Son malos tiempos para el Partido Republicano. La política en los Estados Unidos se mueve por grandes oleadas, y la última reconocible la inició Ronald Reagan, quien cambió los términos del debate público y asentó un largo ciclo de mayorías republicanas. Incluso la política de Clinton es más deudora del veterano republicano que lo que hace pensar su adscripción al partido demócrata.
Obama ha intentado asentar un nuevo ciclo, de la mano de los cambios demográficos que está experimentando el país. Este es el contexto de la crisis del GOP (Grand Old Party), claramente visible en el hecho de que quien lidera las encuestas de la carrera a la candidatura republicana desde el 20 de julio es Donald Trump.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl reinado de Trump, el Donald más famoso desde el pato de Disney, parece imbatible. Y quien había sido designado candidato oficial por parte de todos los poderes fácticos arremolinados en torno al partido del elefante, Jeb Bush, inició a mediados de julio una imparable carrera a la irrelevancia que está cerca ya de llegar a su lógica conclusión.
Walker pareció un candidato antes de desaparecer, y todos luchan por lograr un 10 por ciento de los apoyos y mirar, por tanto, al resto de candidatos por encima del hombro. Menos uno: Ben Carson.
Ben Carson: un hombre hecho a sí mismo
Que no es el típico candidato lo muestra su hablar pausado, apocado, tranquilo. Aunque su estilo de predicador baptista le ayuda. Su carácter, apacible en apariencia, era tormentoso en la juventud, pero quedó tamizado por el Libro de los proverbios. “El de grande ira llevará la pena”. O’Reilly, estrella de la Fox e investigador de la muerte de varios personajes históricos, le preguntó a Ben Carson que porqué se presentaba. Y más que una pregunta parecía que le estuviese diciendo “vete a dar una vuelta y no molestes más”. Pero su biografía habla de un hombre hecho a sí mismo.
Ben Carson cree en el sueño americano
Su madre, que tenía 23 hermanos, se casó a los 13 años. Su marido, un ministro baptista, creó una segunda familia sin que ella lo supiera. Sonya tenía que trabajar largas horas, a veces de 5 de la mañana hasta media noche, para mantener a sus dos hijos. Ben destacó primero en el colegio y luego en la carrera militar, pero rechazó West Point para estudiar en la Universidad; primero psicología y luego neurocirugía. Cree en el sueño americano, por supuesto. Una película, protagonizada por el oscarizado Cuba Gooding, Jr. recoge su peripecia vital.
Viene en el catálogo del voto que un negro de Detroit procedente de una familia sin recursos tiene que ser demócrata. Y lo era hasta 1981. Luego se registró como independiente y no ha sido hasta el año pasado cuando ha dado el salto al GOP. Le ha venido Obamacare a ver.
Él, un médico que ha llegado a lo más alto en la profesión, se convirtió en una celebridad con un discurso de media hora contra el programa de socialización del sistema sanitario ideado por el presidente Obama, quien escuchaba a cinco metros, con olímpica deportividad, cómo destrozaba su programa con convencimiento. Comenzó, cómo no, citando los proverbios.
Una idea es suficiente para llegar a la Casa Blanca
Mejor que el gobierno, dice, le dé 2.000 dólares al año a todo estadounidense para su cuenta personal de seguro médico, y que cada uno la administre como quiera. Tiene una idea sencilla y atractiva, un activo mayor que el que tienen otros candidatos republicanos. Una idea es suficiente para llegar a la Casa Blanca.
A Ben Carson le puede pasar factura la relación que tuvo con la empresa Mannatech
Como demuestra el caso de Jimmy Carter, ni siquiera eso. Su idea, su gran aportación, tiene credibilidad porque él viene del mundo de la medicina. Pero ese pasado se le puede venir en contra: tuvo una relación de diez años con una empresa, Mannatech, que fabrica suplementos nutricionales.
¿Llegaría a la presidencia con un compromiso bajo el brazo con esta empresa? Es una acusación absurda. Lincoln era uno de los principales abogados de la principal industria de su tiempo, las compañías ferroviarias.Un economista, Murray N. Rothbard, catalogaba los presidentes de los Estados Unidos del cambio del siglo XIX al XX en función del Trust al que pertenecían. ¿Groover Cleveland? Morgan. ¿William McKinley? Rockefeller. ¿Teddy Roosevelt? Morgan. ¿Woodrow Wilson? Morgan. ¿Herbert Hoover? Morgan. Pero nadie les recuerda por esos lazos profesionales.
Carson por encima de Trump
La última media de las encuestas le otorga a Donald Trump un 27,0 por ciento de los votos, y a Ben Carson un 22,2 por ciento. Los dos muy por encima de Marco Rubio (9,6 por ciento) y que el resto. Pero la última encuesta publicada, este martes, por The Wall Street Journal, sitúa por vez primera a Carson por encima de Trump. El médico recaba un apoyo del 29 por ciento, por el 23 del empresario Trump, y un 11 y 10 por ciento para Marco Rubio y Ted Cruz.
Que Carson es negro está a la vista de quien tenga una televisión o conexión a internet. Obama también lo es, claro está. Sólo que Obama decidió adoptar una identidad afroamericana en la Universidad. Su madre, al fin y al cabo, era blanca. Y creció en la casa de sus abuelos, blancos, en un entorno alejado del de Carson y el resto de la comunidad negra en los Estados Unidos.
Los negros conservadores existen. Herman Cain es un ejemplo. También candidato, aunque cuatro años antes, vivió asimismo un momento de gran popularidad, que acabó en nada. O en la reelección de Mitt Romney como candidato, lo cual viene a ser algo muy parecido.
Carson transmite sinceridad, confianza y religiosidad
Pero Cain se retiró por un escándalo sexual, y Carson rezuma sinceridad, confianza, religiosidad. Unos valores que, es verdad, puede que no le conduzcan a la Casa Blanca. Pero seguirán siendo importantes el día después de las elecciones presidenciales que tendrán lugar dentro de un año.