La victoria de la Mesa de Unidad Democrática ha sido rotunda, casi aplastante, a falta de saber si alcanza los 112 escaños que le otorgarían una mayoría de dos tercios de la cámara legislativa. Oficialmente la oposición ha logrado 99 frente a los 46 del bloque chavista, pero aún quedan 22 escaños en el aire.
Si la MUD llega a esa mayoría de 2/3 dispondría de un control absoluto sobre la cámara, con potestad incluso para convocar un referéndum revocatorio contra el presidente de la república, Nicolás Maduro, tal y como contempla la Constitución venezolana.
Es mucho, por tanto, lo que se juega el chavismo agonizante en el recuento del 4% de los votos que quedan por escrutar. Por este motivo -sospecha la oposición- el Consejo Nacional Electoral ha parado el recuento y ‘cocina’ unos resultados que al menos no otorguen a la MUD los ansiados 112 escaños.
Si la oposición alcanza 112 escaños en la Asamblea, tendría también potestad para nombrar a los jueces del Supremo o elaborar los presupuestos
Según ha podido saber Actuall, la oposición venezolana cree seguros 110 escaños, dos menos de los que necesitaría para controlar la Asamblea. Y eso, en la hipótesis más pesimista. Porque las cuentas son sencillas: si de momento la oposición va ganando al chavismo en proporción de algo más de 2 a 1 (99 a 46), un resultado acorde a esta inercia le depararía una victoria de 15 a 7 en los 22 escaños por decidir, resultado que colocaría a la MUD con un total de 114 escaños.
Qué puede hacer Maduro ahora
Hoy la Asamblea está controlada por Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo que aspira a arrebatar el poder a Nicolás Maduro, a quien ya dan por amortizado. Y si no le es posible asaltar el poder por una victoria total de la oposición, al menos pretende sustituirle como nuevo líder del chavismo.
Mientras tanto, a Venezuela le va la vida -literalmente- en el puñado de votos que el Gobierno de Maduro podría utilizar como rehenes para negociar con la oposición. Si la cosa se tuerce, el heredero de Hugo Chávez podría sacar al Ejército a la calle, algo que no sería descartable teniendo en cuenta sus palabras de la semana pasada: «Si pasara una circunstancia negativa, yo me iría a las calles a luchar con el pueblo, como siempre lo hice, y la revolución pasaría a otra etapa».
Sin embargo, las declaraciones de Maduro tras el cierre de los colegios electorales no eran de guerra sino de aceptación de la derrota. El presidente de la república señalaba lo siguiente: «Nosotros viendo estos resultados hemos venido con nuestra moral, con nuestra ética, a reconocer estos resultados adversos, a aceptarlos y a decirle a nuestra Venezuela, ha triunfado la Constitución y la democracia, lo aceptamos, los resultados exactamente como han sido emanados por el poder electoral».
La mayoría cualificada, a partir de 101
Si la oposición llegara a la mayoría de 2/3 tendría autoridad, entre otras cosas, para nombrar y revocar a los magistrados del Tribunal Supremo y miembros del Consejo Nacional Electoral, censurar al vicepresidente y a los ministros, convocar una asamblea constituyente, aprobar proyecto de reforma constitucional, los ascensos militares, los tratados internacionales, los presupuestos anuales y modificar las leyes orgánicas del chavismo. Ahí es nada.
Pero si la Mesa de la Unidad Democrática no alcanza los deseados 112 escaños, se quedaría en la mayoría cualificada simple (a partir de 101). En este caso podría aprobar la moción de censura al vicepresidente ejecutivo y a los ministros, cambiar a los integrantes del Centro Nacional Electoral y sancionar leyes habilitantes.
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