Tras una madrugada tranquila, la tensión ha ido en aumento a lo largo del día. Y lo peor no es eso, lo peor es que la CUP llama a tomar las calles en la noche del domingo al lunes. Gobierno central y autonómico dan datos contradictorios que solo sirven para caldear el ambiente.
Pero todo empezó la noche del sábado 30.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLas huestes secesionistas comienzan a tomar los colegios de Barcelona. Cientos de jóvenes con mochila y utensilios de acampada junto a padres con hijos y profesores acuden a los lugares que se convertirán al día siguiente en los centros de votación.
Sobre las doce de la noche muchos de ellos ya están ‘autogestionados’, al más puro estilo frente populista de los fatídicos años de Guerra Civil. Misma ciudad, misma idea, 80 años después, parece que algunos catalanes no han dejado atrás los pasos que les llevaron a convertir su región en un caos político y social bajo la bota y el fusil de anarquistas y comunistas.
Hoy esta idea la venden como ‘democracia’ y no revolución, como antaño.
La noche transcurre tranquila hasta las 5.30 horas de la madrugada, aproximadamente, cuando las fuerzas de seguridad del Estado -Guardia Civil y Policía Nacional- salen de su encierro forzoso en barcos del Puerto de Barcelona en dirección a los puntos más importantes y conflictivos de la geografía catalana.
Objetivo: tomar primero los centros de votación donde los políticos catalanes irán a votar para la foto que pueda dar legitimidad a lo que no lo tiene. Después, todos los demás.
Su misión es titánica. Más de 5.000 urnas en cerca de 3.000 centros de votación. Una misión casi imposible. O sin el casi. Poco tiempo para frenar el golpe de Estado que se está gestando bajo el paraguas de la ‘normalidad democrática’, como argumenta el presidente Carles Puigdemont.
Amanece y las televisiones de toda España arden con las imágenes de los policías y guardias civiles irrumpiendo por la fuerza -no hay otra manera- en muchos de los centros anteriormente citados. Muchos de los que van a votar no se arrugan.
Atacan a la Policía y a la Guardia Civil con todo lo que tienen a mano, la situación es tan agobiante que muchos se tienen que retirar para evitar males mayores. Por ahora, el gobierno habla de nueve agentes heridos.
Los secesionistas y sus medios de comunicación financiados con el dinero de todos los españoles, como la TV3, comienzan a quejarse de “estado policial”, de “abuso de fuerza” o incluso llaman a la actuación legal de los agentes como “represión fascista”.
Todo les vale para vender la idea de que ellos son los demócratas por querer votar y el resto de españoles los ‘fachas’ que no quieren dejarles ser libres
Todo les vale para vender la idea de que ellos son los demócratas por querer votar y el resto de españoles los ‘fachas’ que no quieren dejarles ser libres. Tamaña manipulación en nuestro tiempo tiene poca o ninguna comparación con hechos anteriores.
Los argumentos de la Generalitat y de las fuerzas asociadas son delirantes. Piden a la comunidad internacional que les proteja de la represión y violación de los Derechos Humanos.
De visita por los centros de votación
Damos vueltas y vueltas por Barcelona intentando adelantarnos a la Policía Nacional para ver en directo cómo precintan los centros y requisan las urnas y para contrastar si de verdad se están sobrepasando en el uso de la fuerza como muchos denuncian.
No tenemos suerte pero conseguimos entrar en uno de los colegios más grandes en el Carrer de Valencia, en el centro de la ciudad condal. Cientos de personas se amontonan a las puertas esperando su turno para votar.
Grupos de entre tres y cinco personas, posiblemente miembros de la CUP, cierran el paso al tráfico en ambas salidas de la calle. No tienen cara de muchos amigos y acosan a los periodistas como nosotros. “¿De dónde eres? ¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí?”, preguntan sin cesar unos y otros a medida que nos vamos haciendo hueco entre la gente con cara de pocos amigos.
Un chico en la cola accede a responder a nuestras preguntas. “Estoy aquí porque quiero ejercer mi derecho democrático y a elegir el futuro de mi país, Cataluña”, argumenta, “la represión que ha llevado a cabo Rajoy en los últimos días ha sido una vergüenza y esta es mi manera de decir basta”.
