El gobierno polaco conservador quiere cargarse la independencia judicial y convierte el país en una dictadura. Ése es, básicamente, el mensaje que están lanzando muchos medios sobre Polonia.
Sin embargo, y como suele ocurrir últimamente, hay muchas cosas que los medios no están contando. Indico a continuación unas cuantas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraUn Tribunal Constitucional creado por la dictadura comunista
El actual Tribunal Constitucional polaco (TK) fue creado en 1982, es decir, durante la dictadura comunista y más concretamente en el periodo en el que el general Jaruzelski tuvo vigente la ley marcial. El TK no empezó su actividad hasta 1985 con unos poderes muy limitados. Originalmente estaba formado por 12 magistrados elegidos por el Sejm (el Parlamento polaco, entonces una mera extensión del partido único comunista). Tras la caída del comunismo, el TK reforzó su autoridad pero básicamente seguía siendo el mismo órgano judicial creado por los comunistas.
Un poder judicial políticamente mediatizado desde 1997
La Constitución polaca de 1997 estableció que el Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) se compondría de los siguientes miembros (señalo en negrita los políticos):
- El Primer Presidente del Tribunal Supremo.
- El Ministro de Justicia.
- El Presidente del Tribunal Supremo Administrativo.
- Un representante del Presidente de la República.
- 15 jueces elegidos de entre los magistrados del Tribunal Supremo, los jueces comunes, los tribunales administrativos y los tribunales militares.
- 4 miembros elegidos por el Sejm entre sus diputados.
- 2 miembros elegidos por el Senado entre sus senadores.
Como se puede ver, aunque esa Constitución dice que la Justicia polaca es independiente, el CNJ cuenta con 8 políticos salidos del poder ejecutivo y del legislativo. Tal vez entonces no se escucharon quejas sobre la falta de independencia judicial en Polonia porque este sistema de elección es muy similar al de otros países de la Unión Europea, entre ellos España. Por otra parte, el entonces presidente de la República de Polonia era el socialista Aleksander Kwaśniewski, de la Socjaldemokracja Rzeczypospolitej Polskiej (Socialdemocracia de la República Polaca), nombre que adoptó en 1990 el Partido Obrero Unificado Polaco, el antiguo partido único de la dictadura comunista.
Los partidos mayoritarios del Sejm eran entonces la socialista Sojusz Lewicy Demokratycznej (Alianza de Izquierda Democrática, afiliada al Partido Socialista Europeo) y el Partido Popular Polaco (afiliado al Partido Popular Europeo).
Los 15 magistrados del Constitucional son elegidos por políticos
Tras la entrada en vigor de la Constitución de 1997, el número de magistrados del Sejm pasó de 12 a 15, extendiendo su mandato de 8 a 9 años. Además, el TK perdió el poder de hacer una interpretación vinculante de la ley. Así mismo, una mayoría de dos tercios del Sejm permitía tumbar cualquier sentencia que declarase la inconstitucionalidad de una ley aprobada antes de la entrada en vigor de la nueva Constitución. Los 15 miembros del TK son elegidos por el Sejm.
Pero como la tarta la cortaban populares y socialdemócratas, no hubo quejas internacionales sobre la falta de independencia del tribunal. A fin de cuentas, otros países de la Unión Europea designan así a los miembros de sus tribunales constitucionales.
El juego sucio del anterior gobierno para controlar el Constitucional
El actual conflicto judicial polaco no surgió con el actual gobierno del partido conservador Prawo i Sprawiedliwość (Ley y Justicia, PiS), sino con el anterior gobierno de la Platforma Obywatelska (Plataforma Cívica, PO). La PO gobernó en Polonia durante dos legislaturas seguidas, entre 2007 y 2015. En octubre de 2015 se celebraban elecciones legislativas. Todas las encuestas pronosticaban la derrota de la PO y una victoria del PiS. Y daba la casualidad de que cinco magistrados del TK terminaban su mandato en noviembre y diciembre de ese año, tras las elecciones.
En una maniobra política que provocó una gran polémica en el país, la PO quiso sustituir a esos cinco magistrados antes de las elecciones. Como hacerlo sin más habría supuesto una ilegalidad manifiesta, para llevar a cabo esa maniobra el Sejm -dominado por la PO- aprobó una nueva ley para el Tribunal Constitucional en junio de 2015, sólo cuatro meses antes de las elecciones.
