Seis galgos para, de momento, sólo el cambio de cromo en el liderazgo del PP

    Este racimo de candidatos es fruto de la decisión de Rajoy de no designar sucesor a título de presidente con el mismo método que hiciera José María Aznar con el gallego. Tal vez ha pensado el compostelano que el experimento ya ha arrojado suficientes datos para no repetirlo.

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    José Luis Bayo, Pablo Casado, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, José Ramón Hernández y José Manuel García Margallo, candidatos a suceder a Rajoy en el PP.
    José Luis Bayo, Pablo Casado, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, José Ramón Hernández y José Manuel García Margallo, candidatos a suceder a Rajoy en el PP.

    De momento son seis las personas que han dado un paso al frente con la idea de suceder a Mariano Rajoy en la presidencia del Partido Popular: José Ramón García Hernández, José Luis Bayo, Pablo Casado, José Manuel García Margallo, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.

    Este racimo de candidatos es fruto de la decisión de Rajoy de no designar sucesor a título de presidente con el mismo método que hiciera José María Aznar con el gallego. Tal vez ha pensado el compostelano que el experimento ya ha arrojado suficientes datos para no repetirlo.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    La espantada de Feijóo

    Algunos de los pretendientes son de a. d. F. y de d. d. F. Antes y después de Feijóo, se entiende. Porque a todas luces ha habido un parteaguas en el mutis por el foro de quien se presumía que iba a ser el candidato de consenso. Pero no se ha de despachar sin un mínimo comentario la decisión.

    Lo de Feijoo es muy importante. Cómo estará el patio como para que el candidato del «sistema» se haya dado mus. Sólo se explica por cobardía, por pereza o por exceso de muertos en el armario. En todo caso es grave, porque lo del compromiso con los gallegos no cuela. Pero si la decisión responde a una estrategia a medio plazo, para agazaparse hasta 2020 cuando esté -según los más optimistas- ordenada la casa, ya resultaría mezquino.

    Casado, toda una vida en el PP: ¿renovación?

    Pablo Casado, con lo bueno que tenga, es regeneración solo si se entiende de forma relativa. Teniendo en cuenta que estaba de meritorio con Aznar y antes echó los dientes a las faldas de Esperanza Aguirre, es uno de esos especímenes de carrera intra partidista. Lleva más de 20 años dentro del PP. ¿Ha trabajado fuera de él?

    El palentino tiene escaño de ‘cunero’ por Ávila. Su imagen es fresca y joven y en ese sentido compite con Rivera y Sánchez para protagonizar el próximo anuncio de la planta de caballeros el Corte Inglés.

    Pero tiene un talón de aquiles: las investigaciones universitarias y judiciales sobre algunas de las titulaciones que exhibe en su currículum vitae. Parece ser que Casado se siente muy confíado en este punto, pues de otro modo no hubiera dado el paso.

    García Hernández, un desconocido con valores

    Quienes me refieren su parecer sobre José Ramón García Hernández lo hacen todos con buenas palabras. Todos hablan de ‘Joserra’ como de una persona buena, con unos principios claros, que no ha escondido su condición de cristiano católico.

    Es diputado nacional desde 2014 y secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del Partido Popular y por tanto miembro de su Junta Directiva. Su apuesta es por recuperar los valores teóricamente fundacionales del Partido Popular y reconciliarse con el votante alejado no sñolo por los caso de corrupción, sino también por no hallar diferencias claras entre las politicas sociales del PP respecto al Ciudadanos, PSOE o Podemos: desnaturalización del matrimonio, apoyo a la imposición de la ideología LGTBI; aborto libre, etc. que ahí siguen a pesar de la mayoría absoluta.

    Más allá de ser una persona mas o menos conocida en el partido, se alaba de él su capacidad para las relaciones públicas. Para muestra, el llenazo en laporesentación de un libro con la recopilación de sus artículos en una de las salas del Congreso de los Diputados.

    Aunque no tiene mochilas del pasado es un perfecto desconocido para el gran público. Aunque esa es otra carrera. De momento sólo le es necesario concitar el apoyo de los compromisarios del PP. ¿Será suficiente?

