El presidente Pedro Sánchez ha comparecido esta mañana en el Congreso a petición propia para informar de su programa de Gobierno, mes y medio después de su llegada al poder, así como para explicar su participación en el Consejo Europeo de los pasados 28 y 19 de junio.
Antes de desgranar los principios rectores de su programa de gobierno el secretario general del PSOE ha dejado claras sus obsesiones ideológicas, en especial sobre el franquismo, más de 80 años después del inicio de la Guerra Civil y 40 desde la muerte de Francisco Franco.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraQue las haya colocado como pórtico al motivo oficial de su comparecencia no es casualidad.
En primer lugar, la obsesión que está más de moda en la actualidad, al recordar que se han cumplido 40 años de la primera manifestación LGTBI en Madrid. A continuación, el mito de la democracia «conquistada», que en realidad fue posible de la ley a la ley, es decir, de la legalidad franquista a la legalidad democrática, imposible sin el concurso proactivo de la mayoría de las Cortes franquistas.
Y sin sonrojarse, Sánchez aseguró, en flagrante contradicción con la vuelta de tuerca que propone para la Ley de Memoria Histórica, que «un país que mira al futuro tiene que estar en paz con su pasado y con el bagaje que dan nuestros cuarenta años de democracia constitucional esto tenemos que hacerlo con serenidad, con moderación y con naturalidad«. No parece que la llamada ‘Comisión de la Verdad’ vaya por esa senda.
«¿Qué suponen ustedes que significa la regla de la paridad? «60% para las mujeres, 40% para los hombres», Sánchez dixit (con permiso de la vicepresidenta Calvo)»
Y a continuación, tiempo para la caza mayor: «Vamos a proceder a la exhumación de los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos. Y su materialización, a falta de dar los últimos retoques al instrumento que lo hará posible será, señorías, en muy breve espacio de tiempo» ha anunciado.
Esos últimos retoques que no ha entrado a desentrañar serán esenciales. Porque difícilmente, sin saltarse la ley, se puede desenterrar un cuerpo sin el permiso de los familiares del finado, que ya han dicho por activa, por pasiva y por perifrástica que no está en su pensamiento.
Parecía que hasta aquí iban a llegar las referencias al franquismo, con el anuncio de la «caza mayor». Pero nada más lejos de la realidad, porque hasta la decisión de acoger al buque Aquarius está relacionada con el anterior jefe del Estado.
Según ha expresado el presidente, la decisión de acoger el Aquarius se produjo en primer lugar con el recuerdo presente de aquellos «exiliados durante la larga noche franquista». Vuelta la burra al trigo.
Y todo esto trufado de un lenguaje incusivo y, por tanto, farragoso, con expresiones como «señoras y señores diputados» (sic) u «hombres y mujeres trabajadoras» (sic), que no aguantan una asalto en la Gramática. Tal vez menos si el oponente al amanecer y con florete es Pérez Reverte.
Y una perla más: ¿qué suponen ustedes que significa la regla de la paridad? «60% para las mujeres, 40% para los hombres», Sánchez dixit (con permiso de la vicepresidenta Calvo).
Consolidar el crecimiento económico y la creación de empleo; apostar por la igualdad y la cohesión social; fortalecer la cohesión territorial ante el desafío catalán; y la participación en la construcción europea, ejes explicitados por el propio Sánchez para su Ejecutivo, podían esperar.