Los cinco nuevos magistrados fueron elegidos justo antes de las elecciones y no se montó una polémica como la actual
Finalmente, los cinco nuevos magistrados fueron elegidos en la última sesión parlamentaria antes de las elecciones, el 8 de octubre de 2015. Curiosamente, a nivel político y mediático no se montó una polémica como la actual, tal vez porque la PO, como ya he señalado, está afiliada al Partido Popular Europeo y porque el presidente de la UE era desde diciembre de 2014 Donald Tusk, polaco y miembro de la PO.
La primera y escandalosa sentencia de los nuevos magistrados
Los cinco nuevos magistrados fueron los siguientes: Roman Hauser (propuesto por la PO), Andrzej Jakubecki (PO), Krzysztof Ślebzak (PO), Bronisław Sitek (propuesto por el Partido Campesino, también afiliado al Partido Popular Europeo y aliado del PO) y Andrzej Sokala (propuesto por los socialdemócratas del SDL). El PiS denunció estos nombramientos como una maniobra ilegal planeada para bloquear los proyectos legislativos que incluía en su programa.
La primera sentencia de los nuevos magistrados nombrados antes de las elecciones consistió en dar por buena la ley del TK de junio de 2015 que había servido para llevar a cabo su nombramiento. Fue un escándalo monumental, pero la UE no dijo nada al respecto: a fin de cuentas, insisto, el presidente de la UE era de la PO.
El Constitucional, presidido por un antiguo comunista designado por la PO
El 7 de noviembre, el TK anulaba los nombramientos de los dos candidatos no propuestos por la PO: Bronisław Sitek (propuesto por el Partido Campesino) y Andrzej Sokala (propuesto por los socialdemócratas). Tras la victoria electoral del PiS en octubre de 2015, el 2 de diciembre de 2015 el Sejm propuso cinco nombramientos para el TK a fin de sustituir los designados por la anterior legislatura, al considerar que la PO y sus aliados habían violado la ley y por tanto los nombramientos que habían hecho no eran válidos.
Los cinco candidatos eran Lech Morawski, Henryk Cioch, Mariusz Muszyński, Julia Przyłębska y Piotr Pszczółkowski. El 1 de diciembre, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos había emitido una opinión favorable de los cinco candidatos. El 3 de diciembre el presidente Andrzej Duda tomó juramento a cuatro de los cinco candidatos.
El 7 de enero de 2016 el TK, presidido por Andrzej Rzepliński (propuesto para el cargo por la PO) revocó los cinco nombramientos hechos por el nuevo Sejm. El TK, controlado por los magistrados de la PO puestos irregularmente meses antes, consideró que esos nombramientos no eran actos normativos. Sin embargo, cinco días más tarde y contradiciéndose a sí mismo, Rzepliński admitía a dos de los jueces propuestos por el Sejm: Julia Przyłębska y Piotr Pszczółkowski, sustituyendo las vacantes dejadas por Bronisław Sitek y Andrzej Sokala en noviembre.
El caso de Rzepliński es habitual en las estructuras del sistema judicial polaco heredado de la dictadura: fue miembro del Partido Comunista, su familia trabajó en la milicia y en la policía política de la dictadura, y a menudo ejerce más como político que como juez, dedicándose a descalificar ante los medios los proyectos legislativos del PiS sobre los que luego él tiene que emitir sentencia, algo impropio de un juez supuestamente independiente e imparcial.
Bloqueo a todo intento de revertir la irregular reforma de junio de 2015
El 22 de diciembre de 2015 el Sejm aprobó una nueva ley del TK, creada para deshacer los cambios hechos por la PO y sus aliados en junio de 2015, poco antes de las elecciones. El senado ratificó esa nueva ley dos días más tarde. La ley fue firmada por el presidente polaco Andrzej Duda el 28 de diciembre de 2015. Como era previsible, el TK controlado por los magistrados de la PO declaró inconstitucional esta ley el 9 de marzo de 2016.
