Reinaldo Sánchez, exteniente coronel del ejército, estaba dispuesto a morir por Fidel Castro. Lo consideraba un ídolo, un faro, la persona que guiaba los destinos de Cuba sin dobleces ni fisuras. Alguien por quien merecía la pena cualquier sacrificio.
Sánchez era escolta del líder de la revolución cubana. Así estuvo durante 17 años, hasta que se cayó del caballo cuando se enteró de que El Comandante protegía a un conocido traficante de drogas. ¿Obtuvo Castro beneficios a cambio de protección? Imposible de demostrar.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLo que sí vio Reinaldo día a día durante década y media es el elevado tren de vida que llevaba Fidel Castro en la isla: cuatro yates, un coto de caza personal, más de 20 casas y una isla privada (Cayo Piedra, al sur de Bahía de Cochinos) con un restaurante flotante y un delfinario. Aquello no era otra cosa que una parte de su inmensa fortuna.
Una vida de confort y capitalismo muy alejada de la igualdad que Castro predicaba para su pueblo cumpliendo la máxima de ‘haz lo que digo pero no lo que hago’. Reinaldo Sánchez se hartó de todo aquello y decidió contarlo todo en La vida oculta de Fidel Castro, un libro publicado en 2014 que deja al descubierto las vergüenzas del dictador comunista.
El Comandante, entre los diez reyes y dictadores más ricos
Pero antes de poder difundir al mundo los secretos del líder revolucionario, Reinaldo pasó más de 10 años en la cárcel. Y todo por pedir la jubilación. Era 1994 y Castro no perdonaba ni media deslealtad. Puso fin a su calvario como el Conde de Montecristo: escapando por mar hasta Miami en 2008. Como al héroe de Dumas, le había llegado la hora de la venganza.
No fue el suyo el primer libro en el que se denunciaban las riquezas de Castro, ni siquiera el primer artículo. Sólo dos años antes la revista Forbes publicó que la de Fidel figuraba como una de las diez primeras fortunas entre todos los reyes y dictadores del planeta.
La publicación norteamericana estimaba la fortuna del dictador en 800 millones de euros a partir de las empresas creadas por El Comandante -Corporación Cimex, el Centro de Convenciones y Medicuba-, dirigidas por gente de su estricta confianza. Forbes aseguraba que Fidel malversaba y utilizaba a su antojo parte de la riqueza nacional.
Fidel Castro dispone de cuatro yates, un coto de caza, una isla privada y más de 20 casas
Aquello enfureció al comandante, que días después se defendería asegurando que él tan solo cobraba 900 pesos (25 euros) al mes.
Kirchner y sus 6,5 millones como abogada en 10 años
Igual de poco creíbles fueron las palabras de Cristina Fernández de Kirchner al explicar el origen de su patrimonio (6,5 millones de euros, un 16% más que en 2014) el pasado mes de junio. La presidenta de Argentina afirmaba que todo se debía a su «exitosa» carrera como abogada, aunque en realidad sólo ejerciera entre 1979 y 1989. En la otra, la política, lleva 26.
Y debe ser casualidad, pero De Kirchner tiene tantas viviendas -26- como años en política, decenas de cuentas corrientes y seis participaciones bancarias. Su fortuna ha crecido en el último año casi un millón de euros (9.325.097 pesos, es decir, 932.000 euros) que atribuye a «los ingresos del trabajo, de alquileres y otras rentas», según publica Clarín.
El también argentino diario Perfil señala que desde la llegada de los Kirchner al poder en 2003, su fortuna se ha multiplicado por 32, pasando de 2 a 64 millones de pesos (6 millones de euros).
Ponchos a 200 dólares
Pero no sólo Fidel y la presidenta argentina recurren a argumentos cuanto menos dudosos para justificar sus millones. El presidente de Bolivia, Evo Morales, declaró en 2012 -año en el que se triplicó su fortuna- que el crecimiento de su patrimonio obedecía a los miles de regalos que recibía en los actos públicos.
Evo afirmó entonces que el precio del poncho -la prenda típica de lana con la que combaten el frío los indígenas- que recibió como obsequio era de 200 dólares (177 euros), y que eso le permitía no gastar el salario que tenía asignado como presidente del Gobierno (19.800 bolivianos, es decir, 2.500 euros), lo que justificaba al menos 100.000 dólares (89.000 euros).
Los datos dicen que desde la llegada de Morales a la Presidencia del país andino en enero de 2006 hasta 2014, su patrimonio se cuadriplicó de 779.423 bolivianos a 3.047.848 bolivianos (383.000 euros), un 391%.
El líder bolivariano también encuentra más motivos para su enriquecimiento. Se trata de la revalorización de sus bienes inmobiliarios: una casa en Cochabamba, una propiedad en el Chapare y la propiedad familiar de Oruro.
Evo Morales declaró que el aumento de su patrimonio se debía a los regalos que recibe en los mítines
La sombra de la sospecha también se cierne sobre Luiz Ignacio Lula da Silva, que llegó al poder en 2003 como salvador de los parias de la tierra y dejó la poltrona en enero de 2011 con su familia transformada en millonaria y él investigado por la Justicia.
La finca de 24 millones de dólares del hijo de Lula
El caso más evidente es el de su hijo Fabio Luis, antiguo trabajador del zoológico de Sao Paulo, empleo por el que percibía 666 euros mensuales. Antes de que su padre abandonara el poder, compró en 2010 una hacienda en Valparaíso (Sao Paulo) por 21 millones de euros.
La propiedad pertenecía a José Carlos Prat Cunha, un afamado ganadero. Curiosamente después de la compra, la hacienda recibió el certificado de exportación de carne para Europa, según la revista Veja.
No sólo por esto está en duda la honestidad de Lula. Él mismo está siendo investigado por el Ministerio Público Federal de Brasil por un presunto delito de tráfico de influencias para favorecer a la constructora Odebretcht.
Al mismo tiempo, hay sospechas fundadas sobre la participación de Lula en la pretrolera Petrobras, a la que se investiga, entre otras cosas, por financiar parte de su campaña electoral en 2006 y la de Dilma Rouseff en 2010 y 2014.
Claro que hay muchas maneras de hacerse rico. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ganó 1,7 millones de euros por la decisión judicial de condenar a dos periodistas a pagar una indemnización al presidente por publicar un libro sobre los supuestos contratos del hermano de Correa con el Estado.
Pero ahí no quedó la cosa, porque el diario del país sudamericano El Universo tuvo que hacer frente al pago de otros ¡35 millones de euros! al presidente ya que también fueron condenados tres directivos del periódico como responsables de esa información.