Nunca tuvieron legitimidad para convocar un plebiscito, pero tras el 27S se confirma que tampoco cuentan con el apoyo popular necesario. Un 47,5% de los votos son menos que el 52,5%. Así de fácil. Tan sencillo que hasta los anarquistas de la CUP lo han entendido. Prueba superada. “No pasará nada”, dice Rajoy entre sordinas.
Lástima que haya perdido la oportunidad de aparecer como hombre de Estado a lo Pedro Sánchez, con corbata y banderas. Probablemente el registrador pensaba que salir era avalar el ‘plebiscito’. Técnicamente tiene razón. Pero cuando la opinión pública catalana, española e internacional observa las autonómicas como un órdago secesionista, no comparecer hasta el día siguiente es ahondar en la sensación de orfandad.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAhora queda formar gobierno. Y aquí si que Moncloa comprará palomitas. ‘Españoles: Artur Mas ha muerto’. ¿Lo intentará Mas?, ¿lo aceptará Junqueras?, ¿lo tragará la CUP?, ¿lo intentará Junqueras?, ¿colocarán a ‘don Limpio’ como hombre de consenso? A Mas sólo puede salvarle hacerse la víctima de la «justicia del Estado». Con razón los catalanistas aspiran a convertir el Superior de Justicia de Cataluña en su Supremo… Apelan a los símbolos: «le imputan el día en que fue fusilado Lluis Companys». Mirando al futuro…
Pero si el victimismo no es suficiente para convencer a las CUP, Convergencia ya baraja dos alternativas: Germá Gordó y Neus Munté. Veremos.
¿Y qué hacemos con el millón 950.000 que han manifestado no querer ser españoles? Este es el reto para el próximo gobierno
Lo que es casi seguro es que harán un ‘Susana Díaz’ para terminar una legislatura imposible y por lo tanto tan corta como las griegas. Por eso Arrimadas estuvo ágil pidiendo nuevas elecciones que ofrezcan gobernabilidad. Mientras tanto, Ciudadanos busca convertirse en el mínimo común denominador de la oposición.
Por lo demás, el 27S nos devuelve al Evangelio: «a los tibios los vomitaré de mi boca”. Ante una radicalización del tensionado eje secesionista-constitucionalista los que se colocan de perfil, pierden. El caso más dramático es el de Podemos. Ni siquiera mejora los resultados de ICV mientras que sus homólogos de la CUP los triplican.
‘Pablemos’ todavía no se ha enterado que la ansiada centralidad le entierra. No se entera a pesar de la permanente tarjeta amarilla del ‘Pepito Grillo’ de Billetero. Va de funeral en funeral. Y eso significa que el miedo al Frente Popular hoy es menos. Avanzamos.
El otro tibio, Unió, queda fuera del Parlament a pesar de haber logrado más de 100.000 votos. El sistema es el sistema. Dura lex, sed lex. Durán ha muerto. Unió también.
Mientras el PP pasa a la marginalidad, última fuerza política en Cataluña. ¿Por qué sus votantes han preferido a Albert Rivera-Inés Arrimadas que a Xavier García Albiol? Fácil: Rivera vende proyecto ilusionante de convivencia; el PP, a la defensiva, trata de salvar los muebles. “Cataluña es España” coreaban en la sede de Ciudadanos mientras ondeaban banderas de España. Complejos fuera.
Ese es el gran triunfador: el joven sin complejos ni petulancias que vende un cambio tranquilo. Un aperitivo de lo que probablemente vivamos en dos meses: un Ciudadanos fuerte que condicione la próxima vida política nacional. ¿Con el PP o con el PSOE? Hay liga… Sólo tienen una contingencia: el novio nacionalista de Arrimadas. ¿Incoherencia o el amor traspasa barreras?
¿Y qué hacemos con el 1.950.000 que han manifestado no querer ser españoles? Este es el reto para el próximo gobierno. Algunos creen que la solución pasa por el Estado federal. Margallo dixit. ¿Indicador adelantado?, ¿lo comprará Ciudadanos? En mi opinión, la solución pasa por poner en valor la grandeza, la ilusión y el orgullo de ser español. Como decía el gran Julián Marías: “No hay que intentar contentar a quien no se quiere contentar”.