El 22 de julio de 2016 el Sejm aprobó una nueva ley para el TK . El 11 de agosto el TK también declaró parcialmente inconstitucional esa nueva ley
Empezaba el bloqueo que había denunciado previamente el PiS. Tres magistrados designados por este partido emitieron votos particulares contrarios a la sentencia de inconstitucionalidad, unos votos particulares que no podrían haber sido emitidos sin la nueva ley de diciembre de 2015 (en España, por ejemplo, sí que existen).
El 22 de julio de 2016 el Sejm aprobó una nueva ley para el TK . El 11 de agosto el TK también declaró parcialmente inconstitucional esa nueva ley, derogando 9 de sus 10 disposiciones. Nuevamente hubo tres votos particulares.
El Tribunal prescinde de la obligatoria presencia de todos sus miembros
Durante esta batalla entre el TK y el Sejm, varios magistrados designados por el PiS se han negado a participar en las sesiones del TK al considerar ilegales las deliberaciones en ausencia de los otros tres candidatos propuestos por el Parlamento. A pesar de que la ley exige la participación de los 15 magistrados en las deliberaciones, el TK ha seguido actuando, lo que ha llevado al gobierno a negarse a publicar sus sentencias mientras el TK no cumpla con la legalidad.
¿Qué ocurre en otros países europeos?
En el caso de España, la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional depende en su amplia mayoría de los políticos, tanto del poder ejecutivo (2 magistrados) como del poder legislativo (4 del Congreso y 4 del Senado). El Consejo General del Poder Judicial sólo puede elegir dos magistrados del TC, pero es que a su vez el propio CGPJ está políticamente mediatizado (8 de sus 20 consejeros son nombrados a propuesta del Congreso y del Senado).
Olivier Bault, un periodista francés, comentaba en junio del año pasado: “Por supuesto, Polonia no es diferente en este asunto a cualquier otro país europeo, como por ejemplo Francia, donde François Hollande nombró recientemente al socialista Laurent Fabius para la presidencia del Consejo Constitucional. Algunos países ni siquiera tienen un tribunal constitucional, como los Países Bajos, de los cuales Frans Timmermans es originario.” Timmermans es el Vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la mejora de la legislación, las relaciones interinstitucionales, el Estado de Derecho y la Carta de los Derechos Fundamentales, que ahora se está haciendo cargo del Tribunal Constitucional polaco. ¿Tendrá previsto actuar contra su propio país por carecer de un Tribunal Constitucional?
Un sistema judicial polaco dirigido por antiguos jueces comunistas
Un ejemplo de la situación del sistema judicial polaco es el caso del Tribunal Supremo, encargado de supervisar al poder judicial, examinar los recursos para las elecciones y actuar como Tribunal de Casación. En 2009 se abrió una investigación contra algunos de los jueces del Tribunal Supremo en un caso de corrupción: se propusieron juicios favorables previo pago de una remuneración.
El caso se cerró en 2012 y otra vez en 2015 en base a que las pruebas presentadas por la Oficina Anticorrupción (CBA) se habían obtenido violando la ley. Bault recuerda que “varios jueces actuales del Tribunal Supremo de Polonia, que desempeña el papel de defensor de la democracia y del Estado de Derecho, comenzaron sus carreras bajo el régimen comunista y condenaron a los opositores políticos de esa época.“
“La reforma de la justicia, que nunca se ha logrado desde la caída del comunismo”, señala Olivier Bault, “promete ser la tarea más desalentadora para el PiS, pero está claro para la derecha conservadora polaca que es la condición sine qua non para una consolidación profunda y un proceso de democratización en Polonia. La primera reforma adoptada fue devolver al Ministro de Justicia el papel de Fiscal General.” En cuanto al Tribunal Constitucional, Bault afirma que “allí es donde el PiS debe concentrar sus esfuerzos, no sólo porque ‘el pescado se pudre desde la cabeza’, sino también porque el Tribunal Constitucional, en su forma actual, probablemente bloqueará las iniciativas legislativas del PiS por razones políticas y será en la práctica una ‘tercera cámara’ del Parlamento. Una cámara dominada por la oposición liberal para varios de los años por venir.”
Este artículo se publicó originalmente en el blog Contando Estrelas de elentir.