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¡Qué poco matan las armas en EE UU!

Obama ha vuelto a abrir el debate de las armas en Estados Unidos

El progre (llamado ‘liberal’ en EEUU) necesita mensajes cortos que pueda asimilar y luego difundir sobre la realidad. Cuanto más complejo sea un mensaje o una explicación, más confusión le provocará.

Ante la matanza causada en una discoteca gay de Florida por un islamista, la consigna ha sido pasmosa pero sencilla: la culpa es de las armas de fuego. No de quienes las disparan, sino de quienes las venden. ¡Pistolas ‘homófobas’!

Así lo dijo el presidente Obama, empeñado desde que accedió a la presidencia en 2009 en restringir la compra y posesión de armas en EEUU, en un comunicado oficial:

“Esta masacre es por tanto un recordatorio de lo fácil que es para cualquiera hacerse con un arma que le permite disparar a gente en un colegio o una casa o un cine o una discoteca. Y nosotros tenemos que decidir si ése es el tipo de país que queremos ser. Además, decidir conscientemente no hacer nada es también una decisión.”

En las horas posteriores al atentado perpetrado por el islamista Omar Mir Seddique Mateen, la candidata demócrata Hillary Clinton insistió varias veces en la necesidad de reforzar la legislación contra la compra y posesión de armas y añadió que era “totalmente incomprensible” que hubiese gente que se negase a aceptar esas nuevas normas, en alusión a su rival del Partido Republicano Donald Trump, y acusó al lobby armamentístico de promover la oposición.

Según las estadísticas del FBI, en la sociedad estadounidense se está reduciendo la delincuencia de manera constante en los últimos años

Caída constante de la delincuencia

Cualquier lector deduciría de esta alarma que en EEUU la gente vive encerrada en sus casas, temiendo ser tiroteada, como si se tratase de colonos rodeados de indios salvajes.

Según las estadísticas del FBI, en la sociedad estadounidense se está reduciendo la delincuencia de manera constante en los últimos años. Los delitos violentos (homicidios, violaciones, robos y asaltos a mano armada, ya sea con violencia o con amenaza de ésta) descendieron más de un 10% entre 2009 y 2013:

Si incluimos los delitos violentos registrados en 2006, casi 1.440.000, el porcentaje de descenso es aún mayor: un 18%.

La tasa de homicidios regresa a los años 50

Respecto a las muertes, de nuevo el FBI muestra una realidad que no tiene nada que ver con los titulares de periódico, los reportajes de las televisiones y las declaraciones de los políticos: la tasa de homicidios, que en 1980 –último año de la Administración del presidente demócrata Jimmy Carter- fue la más alta de las registradas por este organismo policial, ha caído hasta el nivel de la década de los años 50 del siglo XX, antes de la irrupción de la droga, de la sociedad del espectáculo y de las teorías buenistas en el derecho penal.

El número de homicidios en EEUU se ha situado por debajo de los 15.000 desde 2010, cuando fueron 24.700 en 1991. El mismo fenómeno se ha registrado en otros países como España: de 1.366 homicidios en 2003 a 322 en 2014.

A pesar la cultura patriarcal y machista que sostienen las feministas que impera en EEUU y sus instituciones, también han descendido las violaciones, aunque a un ritmo menor, ya que el porcentaje se sitúa en el de los años 70, superior al de principios de la década de los 60.

Y esta caída de la delincuencia más violenta y lesiva para las personas se produce, por un lado, con normas más severas en determinados estados para la posesión de armas por particulares, pero, por otro lado, también con el acceso por parte de los ciudadanos a armas cada vez más potentes y baratas, con leyes penales más severas y con un aumento de los reclusos en cárceles.

Las matanzas en tiroteos suben bajo Obama

Lo que también es innegable es el aumento de estas matanzas llamadas mass shooting (en las que se producen al menos cuatro muertos o heridos por disparos) desde 2000, de acuerdo con otro estudio realizado por el FBI.

¿A qué se puede deber esta tendencia? ¿A la división social y política en EEUU, que ha aumentado en los años de Obama?, ¿al crecimiento de las personas afectadas por enfermedades mentales graves?, ¿a la cobertura mediática, que anima a imitadores?

Desde luego, el acceso a las armas es un factor que no lo explica. Y recurrir a ésta es tan parcial como recordar que varios de quienes en los últimos años han cometido estos asesinatos en masa estaban inscritos como votantes del Partido Demócrata, como Omar Mir Seddique Mateen, y por tanto deseaban que sus víctimas estuvieran desarmadas para matarlas con más facilidad.

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