    Bayo, por libre desde la Valencia de Gürtel

    Luego está el valenciano José Luis Bayo, que ya se presentó contra Bonig-Rajoy cuando el desmantelamiento del PP de la Gürtel en la Comunidad Valenciana. Es probable que no se coma un colín. Al menos no uno importante. Pero ha sido claro cuando ha sido preguntado sobre algunos de los principales puntos de su candidatura. Quiere recuperar el caudal perdido en las ‘fugas’ hacia Ciudadanos y Vox de cuadros medios y personas que tuvieron cierta responsabilidad en el PP.

    Lo más importante de este objetivo es que al menos alguien no tiene miedo a reconocerlo, cuando hasta hace nada era tabú para alguien del PP reconocer fugas hacia los socialdemócratas de Ciudadanos y, mucho más, hacia Vox, una formación liderada por Santiago Abascal, quien fue, nada menos, que miembro de la Junta Directiva del PP como presidente de su rama juvenil.

    Parece que Bayo es, en todo caso, quien menos posibilidades tiene de salida.

    García Margallo: el gallo que está de vuelta

    Margallo, el gallo, el lenguaraz exministro de Asuntos Exteriores, se presenta entretejiendo hechuras épicas en su discurso: «Cuando he creído que el proyecto al que he entregado mi vida, que es el PP, está en peligro, y lo está, me he visto obligado a dar el paso», ha dicho. Y aunque dice presentarse sin enemigos, sólo con adversarios ideológicos, su distanciamiento glacial con Soraya Sáenz de Santamaría es más que evidente.

    Obvio que su experiencia comunitaria (ha sido eurodiputado durante 17 años) puede ser un activo, pero no es menos evidente que ni su imagen, ni ese toque de prepotencia, ni su edad (74) son los mejores mimbres para un candidato a recuperar La Moncloa. No se puede olvidar que el presidente del PP es, a su vez, candidato a presidente del gobierno.

    Cospedal y Sáenz de Santamaría: las archienemigas

    Y luego están Pili y Mili. La Maricospe y Soraya. Las archienemigas. Las ‘doses’ de Rajoy, una en el partido, María Dolores de Cospedal, y la otra en el gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. En cuanto Feijóo ha dado la espantada, han decidido presentarse. ¿Se puede permitir el PP una pelea de divas, arrancándose los pelos a tirones? ¿No están, además, más quemadas que la moto de un hippie?

    En todo caso, Sáenz de Santamaría con la ¿ayuda? de Moreno Bonilla (Andalucía) y el apoyo de Alfonso Alonso (País Vasco) intentará el asalto al partido, ya que su poder estaba sobre todo en el Gobierno, no en la estructura interna.

    Cospedal, obviamente, tiene como palanca su conocimiento interno de los populares, debido a su cargo de secretaria general. Por cierto, que ya ha anunciado su renuncia a los cargos internos del partido (como también ha hecho Pablo Casado) en el momento en que sea oficialmente candidata a la presidencia del PP.

    Un congreso para el cambio de cromos

    Y todo eso sólo es el debate de los cromos, en un congreso extraordinario sin profundidad  ideológica, sin ponencias para el análisis político, social, económico… Si bien la elección de uno u otro candidato supone por sí mismos una cierta pista sobre el devenir ideológico de un PP absolutamente desfigurado, desde luego esta carrera no es tanto una apuesta por la regeneración, sino un cambio de cartel.

    En realidad, creo, esta carrera empezó ya hace algunos años, con la creación de Vox, que le ha madrugado al PP el proceso de regeneración. Obvio, aún no es más que un ratón con expectativas. Pero un ratón es capaz de moverse mejor que el elefante artrítico, fondón y septicémico que es hoy el PP. Aunque hemos visto resucitar muertos más cadavéricos, por lo que se hace difícil descartar del todo al PP. Acuérdense de Sánchez, que no estaba muerto que estab tomando cañas. Que al fin y al cabo un elefante no se derriba con un soplido. Veremos en qué queda.

    Hagan juego, señores.

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    Nicolás de Cárdenas fue inoculado por el virus del periodismo de día, en el colegio, donde cada mañana leía en su puerta que “la verdad os hará libres”. Y de noche, devorando los tebeos de Tintín. Ha arribado en su periplo profesional a puertos periodísticos de papel, internet, televisión así como a asociaciones cívicas. Aspira a morir diciendo: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe".