Merecía una película / 1921: La Legión salva Melilla de las garras de Abd-el-Krim

    El 28 de enero se cumple el 97 aniversario de la fundación de la Legión española, originalmente bautizada "Tercio de Extranjeros". El valor fue una de sus señas: su intervención en 1921 tras el desastre de Annual fue clave para salvar Melilla de los rebeldes de Abd-el-Krim.

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    Desembarco de Melilla 1921
    El desembarco en Melilla de las I y II Banderas de la Legión

    Una llamada despierta al comandante Francisco Franco en mitad de la noche. Es el 21 de julio de 1921, y lo que no sabe Franco es que se está produciendo el Desastre de Annual, en la zona de Melilla, al sublevarse los rifeños de Abd-el-Krim. Será una de las páginas más dolorosas en la historia del ejército español.

    El teniente coronel José Millán-Astray ordena al joven Franco –jefe de la I Bandera de la Legión- que abandone Rokba el Gozal, al oeste de Marruecos, y se dirija al Fondak de Ain Yedida.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    Las rifeños liderados por Abd-el-Krim están sembrando el caos en el Protectorado español. Las posiciones españolas cercanas a Melilla van cayendo una tras otra y la ciudad costera se antoja como objetivo final de los rebeldes. Un botín que ni legionarios ni regulares van a regalar como si nada.

    El calor es sofocante pero ni siquiera el sol abrasador frena la caminata de la I Bandera de la Legión, que recorre 100 kilómetros a pie en apenas 30 horas.

    Lo hacen con dificultad, exhaustos y sedientos, pero todos llegan al Fondak, la tierra prometida en la que al fin cogen un tren hasta Ceuta.

    Los legionarios conocen la trágica noticia: los rifeños han logrado aniquilar a las tropas del general Silvestre en Annual. Dicen que han caído cerca de 10.000.

    Franco y Millán-Astray
    El teniente coronel Millán Astray junto al coronel Franco durante la Guerra de Marruecos.

    La terrible noticia golpea la moral de los legionarios, pero sólo por momentos… Millán-Astray les dedica una encendida arenga:

    «¡Legionarios!, de Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave, quizás en esta empresa tengamos todos que morir. ¡Legionarios!, si hay alguno que no quiera venir con nosotros que salga de filas, que se marche, queda licenciado ahora mismo… ¡Legionarios!, ¿juráis todos morir si es preciso en socorro de Melilla?». Todos responden: «¡Sí, juramos! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!».

    Empujados ladera arriba

    Allí se encuentran con el batallón del Regimiento de la Corona y los regulares, que llegan desde Málaga y Ceuta respectivamente. El día 26 de julio el general Sanjurjo toma el mando de la defensa de Melilla.

    La empresa no es fácil: el enemigo ha ocupado posiciones en el cercano monte Gurugú desde el que castiga con fuego de cañón y fusil las posiciones españolas.

    Es el momento de los legionarios, que demuestran su gallardía en combate. La 5ª compañía de la II Bandera resiste en un blocao la lluvia de balas procedente de las laderas del Gurugú. 

    Los rifeños tienen todas las de ganar: conocen el terreno, muy propicio para el emboscada, y aguardan el momento de tomar los convoyes que parten desde Melilla.

    El 8 de agosto los moros atacan por sorpresa uno de ellos pero legionarios y regulares no se arredran y, a pesar de la desventaja, rechazan la ofensiva empujándolos ladera arriba.

    «Sólo alabanzas hemos oído de las cualidades militares y dotes de mando de este jefe que defendió la posición de Sidi Hamed», escribe Franco del comandante Arias

    El comandante Franco da testimonio de la gesta -no será la única- en su obra Diario de una Bandera: «En uno de los convoyes a Sidi­ Hamed el enemigo nos prepara una fuerte emboscada. Es el día 8 de agosto. Al efectuar el paso por la segunda caseta y cuanto toda la Legión ha entrado en el camino, una nutrida descarga hecha sobre nuestros caballos nos sorprende. Al momento, la fuerza se ha tendido y rompe el fuego sobre las peñas y chumberas de la barrancada, los legionarios y regulares escalan rápidos las laderas, y el enemigo huye escarmentado, el fuego ha sido intenso, pero milagrosamente sólo nos han matado un perrito».

    Cuadro que representa la derrota de los españoles a manos de Abd El Krim.
    Cuadro que representa la derrota de los españoles a manos de Abd El Krim.

    En la defensa de Sidi Hamed destaca el comandante Arias, jefe de la posición y del batallón de Toledo. «Sólo alabanzas hemos oído de las cualidades militares y dotes de mando de este jefe que defendió la posición de Sidi Hamed», escribe Franco.  

    Que viene el tren

    Todas las unidades de la Legión que pasan por este destacamento muestran un valor extraordinario. Algunos rozan la heroicidad, como el puñado de hombres que resiste durante la noche del 17 de agosto en el blocao de Dar Hamed, más tarde bautizado como «de la muerte». 

