“Si no te gusta la UE, vete a Moscú, facha”

    ¿Dónde se vive mejor? ¿Dónde hay más libertad? ¿En Bruselas o en Moscú? Si eres rico o político, supongo que da igual, pero si eres un ciudadano ‘vulgaris’ debes preguntártelo.

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    Vladimir Putin, durante una comparecencia / EFE

    En mi juventud (“Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora / campos de soledad, mustio collado, / fueron un tiempo Itálica famosa”), las discusiones entre abuelos de derechas y jovenzuelos de izquierdas solían incluir, por parte de los primeros, la recomendación de que los segundos se avecindasen durante una temporada en alguno de los países cuya vía al socialismo el nieto o la nieta defendían: Cuba, la URSS, China, Libia, Alemania Oriental, Albania (sí, sí, Albania)…

    Ahora empieza a ser común que los fieles del extremo centro espeten a los discrepantes del pensamiento único: «Si no estás a gusto en el Estado español, vete a Moscú». El Imperio Progre trata de explicar sus derrotas con el recurso a la conspiración.

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    Detrás de la victoria de Donald Trump, del fracaso de Angela Merkel para formar Gobierno y del golpe de Estado separatista en Cataluña están los hackers rusos, no la incompetencia de Hillary Clinton, ni el hartazgo de los alemanes con su canciller ni la manipulación de la sociedad durante 35 años por los catalanistas.

    El hacker ruso es como el pinchazo telefónico en los tiempos del felipismo: si no tenías un pinchazo o si no tienes un hacker en tu ordenador, no eres nadie. Y encima tienes a mano una cabeza de turco para explicar todo lo malo que te ocurre.

    El ‘hacker ruso’ es como el pinchazo telefónico en los tiempos del felipismo: si no tienes un ‘hacker’ en tu ordenador, no eres nadie

    Las criaturas de Juan Luis Cebrián, el hincha de Gorbachov y el enemigo de Reagan, recurriendo al «¡Rusia es culpable!» de Serrano Suñer. (Pausa para recuperarse de las carcajadas).

    ¿Pero es Rusia tan mala como nos la describen en The Economist y la CNN y tan buena la Unión Europea? Hagamos un breve repaso.

    La OTAN protege a islamistas y Rusia los mata

    Es innegable que en Rusia el Gobierno de Putin persigue al disidente, sobre todo si es periodista. Algunos de esos periodistas han sido asesinados (también lo fueron en los años de Borís Yeltsin, en concreto 160), mientras que en España, el castigo a los periodistas desobedientes o molestos para sus editores o para los políticos es el despido y, como mucho, una campaña de burla.

    También es innegable que Rusia está recuperando su esfera de influencia en Ucrania y el Cáucaso por medio de la violencia. Pero Rusia ha sido un factor fundamental en la derrota militar del ISIS y el regreso de la paz a Siria (cuyo Gobierno es respaldado por los cristianos sirios).

    Por el contrario, la OTAN derrocó a Gadafi, con lo que permitió que Libia se convirtiera en un horror, incluso con mercados de esclavos. Además, los aliados árabes de Occidente, como Arabia Saudí y Qatar, han financiado el ISIS. Los saudíes llevan meses bombardeando población civil en el Yemen sin que la UE ni EEUU les sancionen.

    El gasto militar de estados unidos en 2016 fue nueve veces superior al de Rusia en el mismo año

    Para comprender la verdadera realidad de la amenaza militar rusa, recurramos a comparar los presupuestos militares. En 2016, el gasto militar de EEUU ascendió a 611.000 millones de dólares y el de Rusia, de 69.200 millones, fue la novena parte. Y por encima de Rusia, estaba China, con 215.000 millones.

    Respecto a bases militares fuera del territorio nacional, Rusia tiene 18, la mayoría en repúblicas de la antigua URSS, más Siria y Vietnam. EEUU tiene varios cientos de bases en más de 70 países, entre ellos España.

    El aborto en Rusia es legal

    ¿Y cuál sería la comparación respecto a los derechos individuales entre Rusia y la UE?

    Bruselas ve mal toda medida de fomento de la natalidad y restricción del aborto adoptada por un Estado miembro. Por ello, Polonia y Hungría están recibiendo amonestaciones de la Comisión Europea.

    La alternativa de Bruselas al invierno demográfico es la inmigración extraeuropea. Por las buenas o por las malas. Acaba de decirlo otra vez Jean–Claude Juncker: “Sin millones de africanos, Europa estará perdida”.

    En Rusia el aborto es legal. Desde que accedió a la presidencia del país por primera vez, en 2000, Putin trata de fomentar la natalidad y disminuir el número de abortos. Para ello, hay diversas ayudas a las familias. Y en 2011, la Duma aprobó una restricción del aborto: prohibido a partir de las 12 semanas, con excepciones; plazo obligatorio de espera de unos días después de la solicitud; permitido sólo en centros autorizados…

    La Iglesia ortodoxa y varios diputados tratan de prohibir el aborto, legalizado por primera vez por Lenin, pero no lo han conseguido.

