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Portugal, otro referente perdido para la izquierda española

Jose Mourinho y Marcelo Rebelo de Sousa

Jose Mourinho y Marcelo Rebelo de Sousa

En España el ex entrenador del Real Madrid José Mourinho es sobradamente conocido, aunque tal vez en este país no haya dejado el buen recuerdo que pudiera haber merecido. En Portugal –su país natal– se le tiene veneración y la inmensa mayoría de sus compatriotas le considera un motivo de orgullo nacional.  En el país vecino, donde hay tanta afición al fútbol como en España, las críticas a Mourinho –ya casi un subgénero deportivo mundial– se suelen tachar de envidia o de incomprensión.

En 2006, siendo entrenador del Chelsea y afincado en Londres, Mourinho dijo que pagaría dinero por no ser famoso y poder andar con sus hijos tranquilamente por la capital del Reino Unido. En 2016, una década después –cuando el Chelsea le ha despedido tras su regreso al mismo puesto–, Mourinho parece haber decidido redirigir su fama colosal para otros menesteres, en este caso la política.

El jueves 21 de enero José Mourinho hizo público un vídeo anunciando su apoyo a Marcelo Rebelo de Sousa, el candidato de centro-derecha para las elecciones presidenciales del 24 de enero. “Le doy mi voto porque soy plenamente consciente de que es la mejor opción para nuestro país”, aseguró Mourinho, cuya rebeldía característica podría hacer catalogarle como partidario del candidato de izquierdas António Sampaio da Nóvoa.

La sorpresa fue el 10% de votos que obtuvo Marisa Matías, del Bloque de Izquierda –partido equivalente a Podemos–

La influencia de Mourinho en los resultados electorales es difícil de valorar, pero Rebelo de Sousa se hizo con la presidencia de Portugal con un 52% de los votos, mientras que Sampaio da Novoa obtuvo un 22%, es decir, menos de la mitad. La sorpresa de la jornada electoral fue el 10% de votos que obtuvo Marisa Matías, del Bloque de Izquierda –partido equivalente al español Podemos– que dobló el resultado del candidato comunista Edgar Silva.

Las elecciones presidenciales portuguesas se siguieron con atención desde España, que lleva un mes sin gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre y cuya fragmentación política tiene abundantes puntos en común con la del país vecino. Portugal, tras haber encumbrado a una coalición de izquierdas contraria a las medidas de austeridad, vira ahora a la derecha al elegir a un presidente cuyo principal eslogan de campaña ha sido la unidad nacional. De hecho, la primera declaración de Rebelo de Sousa tras obtener el triunfo fue: “Quiero conseguir la paz social, económica y política en Portugal. Es el momento de pasar página”.

Rebelo de Sousa, católico y europeísta, compartirá las riendas de la nación con el socialista Antonio Costa

Rebelo de Sousa, católico y europeísta, compartirá las riendas de la nación con el socialista Antonio Costa, nombrado primer ministro en noviembre gracias al acuerdo tripartito de la izquierda, pese a haberle superado en las urnas el ex primer ministro conservador Pedro Passos Coelho que, desde su actual cargo de jefe de la oposición, ha aplaudido la victoria de Rebelo de Sousa.

Fundador del hoy opositor Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), el recién elegido presidente ha empleado su imagen moderada, su “pico de oro” y la popularidad que le dio ser tertuliano de televisión durante años para pescar votos en los caladeros de la izquierda.

Rebelo de Sousa se presentó como candidato independiente y financió su discreta campaña con fondos propios. En su primer discurso como presidente Rebelo se comprometió a gobernar para todos los portugueses “sin discriminaciones”. Si bien admitió que Portugal atraviesa una etapa de incertidumbre que constituye un desafío, lanzó un mensaje optimista: “Es hora de rehacer Portugal”.

Tras haber perdido como referente anti-austero a Grecia, la izquierda española pierde ahora como modelo al tripartito portugués

Tras haber perdido como referente anti-austero a Grecia –donde el gobierno de Syriza ha rebajado las pensiones un 35%–, la izquierda española pierde ahora como modelo al tripartito portugués, que lleva a su país por la senda de la debacle económica. El acuerdo sin precedentes alcanzado por las tres fuerzas de la izquierda portuguesa les permitió tumbar, en su primer paso por el Parlamento, al ejecutivo de Pedro Passos Coelho, que sin alcanzar ni un mes de permanencia en el poder, batió el record como el más breve de la historia de la democracia lusa.

Cuando Mourinho respaldó públicamente el centro-derecha de Rebelo de Sousa en las elecciones del domingo, dijo: “Necesitamos carisma y capacidad de liderazgo, creo que eso es lo que necesita Portugal en este momento”. Curiosamente, el entrenador a quien muchos consideran el mejor del mundo no mencionó la honradez como requisito imprescindible en un político. Dado que Mourinho tiene una fortuna estimada de 28 millones de dólares, todo hace pensar que si él se metiera en política no sería para robar, como hacen tantos portugueses… y tantísimos españoles.

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