La aritmética electoral obliga a buscar extraños compañeros de cama. Así, Colau busca el apoyo del PSC y Valls para que no gobierne ERC. Y Sánchez disciplina a los suyos de Navarra para que apoyen a Navarra Suma (las llamadas tres derechas) y evitar que siga una Navarra nacionalista.
A cambio, Sánchez lograría la abstención de UPN a la que Pablo Casado no se opone. O sea, el PP apoya la investidura de Sánchez a cambio de que renuncie buscar el apoyo de los catalanistas. Casi nada.
Y es que este ajedrez está trufado por una ley electoral que se parece al algoritmo de Google: premia al exitoso y castiga al débil. Por eso Sánchez se permite despreciar a un Podemos que pasa de dar miedo a dar risa. Iglesias puede patalear. Pero sus bases no entenderían que no apoyara lo que llaman “gobierno de progreso”. Ergo sus votos serán gratis o casi. Como los de Izquierda Unida en su momento. Destino feliz.
Algo parecido le pasa a Vox. Amenaza con que Carmena siga de alcaldesa y el PSOE presida la Comunidad de Madrid. Y para que parezca que no van de farol, expulsan a su concejal de Torremolinos que hizo propaganda LGTB dificultando seriamente la alcaldía del PP. Y además, enmiendan la totalidad de las cuentas de Andalucía colocando palos en las ruedas del gobierno de Juanma Moreno y Ciudadanos.
Si ese eventual pacto PSOE-Ciudadanos contiene -además- una posición firme frente a los secesionistas, muchos lo aplaudiríamos
Además, negocian en Madrid con el PP programa, programa, programa: impuestos y empleo. ¿El objetivo? Elevar la exigencia a Ciudadanos que sigue tratándoles de apestados. Ciudadanos no cede y por su parte, sigue elevando el precio del pacto con el PP en Castilla y León: quieren la cabeza de los alcaldes de Palencia y Burgos y la del presidente de la diputación de Valladolid.
Y aunque nadie habla de ello tampoco se descarta el apoyo a Sánchez a nivel nacional. El PSOE lo busca. Y el Ibex también. El Pacto de Estabilidad enviado por Sánchez a Bruselas contiene materias ‘made in Garicano’ como la ‘mochila austríaca’. Para Ciudadanos sería de difícil venta. Pero tiene 4 años para hacerlo.
Si ese eventual pacto contiene -además- una posición firme frente a los secesionistas, muchos lo aplaudiríamos. Y Sánchez se haría mayor, recuperaría el apoyo de los ‘viejos del PSOE’ y se consolidaría como un hombre de Estado. Por su parte, Ciudadanos lograría que el PP entrase en una ‘guerra civil’ de difícil salida y que Vox se convirtiera en irrelevante. Paradójicamente para liderar la ‘derecha’ quizás haya que pactar con la izquierda.
Resulta tan apetitoso que parece difícil que no se produzca.
El anzuelo del pescador
La manguera de Dragui. El BCE rebaja las expectativas de crecimiento de la UE y mantiene el manguerazo hasta “al menos” el primer semestre del 2020. No habrá subida de tipos como mínimo hasta dentro de un año.
Demasiado antibiótico. No lo advierte una sociedad médica, sino la Autoridad Fiscal que denuncia que España consume demasiados. También pide que los jubilados con recursos abonen sus medicinas. Se acabó la farmacia casera ‘gratuita’.
Fútbol femenino. Arranca el Mundial de Fútbol Femenino y las feministas se lanzan a comparar: cobran menos que ellos. Mucho menos. ¿No será por qué no genera la misma audiencia? El sabio de Rafa Nadal tiene la respuesta.
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