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Primarias en el PP: ¿juego limpio?

Imagen de la petición de la organización HazteOir.org para unas primarias limpias.

Imagen de la petición de la organización HazteOir.org para unas primarias limpias.

En el día ‘d’ del proceso de elecciones internas, la formación política ha intentado transmitir la idea de que la libertad de los militantes y la limpieza están garantizadas por dos elementos: el recuento centralizado en la sede de Génova y la existencia de interventores de los diferentes candidatos en las mesas electorales.

Sin embargo, nada más iniciarse las votaciones este jueves, según cuenta El Mundo, la dirección del PP de Madrid se ha visto obligado a intervenir después de detectar que los interventores de la candidatura de Cospedal se habían distinguido con una credencial en la que, además, aparecía la imagen de la exsecretaria general. Y es que la Comisión Organizadora del Congreso Extraordinario, presidida por el histórico Luis de Grandes, había prohibido expresamente que los interventores se identificaran públicamente como representante de uno u otro candidato.

En castellano puro, lo que primero se rumoreaba y después se denunció abiertamente es que ha habido maniobras y presiones en la trastienda para que los militantes se inclinen por uno u otro candidato. Y es que la formación ‘popular’ no se ha caracterizado, históricamente, por elegir a sus máximos dirigentes de forma democrática.

 los interventores de la candidatura de Cospedal se habían distinguido con una credencial en la que, además, aparecía la imagen de la exsecretaria general

El ‘aparato’ de Génova o incluso el presidente de turno del partido han designado a los responsables provinciales, autonómicos y nacionales y después los órganos correspondientes han aplaudido y legitimado al previamente seleccionado. Así sucedió con Mariano Rajoy, nombrado sucesor por José María Aznar.

La caja de los truenos la destapó el aspirante más joven, Pablo Casado, quien ya denunció en los últimos días de junio en los medios de comunicación «presiones a los militantes» para que no le avalaran ni acudieran a sus actos. Y acusó sin titubear al ‘aparato’, es decir la estructura orgánica del partido.

En concreto, el diputado por Ávila reveló a El Confidencial lo siguiente: «Está habiendo muchas presiones e interferencias por parte de los aparatos. Muchos afiliados han decidido no inscribirse. Están hartos de que les llamen por teléfono y les digan a este acto no puedes ir». Ayer mismo Casado insistía en la necesidad de que los militantes ‘populares’ votaran «sin ningún tipo de indicación».

Y la propia María Dolores de Cospedal, máxima responsable, hasta hace unas semanas, del partido de la calle Génova, sintiéndose aludida por las acusaciones de Casado, le invitó a que denunciara las presiones ante el Comité Organizador del Congreso Extraordinario.

Casado ha insistido en la necesidad de que los militantes ‘populares’ votaran «sin ningún tipo de indicación»

Pero el run-run no ha parado y ha obligado a algunos dirigentes y órganos de dirección a salir a la palestra para decir que ellos no han presionado a las bases ‘populares’. Ha sido el caso del PP de Madrid y del presidente de la Comunidad, Ángel Garrido. Por cierto que en Andalucía, reducto de Juanma Moreno -incondicional de Soraya Sáenz de Santamaría– algunos trabajadores del partido también se quejaron públicamente de que se les «obligaba a avalar» a la exvicepresidenta del Gobierno.

En este contexto se explica que, desde el 26 de junio, casi ocho mil personas hayan escrito, a través de la plataforma HazteOir.org, al máximo responsable del proceso electoral del PP para elegir al sucesor de Mariano Rajoy, Luis de Grandes. Éste ha recibido, multiplicado por 7.860, este texto: «El Partido Popular, como fuerza mayoritaria del centro-derecha, debe rearmarse, y hacerlo de manera limpia y democrática, comenzando por un proceso de primarias libre de las injerencias del aparato del partido. El PP no puede permitirse en estos momentos un escándalo en las primarias, pues perdería toda su credibilidad».

Recuperar la credibilidad y jugar limpio parece ser el reto de un partido desgastado que no sólo debe elegir a su presidente sino rearmarse moral e ideológicamente después de casi dos legislaturas en el poder. Lo que suceda a lo largo de la jornada electoral de este jueves y los pasos que deberán darse después hasta llegar a la proclamación del máximo líder de la formación confirmarán si hay voluntad de regeneración interna o estamos ante una operación de maquillaje para aparentar ser ‘democráticos’ sin tener la más mínima pretensión de serlo.

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