Diosdado Cabello es el jefe político del régimen de Venezuela. Formó parte de la cuadrilla que lanzó un golpe de Estado capitaneado por Hugo Chávez, y tiempo después del ascenso no golpista de éste al poder, lo nombró vicepresidente. Según un estrecho colaborador de Chávez y Cabello, y en una declaración hecha a la DEA, Cabello es nada menos que el jefe del cártel de los Tres Soles. Presenta un programa de televisión que se llama ‘Con el mazo dando’ desde el que vierte sus amenazas constantes a la oposición.
Cabello es el epítome de un régimen que vive con tensión caribeña su normalidad criminal. Tras la última gran manifestación callejera contra el régimen, el gobierno ha detenido a 173 personas y herido a 110. Hay 114 presos políticos, según Foro Penal Venezolano.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEntre ellos está el que siempre fue líder de la oposición, Leopoldo López, que lleva más de dos años encarcelado y aislado por el delito de convocar una manifestación. El Instituto de Prensa y Sociedad de Venezuela ha abierto 25 procedimientos judiciales por razones informativas y de opinión sólo entre 2013 y 2015, según recoge El Nacional.
El socialismo está logrando sus grandes objetivos sociales. Crecientes masas de venezolanos se igualan a marchas forzadas en la miseria y el hambre
La Sociedad Interamericana de Prensa denuncia que hay “una alarmante industria de demandas promovidas por las autoridades venezolanas para cercenar aún más a la prensa independiente, que enfrenta en el país numerosos agravios”.
El socialismo está logrando sus grandes objetivos sociales. Crecientes masas de venezolanos se igualan a marchas forzadas en la miseria y el hambre. La igualdad socialista siempre resulta más prometedora en las grandes proclamas de los políticos que en la realidad. Y la forzada privación lleva a un número cada vez mayor de ciudadanos a exigir un cambio político.
La oposición venció en las elecciones legislativas, y el gobierno ha reaccionado vaciándola de contenido político y está a punto de declararla fuera de la ley. La MUD ha promovido un revocatorio de Nicolás Maduro y su banda impide que tenga lugar, para no recibir un clamor de oprobio ciudadano.
Represión en las calles, opositores en las cárceles, violación sistemática de la ley, cerco a la acción de la oposición y acoso a los medios de comunicación. Todo lo necesario para tener un gobierno “verdaderamente democrático”, como es el de Venezuela.
Entre el caos económico y la indignación social, el régimen ha llegado a un punto en el que verdaderamente se tambalea. Sus apoyos exteriores, en un intento por rescatar al régimen de sí mismo, han iniciado lo que llaman un proceso de diálogo para la paz. En ese esfuerzo están el siniestro José Luis Rodríguez Zapatero y el Papa Francisco, entre otros.
El entusiasmo de Nicolás Maduro por la llegada del bote salvavidas es humanamente comprensible, y se puede ver en sus palabras: “El diálogo no tiene alternativa; no hay alternativa a la palabra y al encuentro; diálogo, palabra, encuentro”.
También ha dicho: “Creo profundamente en el amor como el arma más poderosa para ir a un proceso de consolidación, de paz, de construcción de paz”, que son unas palabras propias de Miss Venezuela o de un dictador. O de Podemos, que ya nos amenazó a todos los españoles con llevar a nuestras calles “la política del amor”.