celebrarán elecciones sí o sí en Galicia y el País Vasco.

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