Todo ha sido muy rápido, para muchos algo inesperado, pero en cualquier caso el resultado ahí está: Pedro Sánchez es presidente del Gobierno desde el pasado sábado y Mariano Rajoy ha dejado de serlo por mor de la moción de censura que presentó y ganó el líder del PSOE con el apoyo del resto de grupos políticos presentes en el Congreso, menos de Ciudadanos que votó en contra y de Coalición Canaria que se abstuvo.
Ahora, los interrogantes sobre el nuevo panorama político que se dibuja en España se acumulan y algunos no tienen una contestación clara.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora¿Aguantará Sánchez todo lo que queda de legislatura, es decir, casi dos años? Tengo para mí, que su intención es esa, pero efectivamente dependerá de si es capaz de ir saltando o sorteando los diferentes obstáculos que se encontrará en el camino.
«Hay líneas rojas que Pedro Sánchez no puede saltarse, si no quiere que su propio partido en particular y la sociedad española en general se lo eche en cara e incluso se lo llegara a impedir»
El principal y más importante será saber si los independentistas catalanes seguirán con su pulso al Estado, desafiando el orden legal o, por el contrario, rebajan ese nivel de tensión y aprovechando que hay un nuevo inquilino en la Moncloa optan por enfriar sus pretensiones secesionistas y se avienen a negociar con el nuevo gobierno, pero dentro del marco constitucional.
Por mucha oferta de diálogo que el nuevo presidente del Gobierno hiciera a los independentistas catalanes en su discurso con motivo de la moción de censura, hay líneas rojas que Pedro Sánchez no puede saltarse, si no quiere que su propio partido en particular y la sociedad española en general se lo eche en cara e incluso se lo llegara a impedir. La defensa de la unidad territorial de España es una de ellas.
Por tanto, dependerá más bien de hasta dónde estén dispuestos los Puigdemont, Torra y Junqueras de turno a tirar de la cuerda. Otra incógnita, unida a la anterior, es si llegado el caso Sánchez no tendrá otro remedio que adelantar las elecciones generales ante un escenario de inestabilidad. Siempre tendrá en la manga ese as, ya que la disolución de las Cortes es una potestad que la Constitución reconoce en exclusiva al presidente del Gobierno.
En el bando de los que han resultado derrotados en la moción de censura, es decir en el PP, el interrogante principal es qué decisión tomará Rajoy sobre su futuro político. En estos primeros instantes, todo apunta a que el político gallego quiere seguir en la brecha, liderando a su partido en la oposición. Parece evidente que los populares necesitan con urgencia una regeneración de su proyecto político. Eso pasa inexorablemente también por un cambio de caras. Rajoy debería ser generoso e irse.
Pero los que le conocen dicen, y tienen razón, que esa es una decisión que sólo puede tomar él porque nadie en su entorno se atreverá ni siquiera a sugerírselo. Es lo que tiene haber ejercido un liderazgo absolutamente personalista desde que tomó el relevo de Aznar al frente del PP.