
Hace unas semanas inicié una serie de artículos en torno a lo que he venido a denominar las SmokeNews. Y dirá usted: ¿Qué ha hecho que este tipo vuelva a escribir sobre este modelo de noticias? Pues nada nuevo: los periódicos haciendo de las suyas para manipular en vez de informar, para ganarse un titular a costa de la información detallada y seria que deberían publicar.
Entiendo que se acordará de una noticia que se repitió en varios medios el lunes de resaca electoral en la que se intentaba estimar cuántos diputados hubiese sacado una coalición formada por PP, Ciudadanos y Vox. Refresco la memoria con algunos titulares.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora- “La sangría de la división del centroderecha: PP, Cs y Vox ganan a la suma de PSOE y Podemos en 34 provincias” (El Mundo).
- “PP, C´s y Vox tendrían a tiro la mayoría absoluta de haber ido unidos a las urnas» (OKDiario).
- “Así habrían sido los resultados con una alianza entre PP, Ciudadanos y Vox” (ABC).
Antes de entrar en materia, sería interesante preguntarle a alguno de estos periodistas qué es la derecha. O incluso el centroderecha. ¿Es algo fijo? ¿Mutable? ¿Va aparejado a medidas concretas? ¿Serian paces de hacer un listado de ellas? Lo digo porque si todavía siguen refiriéndose a Franco como un dictador de derechas y utilizan el mismo calificativo para Ciudadanos, lo mismo es que no se han parado ni un minuto a comparar las políticas concretas de uno y otro.
Un partido que se nutre de votos y candidatos del PSOE y que defiende a capa y espada el que se pueda descuartizar a vidas humanas en el seno materno no merece en calificativo de “derecha”
El primero era centralista con poderes locales definidos, construyó un estado social que luego heredó la democracia, era casi paternalista en las ayudas –viviendas sociales por doquier- y conservador en cuestiones morales como el aborto, el matrimonio y la vida (con la penosa excepción de la pena de muerte). Sin embargo Ciudadanos aboga por el statu quo de las autonomías, no es muy intervencionista en la economía para lo que se estila en nuestro entorno inmediato y propone un programa ultra-liberal en cuestiones morales.
He comparado a uno de los partidos de esa ingenua coalición sólo por reducir al absurdo el contenido vacío del calificativo “derecha” que se reparte hoy en día a todo aquél que no sea marxista. Y es que, sinceramente, un partido que se nutre de votos y candidatos del PSOE y que defiende a capa y espada el que se pueda descuartizar a vidas humanas en el seno materno no merece en calificativo de “derecha” si con ello nos queremos referir al movimiento conservador inspirado en la moral católica.
No obstante, si yo fuese del movimiento cercano a George Soros y me dedicase a pasearme por el Club Bilderberg como hace don Alberto Rivera, me interesaría reemplazar a partidos como el PP, sobre todo con su nuevo líder, por otros que se presentasen como la renovación de la “derecha” para en realidad conseguir que los dos partidos mayoritarios que se alternen en el poder beban de la mano de los mismos y sean monocolor en asuntos éticos importantes. Esto podría explicar la negativa tan rara del PSOE y Ciudadanos a pactar pese a que tienen mucho terreno en común, como nos han hecho ver en actos anteriores. Ahí lo dejo.
Si el PP, Cs y Vox se presentasen juntos, casi hubiesen ganado. Hacer este tipo de cuentas de la vieja y presentarlas como una noticia es tan serio como el siguiente titular: “Si mi abuela tuviera dos ruedas sería una bicicleta”
Ya hemos tocado a primera de las mentiras que contienen los artículos citados, pues o la “derecha” tiene una definición concreta –en cuyo caso no puede abarcar a los tres partidos citados- o directamente no existe y simplemente se limita a describir todo lo que no sea comunista o socialista, así como dicen que no existe el frío sino la ausencia del calor, sin pretender crear una metáfora.
Pese a que lo anterior ya supone tratar al lector de una forma simplista, lo cierto es que lo peor es la conclusión a la que llegan: si el PP, Cs y Vox se presentasen juntos, casi hubiesen ganado. Hacer este tipo de cuentas de la vieja y presentarlas como una noticia es tan serio como el siguiente titular: “Si mi abuela tuviera dos ruedas sería una bicicleta”. Y es que esa coalición sería imposible por muchos motivos.
Para empezar a Ciudadanos no le dejarían hacer tal cosa sus aliados ni sus promotores en varias instancias, ya sean nacionales o extranjeros. Si continuamos analizando este sueño nostálgico aznarista, llegaríamos también a la conclusión de que no se puede mezclar en agua y el aceite.
Es imposible , y también absurdo, intentar unir posiciones tan diferentes como la centralista y la autonomista, como la recepción de inmigración selectiva de Vox o de puertas abiertas de Cs´, o como la inmersión lingüística del PP en Baleares y Galicia y el deber constitucional de conocer el español que propone Vox. Sin mencionar asuntos como el aborto, la eutanasia, los vientres de alquiler, la “memoria histérica” y la lucha de géneros. Estas posiciones no pueden convivir en un partido único por mucho tiempo.
Todo esto sin contar con el factor decisivo. ¿Ve usted a ese votante de C´s depositando su voto por Vox? ¿Se imagina cómo se tendría que tapar la nariz un votante de los de Abascal para apostar por una coalición en la que estuviese Maroto o Soraya? Yo no. Y esto no lo menciona ninguno de los periódicos que he citado anteriormente, cuando es el dato crucial que determina realmente la viabilidad de la propuesta. Y es que esta coalición sería tan onírica que sus votantes se quedarían dormidos en sus casas y podría terminar teniendo peor resultado que por separado.