
Luis Fernández Álvarez nació en la parroquia asturiana de Mallecina, en 1853. Hijo de un empleado del Infante Francisco de Paula quedo huérfano de madre a los tres años y de padre a los siete.
Con 13 años el y su hermano emigraron primero a Cuba y luego a los Estados Unidos donde trabajó en fábricas de trabajo. A los 24 años se graduó en Medicina y después de ejercer como médico particular, acepto una invitación del gobierno hawaiano para trabajar en las leproserías fundadas por el padre Damián.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDurante esos años tratando a leprosos se especializó en bacteriología y acabó inventando el método básico de detección de la lepra, usado en todo el mundo.
En 1895 participó en la conferencia mundial de la lepra en Berlín, representando al gobierno de Hawái. Alfonso XIII le nombraría poco después cónsul honorario de España, cargo que seguiría desempeñando durante sus últimos años que pasó en California. Murió de una pulmonía en 1937.
Si la vida del español Luis Fernández Álvarez resulta interesante, la de su nieto, Luis Álvarez, lo es muchísimo más. Nacido en 1911 y doctorado en ciencias físicas por la Universidad de Chicago en 1936 podría hacerse una docena de películas narrando su intensa y polifacética vida profesional.
Además del premio Nobel de Física, Luis Álvarez recibió el premio Albert Einstein, el Enrico Fermi y el premio Michelson
Participó en el ‘proyecto Manhattan’ de desarrollo de la bomba atómica, fue uno de los tripulantes del avión de observación que acompañó al Enola Gay durante el bombardeo de Hiroshima, consiguió medir junto Felix Bloch el momento magnético del neutrón, desarrolló un sistema de localización de submarinos mediante radar, diseño el acelerador de protones construido en Berkeley en 1947, realizo muchas otras importantes contribuciones a la física de partículas, entre ellas la invención de la cámara de burbujas de hidrogeno lo que le valió ser galardonado con el premio nobel de física en 1968.
Trabajo en el campo de la arqueología trabajando con sistema de rayos X para encontrar cámaras ocultas en las pirámides de Egipto. Y por último fue el proponente en 1980 junto a su hijo Walter, geólogo, de la denominada ‘hipótesis Álvarez’, la de que la tierra recibió el impacto de un enorme asteroide al final de la era cretácica que provocó un invierno nuclear que acabo con el 70 por ciento de las especies vivas, entre ellas los dinosaurios terrestres.
La ‘hipótesis Álvarez’ ha sido posteriormente confirmada de distintas maneras y hoy sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace 66 millones de años cuando impactó contra la tierra el enorme asteroide que dio origen al cráter de Chicxulub, en México.
Además del premio Nobel de Física, Luis Álvarez recibió el premio Albert Einstein, el Enrico Fermi y el premio Michelson y registró numerosas patentes desde estabilizadores ópticos hasta sistemas de detección de nitrógeno, pasando por dispositivos de entrenamiento para la práctica del golf.
Y ahora déjenme que les pregunte, ¿en un país donde tenemos calles dedicadas a casi cualquier imbécil irrelevante o incluso dañino, habían ustedes oído hablar –aunque solo fuera una vez, de este premio nobel de origen español y que fue uno de los científicos más importantes, polifacéticos y fascinantes de todo el siglo XX?