Inspirarse en postulados anarquistas, jacobinos y socialistas del siglo pasado para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 exhibe al presidente Andrés Manuel López Obrador tal cual es: un priísta “revolucionario”, anclado en el espejo retrovisor del liberalismo y empecinado en llevar al país por esa ruta.
Como pocas veces se vuelve nítida la máxima: origen es destino.
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Suscríbete ahoraEn un mensaje videograbado el 1 de mayo, el presidente López Obrador confesó sus inspiraciones para el Plan Nacional de Desarrollo:
“Si queremos buscar sus antecedentes, este Plan Nacional de Desarrollo se inspira en el Plan del Partido Liberal de los hermanos Flores Magón que se publicó por primera vez en 1906. Es un documento extraordinario. Debe ser de lectura obligatoria, sobre todo ahora que tenemos que reeducar a muchos que fueron influenciados por el pensamiento neoliberal. Les trabajaron la mente, les lavaron el cerebro.
“Otro sería el Plan sexenal que se dio a conocer durante la campaña del presidente Lázaro Cárdenas”, enfatizó el mandatario.
E insistió por enésima ocasión: “Por primera vez en los últimos 36 años del periodo neoliberal o neoporfirista se presenta un plan que no se ajusta a los dictados de los organismos financieros internacionales y de los gobierno extranjeros”.
Anarquistas y jacobinos
El Partido Liberal, expresión anarquista de los hermanos Ricardo, Enrique y Jesús Flores Magón -admiradores y seguidores de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada – se distinguían por su jacobinismo; por proponer reivindicaciones sociales de corto plazo a trabajadores y campesinos y usaban un lenguaje cargado de simbolismos mesiánicos.
En su Plan, lanzado de San Luis Missouri, Estados Unidos, los hermanos Flores Magón el 1 de julio de 1906, convocaron:
Pensad, mexicanos, en lo que significa para la patria la realización de este Programa que hoy levanta el Partido Liberal como un pendón fulgurante para llamaros a una lucha santa por la libertad y la justicia, para guiar vuestros pasos por el camino de la redención, para señalaros la meta luminosaque podéis alcanzar con sólo que os decidáis á unir vuestros esfuerzos para dejar de ser esclavos.
El Programa, sin duda, no es perfecto: no hay obra humana que lo sea; pero es benéfico, y para las circunstancias actuales de nuestro país es salvador. Es la encarnación de muchas nobles aspiraciones, el remedio de muchos males, el correctivo de muchas injusticias, el término de muchas infamias.
Es una transformación radical: todo un mundo de opresiones, corrupciones, de crímenes que desaparecen, para dar paso á otro mundo más libre, más honrado, más justo.
Definieron al enemigo: “…el clero, ese traidor impenitente, ese súbdito de Roma y enemigo irreconciliable de las libertades patrias, en vez de tiranos a quienes servir y de quienes recibir protección, encontrará leyes inflexibles que pondrán coto a sus excesos y lo reducirán a mantenerse dentro de la esfera religiosa…”
Plantearon la supresión de las escuelas regenteadas por el clero.
“La supresión de las escuelas del Clero es una medida que producirá al país incalculables beneficios. Suprimir la escuela clerical es acabar con el foco de las divisiones y los odios entre los hijos de México; es cimentar sobre la más sólida base, para un futuro próximo, la completa fraternidad de la gran familia mexicana”.
También proclamaron una revolución social para “aniquilar” el derecho de propiedad.
Cárdenas, socialismo a la mexicana
El gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), populista, tuvo algunas características singulares para tratar de imponer el socialismo en México:
Concedió preeminencia a su partido por sobre las acciones del gobierno.- Su Plan sexenal de Gobierno formulado por el Comité Ejecutivo del Partido Nacional Revolucionario, no por el gobierno, y fue aprobado en la segunda convención ordinaria del PNR el 6 de diciembre de 1933 en Querétaro.