Ante la pregunta sobre qué espera a partir de ahora dice que quiere que “esto continúe y siga adelante, es muy emocionante ver cómo se está llevando a cabo esta jornada tan importante para nosotros”, contesta.
Sabe los argumentos económicos en contra de la independencia pero no le importa, “lo importante es elegir, si sale que no lo aceptaremos”, concluye.
Hay un fuerte control en la entrada formado por voluntarios y miembros de las asociaciones promotoras del referéndum. Mostramos nuestra acreditación y nos dejan pasar, no sin recibir más de una mirada de desconfianza de alguno de los presentes.
Una vez dentro la situación parece normal. Unos reciben a los que van a votar, otros comprueban sus acreditaciones y otros se encargan de la organización. Damos con unos periodistas de A3media -La Sexta y Antena3-.
Me comentan que han sido increpados y tildados de “manipuladores” por muchos secesionistas. Parece ser que La Sexta es la nueva ‘derecha cavernaria’ mediática. Ver para creer.
El acoso a los periodistas ya ha sido denunciado por diversas asociaciones del sector y nosotros lo hemos vivido en nuestras propias carnes
El acoso a los periodistas ya ha sido denunciado por diversas asociaciones del sector y nosotros lo hemos vivido en nuestras propias carnes.
Conseguimos hablar con uno de los votantes, Antonio -nombre ficticio- de casi 80 años. Es un señor tranquilo, con mirada inteligente y le rodea un aura del típico ‘seny’ catalán, pero sus argumentos nos descolocan.
“Cataluña es la nación con un parlamento democrático más antiguo de España, más de 1.000 años”, dice, “el pueblo catalán ha llegado a una madurez suficiente para ser soberano y esto es la consecución de ese proceso”, argumenta.
Obvia, por desconocimiento u omisión voluntaria que las cortes más antiguas de España son las del Reino de León en 1188, reconocidas por la Unesco en 2013 como “el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo”.
Antonio: “Cataluña debería haberse independizado justo después de Cuba, nos han tratado como una colonia durante tanto tiempo que la comparación es inevitable”
“Cataluña debería haberse independizado justo después de Cuba, nos han tratado como una colonia durante tanto tiempo que la comparación es inevitable”, señala.
Su hija, una joven con cara sonriente, nos interrumpe porque le ha llegado el turno de votar a su padre. Visiblemente emocionados, se dirigen a la mesa y depositan su voto.
Al salir nos espera un pasillo de gente aplaudiendo. Deben pensar que también hemos votado y bajo una lluvia intensa nos protegen con paraguas al grito de ‘¡Visca Catalunya lliure!’ (Viva Cataluña libre en catalán).
Nos llaman por teléfono y nos informan de que Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, está votando en el colegio Sedeta. Nos dirigimos allí pero la multitud se agolpa en las puertas del edificio aplaudiendo y nos es imposible entrar a tomar imágenes.
Plaza de Cataluña, punto de reunión
Nos desplazamos a la Plaza de Cataluña donde están pequeños grupos de españoles con la bandera nacional y otros secesionistas con la ‘esteleda’ -también conocida como la ‘cubanita’ por si similitud a la cubana-.
Todos miran a la enorme pantalla habilitada para transmitir en directo todo lo que rodea al 1-0 y, en función de quién salga en pantalla, se escuchan pitidos de unos u otros. Se oye algún cruce de palabras pero la cosa no va a más.
Hablamos con algunos de los presentes. Dos jóvenes de granada, envueltos en banderas españolas, nos cuentan que han venido desde allí tan solo para “apoyar a los catalanes que no se sienten independientes”.
Un joven italiano nos comenta que ha venido a apoyar la unidad España. “Así como quiero que mi país siga unido, deseo que España siga siéndolo también, me encanta esta tierra y le deseo lo mejor”.
Se teme la noche del domingo al lunes. La CUP pidió los días previos que nadie creara ningún problema para que el domingo fueran a votar cuantos más mejor. La semana pasada, según han informado algunos medios, cientos de anarquistas de toda Europa han llegado a Barcelona con la intención de “quemar la ciudad”. Se teme que por la noche se abra la ‘caja de Pandora’ y la situación, ya de por sí complicada para las fuerzas de seguridad, sea incontrolable.