La próxima semana, del 10 al 12 de febrero, el Partido Popular celebrará su XVIII Congreso Nacional, un encuentro en el que la dirección del partido se ha topado con una resistencia inesperada.
Esa resistencia la lideran dirigentes del partido -entre ellos Lourdes Méndez, Luis Peral, José Luis Sastre y Javier Puente– que se oponen al viraje del PP hacia posiciones ideológicas contrarias a la dignidad humana en asuntos como el aborto y los llamados vientres de alquiler.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa cúpula del PP viene apoyando las tesis más relativistas y contrarias a la dignidad humana
En estos delicados temas, que afectan a la vida humana y a la maternidad, dirigentes del ala progre del PP como Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijóo y Javier Maroto están intentando que su partido asuma tesis puramente abortistas y los dictados de los grupos de presión LGTB.
Estos últimos están interesados en que se legalice en España la mercantilización de la maternidad para así poder conseguir ninos recién nacidos para las parejas homosexuales, a costa de desvincular legalmente la maternidad del parto, una aberración jurídica y ética que podría tener graves efectos en nuestra sociedad. Un posicionamiento, por cierto, que también ha apoyado Esperanza Aguirre.
La dirección del PP quiere evitar que se debatan esas cuestiones
El 25 de enero la dirección del PP filtraba al diario El País que se han presentado una veintena de enmiendas al congreso en contra la actual ley del aborto y contra los vientres de alquiler. El diario de PRISA ponía en el titular el temor de la dirección del partido a que se abra un debate en el congreso sobre esos temas.
La cúpula del PP viene apoyando las tesis más relativistas y contrarias a la dignidad humana en ambas cuestiones. Recordemos que Rajoy traicionó su promesa electoral de “reforzar la protección del derecho a la vida”, y siguiendo los dictados de Celia Villalobos, purgó a los diputados provida de las listas del PP en las últimas elecciones generales.
La dirección del PP sabe que en este congreso puede evidenciar la existencia de dos líneas ideológicas muy diferenciadas e irreconciliables en el partido
El riesgo de perder todavía más votantes conservadores
Además de ello, en la Comunidad de Madrid Cifuentes intentó legalizar los vientres de alquiler, pero la propuesta fue rechazada porque tres diputados del PP se saltaron la disciplina de voto (uno votó en contra y dos se ausentaron de la votación).
La dirección del PP sabe que en este congreso puede evidenciar la existencia de dos líneas ideológicas muy diferenciadas e irreconciliables en el partido: una partidaria del humanismo cristiano y de la causa provida, y otra que busca imponer el relativismo moral y las tesis progresistas surgidas del marxismo cultural.
Aunque actualmente la cúpula del PP está dominada por la segunda línea, el electorado del PP sigue teniendo un elevado porcentaje de votantes conservadores cuyo apoyo podría perder si el partido confirma su apoyo a las tesis de Maroto, Feijóo y Cifuentes.
Eso podría tener un elevado coste electoral en un escenario político en el que la formación que encabeza Mariano Rajoy ya ha visto muy reducidos sus resultados tras los constantes incumplimientos de la pasada legislatura.
La trampa para dar el poder al ala progre y que no se vaya el sector rival
La única opción que tiene la dirección del PP de evitar que se escenifique esa división interna es impedir ese debate o dejar abiertas esas cuestiones. Precisamente anteayer el diario rajoyista La Razón anunciaba que el PP “tendrá una posición transversal en temas morales o ideológicos”.
El vacío ideológico que ha propiciado Rajoy en el PP sería cubierto por el ala progre al margen del congreso
El diario se remitía a unas declaraciones de Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, en las que apostaba por “dar cabida a todas las sensibilidades y decir que el PP es consciente de la relevancia del debate de estas cuestiones”. Pablo Casado añadía que habría que respetar “el desarrollo normativo o del comité de expertos correspondiente”. Ahí está la trampa.
La cúpula del PP pretende dejar abiertas estas cuestiones para que sean los dirigentes autonómicos del ala progre los que impongan en sus respectivas comunidades la definición ideológica que ellos defienden, incluso sancionando a los diputados autonómicos del PP que discrepen, como ya ha ocurrido en Madrid.
De esa forma, el vacío ideológico que ha propiciado Rajoy en el PP sería cubierto por el ala progre al margen del congreso. Así evitarían que el sector conservador del partido rompa directamente con el PP, de tal forma que la cúpula podría contar con ellos para seguir captando el voto conservador. ¿Caerá el sector conservador del PP en esta trampa?
* Publicado originalemnte en el blog Contando Estrelas