No es un iletrado, ni un antidemócrata, ni un facha. Sino todo lo contrario. Y sin embargo el veterano actor, una de las glorias del cine británico, Michael Caine, tenía muy claro que el Reino Unido debía cortar amarras con la Unión Europea.
Votó Sí en su momento al referéndum del Brexit y hace unos días ha explicado sus motivos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraMichael Caine no es sospechoso de elitista. De origen humilde (la leyenda habla de familia gitana, como otro ilustre actor, Bo Hopskin), clase obrera, que empezó desde abajo y al que delataba su acento cockney.
Es decir, es un hombre muy del pueblo, del profundo Londres industrial, que se abrió camino en los años 60, a base de trabajo (con películas como Zulú, Alfie, Funeral en Berlín o La huella –al lado del aristocrático Laurence Olivier-).
Luego le llegaría la gloria, dirigido por grandes del cine como Otto Preminger, Woody Allen (en Hanah y sus hermanas) o John Huston. Y ya octogenario sigue teniendo papeles relevantes en filmes como Origen, de Christopher Nolan.
Es un símbolo de lo “british”, como la ginebra Beefeter, el sándwich de pepinillo, o las cabinas rojas de teléfono. Aunque sea un british, con un toque hooligan.
Y dijo sí al Brexit. ¿Por qué?
Ha ofrecido dos razones estos últimos días.
La primera tiene que ver con democracia y con soberanía. O dicho de otra forma, quién es la Comisión Europea –a la que nadie ha elegido- para meterse en la soberanía de los Estados miembros.
“Voté a favor” explica a El Mundo. “Y lo hice porque una vez escuché a Jean-Claude Juncker [presidente de la Comisión Europea] hablar. Vamos a ver, este hombre era el ex presidente de un país casi tan pequeño como una estación de radio (en alusión a Luxemburgo, del que fue primer ministro). Pues bien, a este hombre le escuché decir lo que según él tenía que hacer David Cameron, el ‘premier’ de mi país y una persona a la que sí había votado”.
«¿Quién ha elegido a Juncker? ¿Y para qué? Me pareció una broma”
El actor alude al famoso déficit democrático de Bruselas, la mancha original de la Unión Europea. E insiste: “¿Quién había elegido a Juncker? ¿Y para qué? Me pareció una broma. Así que desde ese momento decidí no hacer caso a mi primer ministro y votar el Brexit.”
Hay un segundo motivo. “Yo prefiero ser un amo pobre que un sirviente rico” alegando razones económicas y también de soberanía. “Esto no tiene que ver con el racismo, no tiene que ver con los inmigrantes o con nada de eso, sino con la libertad”.
Y –en esto coincide con muchos analistas- existe la opción de acuerdos bilaterales comerciales, como de hecho ha venido funcionado Gran Bretaña fuera de la zona euro. “Reino Unido se las apañará [fuera de la Unión Europea]” subraya.