    Para diversos Gobiernos miembros de la UE el aborto es tan importante que se ha convertido en uno de los principios de su política exterior. Así, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Suecia aportarán 51 millones de euros a un fondo internacional para promover el aborto seguro.

    Australia deporta inmigrantes a islas

    Ante la oleada en 2015 de refugiados de la guerra de Siria y de inmigrantes económicos camuflados como tales que avivó la irresponsabilidad de Merkel, la UE ha establecido cuotas obligatorias para los Estados de refugiados, sin que los Gobiernos pudieran chistar. Los primeros que llegaron a España eran eritreos. Viven a nuestra costa, pero no tenemos derecho a decidir sobre ellos. El Tribunal de Justicia de la UE sentenció que Eslovaquia y Hungría no tenían derecho a rechazar sus cuotas de refugiados asignadas por Bruselas, por orden de Berlín.

    En Rusia viven entre 8 y 10 millones de inmigrantes ilegales, provenientes en un 80% de otras repúblicas ex soviéticas, a los que el Gobierno apenas puede deportar por falta de medios. La humanitaria UE propone la construcción de campamentos para inmigrantes en África, sobre todo en Libia, pagando su coste a las autoridades locales.

    Entre los países occidentales, los más duros con la inmigración son EEUU y Australia. En EEUU, el presidente Obama deportó a cerca de tres millones de indocumentados en su mandato. Y en Australia el Gobierno envía a los inmigrantes ilegales a unos campamentos en la islas de Manus y Nauru.

    En la UE crece el catálogo de ‘delitos de odio’

    En España las leyes de violencia doméstica discriminan a los varones frente al testimonio de las mujeres. Lo hemos comprobado este verano con el caso de Juana Rivas, que desobedeció los autos judiciales sobre la entrega de sus hijos al padre de éstos y contó con la aprobación de Mariano Rajoy y Susana Díaz. Las feministas se oponen a la custodia compartida y la califican como otra forma de violencia contra las mujeres.

    En Rusia, la ley aprobada a principios de este año a instancias de una diputada de la oposición al partido de Putin, Rusia Unida, castiga las agresiones de los varones a las mujeres y también las que cometan éstas.

    En Rusia se castiga la violencia doméstica de las mujeres contra los varones. En España éstos están discriminados

    En 2013, al año siguiente de regresar Putin a la presidencia de Rusia, el Parlamento federal aprobó una ley para proteger a la infancia y la juventud de la propaganda homosexual.

    En la UE la ideología de género recibe el apoyo de las instituciones comunitarias y de la mayoría de los Gobiernos nacionales. En países de Europa, en Canadá y en numerosas ciudades y estados de EEUU gobernados por la progresía, las críticas a la transexualidad y la homosexualidad y las confusiones al usar los pronombres acarrean multas, despidos y hasta cárcel.

    Los delitos de odio aumentan si cesar en la UE: homofobia, transfobia, islamofobia… Y a un padre el Estado le puede retirar la patria potestad sobre una hija por darle un cachete o por impedirle que tome bloqueadores hormonales.

    Bien sabe HazteOír lo que implica enfrentarse al lobby LGTB. Su autobús con un mensaje referido a la biología fue perseguido por diversos Ayuntamientos, denunciado por un fiscal y atacado por vándalos.

    La UE y Moscú contra Internet

    En lo que coinciden tanto Moscú como Bruselas y numerosos Gobiernos de la UE es en desconfiar de Internet, la «ancha Castilla» del siglo XXI. A la vista del llamado populismo, que está estropeando los planes de las partitocracias imperantes, la UE prepara medidas contra las ‘fake news’, amparándose en la supuesta (porque no se ha probado) injerencia rusa en diversas elecciones.

    Hace unos días, nos enteramos por el periódico más cercano al Poder, tanto da el PP o el PSOE, que el Gobierno español incluye las ‘campañas de desinformación’ entre las amenazas a la seguridad nacional. ¿Y qué es una campaña de desinformación? ¿Decir, por ejemplo, que en muchos colegios públicos catalanes se adoctrina en el odio a los alumnos?

    En Rusia el Poder ha avanzado más deprisa: Moscú ya está aprobando leyes para controlar los contenidos antigubernamentales en Internet.

    Para los que no queremos que ni Bruselas, ni Moscú controlen nuestra vida ni nuestro pensamiento, ¿no puede haber una tercera vía en la que mantengamos nuestra libertad frente a los funcionarios y los políticos?

    Nos lo avisó Gómez Dávila: “La sociedad moderna arrolla las libertades, como un regimiento de tanques una procesión de beatas”.

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    Cuando me digo por las mañanas que el periodismo es lo más importante, me entra la risa. Trato de tomarme la vida con buen humor y con ironía, porque tengo motivos para estar muy agradecido. Por eso he escrito un par de libros con mucha guasa: Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos, que provocó una interpelación en el Congreso por parte del PNV, y Diccionario para entender a Rodríguez el Progre. Mi último libro es 'Eternamente Franco' (Homo Legens).