    Apenas 12 legionarios a las órdenes de un cabo parapetados detrás de unos sacos terreros aguantan la embestida rifeña nocturna: los autóctonos aprovechan la superioridad numérica y la incertidumbre que otorga la oscuridad.   

    Esta ventaja, sin embargo, no es suficiente para tumbar a los legionarios, que aguantan toda la noche el asedio de los hombres de Abd-el-Krim. Con el amanecer los atacantes quedan al descubierto y pierden el factor sorpresa: se retiran.

    Regimiento de Alcántara
    El Regimiento de Alcántara protagonizó una carga heroica en el desastre de Annual / (Augusto Ferrer-Dalmau).

    De inmediato llega una columna de refuerzo en el momento más oportuno. Lo que ven al llegar es lo más parecido a una escena de película: los legionarios, casi todos heridos, siguen en sus puestos en lo que queda de blocao. Las alambradas están deshechas, los sacos terreros esparcidos por el suelo y la munición escasea. Todo ello propicia que el cabo sea ascendido a suboficial legionario.

    A la semana siguiente más de lo mismo: el 23 de agosto las banderas legionarias atacan las barrancadas de Frarhana, muy cerca de Zoco el Had, y dos días después hacen lo propio en Tizza, algo más lejos.

    Esto requiere la ayuda de provisiones a través de los convoyes. El enemigo lo sabe y espera agazapado para atacar el tren blindado que sale desde Melilla para abastecer Sidi Amed y el Atalayón.

    Los rifeños no han dicho la última palabra

    A los legionarios les toca ahora escoltar el tren que regresa a Melilla. Los rifeños llegados desde Nador aguardan cerca de las vías y atacan a los legionarios. Por suerte una sección legionaria aprovecha el talud de las vías para salir de allí sin ser vista por el enemigo. El factor sorpresa cambia de bando y los españoles atacan a la bayoneta aprovechando la irrupción del tren, desde el que se hace fuego contra los hombres de Abd-el-Krim.

    Dar Hamed suceso terrero
    Homenaje al cabo Suceso Terrero López por su heroica defensa del blocao de Dar Hamed / Ejército de tierra

    Apenas unos días después los legionarios son reemplazados con la satisfacción del deber cumplido: Melilla sigue siendo española.

    Pero los rifeños no han dicho la última palabra. Un mes después Dar Hamed vuelve a ser hostigado. El 13 de septiembre llega a la guarnición una sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla a las órdenes del teniente Fernández Ferrer.

    Dos días después las bajas son numerosas en el blocao español. La gravedad de los hechos obligan al teniente a pedir refuerzos. Poco después él mismo muere alcanzado por la metralla.

    La petición de socorro llega a la guarnición legionaria de la segunda caseta y el teniente del tercio Agulla Jiménez-Coronado pide permiso para acudir a Dar Hamed, pero el mando lo cree muy arriesgado, así que sólo envía a un pelotón de 15 hombres al frente del cual está el cabo en funciones Suceso Terrero López.

    Es la hora del legionario Suceso Terrero, al que el deber llama en el momento más crítico: nadie parece a salvo de la muerte ante un enemigo que, superior en número y munición, ataca el blocao de Dar Hamed

    Muerto el teniente Fernández Ferrer queda al mando del blocao el suboficial Cadarso, que dirige la defensa incluso tras haber sido herido en la cara. Poco después un disparo de artillería impacta en el blocao y Cadarso muere. Al frente se coloca el cabo Sergio Vergara, del Batallón Disciplinario, pero corre la misma suerte que el primero.

    Es la hora del legionario Suceso Terrero, al que el deber llama en el momento más crítico: nadie parece a salvo de la muerte ante un enemigo superior en número y munición. Los legionarios luchan hasta la última gota de sangre y así se lo hace saber al mando en la segunda caseta, a la que llegan como mensajeros el legionario Miralles y el soldado Mediel.

    Los cuerpos sin vida de los héroes

    Es cuestión de horas que el blocao Dar Hamed salte por los aires. Con la esperanza de llegar antes de que eso ocurra desde la segunda caseta parte veloz una fuerza de legionarios al mando del sargento Valle.

    El esfuerzo es en vano: al llegar a Dar Hamed la artillería rebelde -aunque ya en retirada- ha acabado con el blocao y allí no hay más que los cuerpos sin vida de unos héroes que lograron frenar el avance hacia Melilla.

    La Legión apenas tiene un año de vida, pero su leyenda acaba de comenzar. Su bautismo de fuego en Marruecos ha sido exitoso dentro del desastre general de Annual, y eso lo sabe el fundador, Millán-Astray, que entona unas emotivas palabras a los «más preclaros héroes de la Legión».

    «Al mando del cabo Suceso Terrero, marcharon voluntarios al blocao de la muerte, en Melilla, y en él perecieron gloriosamente entre sus escombros cuando fue destrozado por el cañón enemigo; estos heroicos legionarios cumplieron con el espíritu de acudir al fuego, que nos manda nuestro credo. Son gloriosas las hazañas de la primera y segunda banderas en Melilla, y cada día escriben una nueva página, que aumenta nuestros laureles», recita orgulloso Millán-Astray.

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    Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.