Algunos extractos del mismo en distintas materias son ilustrativos:
Y el Gobierno, mientras se halle en manos del Partido Revolucionario, es el órgano de gestión pública a través del cual la Revolución realiza sus finalidades.
El Partido Nacional Revolucionario mantendrá contacto, por conducto de una Dirección especial, con las organizaciones regionales del Partido y las autoridades de los Estados y de los Municipios, a efecto de agrupar a las comunidades interesadas y estudiar las obras más urgentes de utilidad común que deben llevarse a cabo, escalonadas, en los seis años de este Plan.
Cada Estado formará un programa de las obras por realizar, que quedará bajo el control y continua vigilancia de los órganos del Partido y bajo la responsabilidad de los Gobiernos de los Estados y de los Ayuntamientos.
El Partido Nacional Revolucionario computará cada año las obras públicas que las comunidades se comprometan a construir.
Corporatizó la vida social del país.- Cuatro años le tomó a Cárdenas transformar el PNR en Partido de la Revolución Mexicana. Años después se llamará PRI. De tener una estructura integrada con partidos estatales y regionales la integró con cuatro sectores: obrero, campesino, popular y militar.
Para el presidente Cárdenas «el Estado es un agente activo de gestión y ordenación de los fenómenos vitales del país; no un mero custodio de la integridad nacional, de la paz y el orden públicos»
El telón de fondo para lograrlo fue la pertenencia de Cárdenas a la masonería y su apoyo a la formación de logias consideradas como irregulares por la mayoría de las logias tradicionales jurisdiccionadas a la Gran Logia Valle de México.
En su estudio La masonería cardenista, María Eugenia Vázquez-Semadeni explica: “La intención de Cárdenas era favorecer la proliferación de logias que le fueran leales y apoyaran sus proyectos políticos. Además de los miembros de los sectores magisterial, obrero y campesino, a estas logias se afiliaron la mayoría de los empleados del gobierno, los distintos miembros de grupos cardenistas y casi todos los jóvenes que deseaban emprender una carrera política y no eran católicos militantes”.
Cárdenas fundó también un gran número de logias itinerantes para los militares, de las cuales surgió la idea de las escuelas “Hijos del Ejército”, asegura el estudio.
Aplicó un estatismo económico.- “El plan de gobierno que va a ocupar vuestra atención, es, unánimemente, la de que el Estado mexicano habrá de asumir y mantener una política reguladora de las actividades económicas de la vida nacional; es decir: franca y decididamente se declara que en el concepto mexicano revolucionario, el Estado es un agente activo de gestión y ordenación de los fenómenos vitales del país; no un mero custodio de la integridad nacional, de la paz y el orden públicos”.
Combatió a la Iglesia e impuso la educación socialista.- Vázquez-Semadeni asegura que desde que fue candidato a la gubernatura de Michoacán, Cárdenas del Río combatió a la Iglesia, “a la cual consideraba enormemente perniciosa para la población y el desarrollo del país”, apoyado en maestros rurales.
En el Plan Sexenal se lee:
«El Partido Nacional Revolucionario propugnará por que se lleve a cabo la reforma del artículo 3° de la Constitución Política Federal a fin de que se establezca en términos precisos el principio de que la educación primaria y la secundaria se impartirán directamente por el Estado o bajo su inmediato control y dirección, y de que, en todo caso, la educación en esos dos grados deberá basarse en las orientaciones y postulados de la doctrina socialista que la Revolución Mexicana sustenta”.
A la vez, impulsó la formación de maestros, principalmente en las normales rurales.
Con estos puntos se puede entender que la inspiración de López Obrador, su equipo y aliados, a través del documento guía de las acciones de su gobierno, se asumen como los herederos de una facción política del viejo régimen, los nacionalistas revolucionarios.
El Plan Nacional de Desarrollo no es un mero documento discursivo, es un plan político y deja poco lugar a las ocurrencias.