Se vote lo que se vote, gobierna el partido único

    Si gana las elecciones la izquierda, gobierna la izquierda; si gana las elecciones la que se presenta como derecha, gobierna la izquierda. Las elecciones en muchos países de Europa y América parecen una farsa con un resultado ya decidido de antemano. Diga lo que diga el pueblo soberano, mandarán los mismos.

    0
    Mariano Rajoy ha conservado todas las leyes ideológicas de José Luis Rodríguez Zapatero.

    La crisis catalana está produciendo debates en las tertulias y las columnas de periódico sobre qué es la democracia: ¿es votar?, ¿es votar contra la ley?, ¿es votar cuando uno quiere?, ¿es la ley?, ¿es la ley que unos consideran injusta?, ¿es el imperio de la mayoría?, ¿es el respeto a la minoría?

    Entre esos elementos, nadie cita uno que a mí me parece fundamental, y que es la alternancia. No sólo alternancia de personas. Eso lo ofrecía el PRI mexicano, que dio con la fórmula para mantenerse en el poder por generaciones: un partido monolítico en el que para contentar a sus distintas ‘familias’ se alternaban éstas.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

    Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

    Suscríbete ahora

    En los últimos años, la teoría política ha dado otro paso en su degeneración. En vez de cambiar personas dentro de un mismo partido, se cambian los partidos, aunque éstos tienen el mismo programa: omnipotencia del Estado, destrucción de la clase media y la familia, envilecimiento de la educación, inmigración desbocada, hipersexualización, antinatalismo, dilución de las naciones en la Unión Europea, ideología de género…

    Famosa portada de la revista satírica 'Hermano lobo' en la que se retrataba a la clase política.
    Famosa portada de la revista satírica ‘Hermano lobo’ en la que se retrataba a la clase política.

    ¿Me pueden decir alguna ley de los años de Zapatero que Rajoy derogara en su legislatura con mayoría absoluta? La respuesta es ninguna

    Sé que les molesta mucho a los peperos que quedan (¡todavía son unos millones!) esta pregunta, pero hay que hacerla: ¿Me pueden decir alguna ley de los años de Zapatero que Rajoy derogara en su legislatura con mayoría absoluta? La respuesta es ninguna.

    En los años 80 y primeros 90 del siglo pasado, cuando el PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra ganaba elección tras elección y los candidatos de AP caían uno tras otro, la derecha clamaba que “los andaluces” se habían vendido al socialismo por las migajas del PER.

    Años después, esa derecha se ha ‘regalado’ al PP por nada, porque todos y cada uno de sus principios o proyectos o ideas más queridos han sido pisoteados por Mariano Rajoy y su banda de abogados del Estado. El ‘voto útil’.

    «¿Para qué se vota a la supuesta derecha?, ¿sólo para que la economía funcione algo mejor que con los Gobiernos socialistas?»

    El PP apenas ha empleado la fuerza del Estado contra los golpistas catalanistas y en muchas comunidades aplica la sectaria memoria histórica y todo el programa de la ideología de género.

    La indistinción entre la derecha y la izquierda de la partitocracia ocurre no sólo en España. En Chile, Piñera vuelve a ser presidente gracias al voto de la derecha, pero su Gobierno no va a cambiar la ingeniería social introducida por la socialista Michelle Bachelet en su mandato.

    Lo anunció Andrés Chadwick, futuro ministro de Interior, y aquí se contó. Aunque él y otros ministros y diputados de derechas están en contra de la legalización del aborto ésta no se eliminará porque “ya se discutió abiertamente en el parlamento” y porque “no venimos con ninguna retroexcavadora”.

    Entonces, ¿para qué se vota a la supuesta derecha?, ¿sólo para que la economía funcione algo mejor que con los Gobiernos socialistas? Porque si es la izquierda la que impone su programa y la derecha no lo rectifica, al final las ideas que se imponen son las de izquierdas. Si no hay retroexcavadora a la derecha, la política y la sociedad se moverán siempre, cada vez más, hacia la izquierda.

    Angela Merkel y Martin Schulz.
    Angela Merkel y Martin Schulz.

    En Alemania, país mucho más importante que España y Chile, la situación es más grave. Da igual lo que voten los alemanes: el Poder por encima del pueblo soberano ha decidido que debe gobernar Angela Merkel, la que destruyó los tratados de la UE al ‘invitar’ a millones de africanos y asiáticos a asentarse en Europa.

    El Poder obliga al candidato socialista a incumplir su promesa de no volver a aliarse con la canciller Merkel, para mantener a ésta como sea

    En los últimos doce años, desde 2005, en Alemania ha gobernado ocho años una coalición entre los dos mayores partidos, la CDU, supuesta derecha, y el SPD socialista. Y aunque en las elecciones de septiembre de 2017 el candidato del SPD, Martin Schulz, se comprometió a no repetir la coalición que ha arrastrado a su partido desde los 16,2 millones de votos en 2005 a sólo 9,6 millones, el Poder le ha obligado a desdecirse y negociar una nueva alianza, que quizás no se realice.

    La profunda unidad entre quienes nos gobiernan la mostró El País en el editorial en que bendijo la rectificación de Schulz (meses después de haberle apoyado), porque daría “estabilidad” a Alemania, reduciría el efecto del Brexit y se opondría a la “ultraderechista” AfD, el tercer partido del país. Al SPD, el mayor partido de masas de Europa Occidental de la posguerra, se le obliga a seguir amputándose electores para salvar a Merkel.

    El líder de la narcoguerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño 'Timochenko' firma el Acuerdo de Paz en colombia, junto al presidente Juan Manuel Santos /EFE
    El líder de la narcoguerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ firma el Acuerdo de Paz en colombia, junto al presidente Juan Manuel Santos /EFE

    Y acabo la lista con el desprecio a la voluntad de los colombianos. En 2016, los colombianos rechazaron en un referéndum el acuerdo de paz firmado entre el presidente Santos y la narcoguerrilla de las Farc bajo la mirada benévola del tirano Raúl Castro. La reacción de Santos fue cambiar unos puntitos y hacerlo aprobar por el Parlamento.

    ‘Populismo’ es el insulto que pronuncian quienes se asustan del hartazgo de muchos pueblos ante esta especie de partido único

    Durante demasiado tiempo, este juego ha resultado muy bien: la izquierda aplicaba su proyecto, la derecha hacía como si se enfadaba y los verdaderos amos seguían bebiendo champán. Sin embargo, en muchas naciones, los pueblos se han hartado del ninguneo.

    ¿Por qué los políticos pueden gobernar contra los deseos de los ciudadanos, a los que las Constituciones convierten en soberanos?

    Portada de la revista satírica 'Hermano Lobo' sobre las promesas electorales en las campañas de los partidos políticos.
    Portada de la revista satírica ‘Hermano Lobo’ sobre las promesas electorales en las campañas de los partidos políticos.

    Por eso, está apareciendo el ‘populismo’, que es el insulto que arrojan los oligarcas a quienes denuncian su tranquilo conciliábulo. Como dijo Gómez Dávila, “demagogia es el vocablo que emplean los demócratas cuando la democracia los asusta”.

    Comentarios

    Comentarios

    Cuando me digo por las mañanas que el periodismo es lo más importante, me entra la risa. Trato de tomarme la vida con buen humor y con ironía, porque tengo motivos para estar muy agradecido. Por eso he escrito un par de libros con mucha guasa: Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos, que provocó una interpelación en el Congreso por parte del PNV, y Diccionario para entender a Rodríguez el Progre. Mi último libro es 'Eternamente Franco' (Homo Legens).