El Valle de los Caídos ya es un lugar para la memoria

    Si los políticos socialistas y comunistas que fueron de visita supieran algo de historia y estuvieran menos intoxicados por su ideología, sabrían que el Valle de los Caídos ya es un lugar para la memoria, y no hace falta convertirlo en lo que ya es.

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    Panorámica del Valle de los Caídos / Flickr
    Panorámica del Valle de los Caídos / Flickr

    Ha sido una semana intensa de visitas al Valle de los Caídos. Políticos socialistas y comunistas se han paseado por el grandioso monumento edificado en memoria de los caídos de ambos bandos durante la Guerra Civil española, se han hecho fotos para la Prensa y han pronunciado unos discursitos almibarados y fraternales.

    A mí, personalmente, me parece estupendo que vayan allí políticos socialistas y comunistas o de cualquier otro color, porque el Valle es un lugar abierto a todos y donde todo el mundo es bienvenido al tratarse de un monumento de todos los españoles a la paz y la reconciliación.

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    Los políticos socialistas y comunistas iban como paladines de la paz y el progreso y, con voz suave y aterciopelada, pedían que el Valle se convirtiera en un lugar de la memoria, de la reconciliación y de homenaje a los caídos en la contienda.

    Los políticos socialistas y comunistas que han visitado el Valle no han hecho memoria de los muertos. No han rezado ante sus tumbas. No han pedido por la paz

    Si los políticos socialistas y comunistas que fueron de visita supieran algo de historia y estuvieran menos intoxicados por su ideología, sabrían que el Valle de los Caídos ya es eso: un lugar para la memoria, para recordarnos que no debemos cometer dos veces el mismo error en la historia, para la reconciliación, para la paz y para –y esto ellos no lo van a entender- elevar plegarias a Dios por aquellos que vivieron enfrentados y reposan ahora fraternalmente bajo la misma cruz. De eso se encargan los monjes benedictinos que habitan en el lugar y las cientos de personas que acuden a diario a rezar por los muertos.

    Pero los políticos socialistas y comunistas que han visitado el Valle no han hecho memoria de los muertos. No han rezado ante sus tumbas. No han pedido por la paz. No han aportado nada a la reconciliación sino, más bien, a querer reabrir heridas. No se han recogido en oración o, simplemente, en reflexión en el interior de la gran basílica. No han asistido a la misa que se celebra todos los días en memoria de los caídos.

    Los políticos socialistas y comunistas tampoco han dado la más mínima muestra de arrepentimiento por la guerra que propiciaron sus antepasados ideológicos, ni han pedido perdón por muchas de las barbaridades cometidas, y sólo lo han exigido para sí.

    Representantes del PSOE, entre ellos Odón Elorza (cuarto por la izquierda), durante su visita al Valle de los Caídos para pedir el traslado de los restos de Franco. / Flickr PSOE
    Representantes del PSOE, entre ellos Odón Elorza (cuarto por la izquierda), durante su visita al Valle de los Caídos para pedir el traslado de los restos de Franco. / Flickr PSOE

    La vida en el Valle de los Caídos discurre de espaldas a los medios de comunicación. Allí, como decía anteriormente, los frailes benedictinos rezan a diario por los más de 33.700 enterrados, sin importarles el bando, la ideología, la procedencia o el cómo murieron.

    En las galerías que dan cobijo a los enterrados reposan los cuerpos de más de 50 mártires beatificados por la Iglesia católica que murieron perdonando a sus asesinos junto a criminales de ambos bandos, traidores y héroes, hombres y mujeres inocentes y hasta familias enteras. Por todos ellos se reza.

    ¿Por qué los políticos socialistas y comunistas no admiten que el Valle de los Caídos ya es, y así ha sido desde hace más de 60 años, un lugar para recordar a todas las víctimas y donde se reza a diario por la paz y la reconciliación de España? ¿Por qué se empeñan en repetir mentiras y calumnias contra el Valle con el fin de demonizarlo? ¿Por qué no reconocen que el monumento es una digna sepultura donde descansan en paz los que antaño fueron combatientes?

    Conozcan el verdadero significado del mismo. Reconozcan que allí están dignamente enterrados sus antepasados ideológicos

    Me encantaría creer sus palabras. Me encantaría creer que les interesa de veras la paz, la reconciliación y la unidad. Yo mismo me sumaría entusiasmado a su iniciativa. Pero me duele comprobar que, bajo esas palabras huecas, solo se esconden unos deseos de revancha y de ajuste de cuentas con la historia. Desde el momento en el que no hay una palabra de perdón o de reconocimiento de culpa, en el que se separa a los bandos en buenos y malos –sin reconocer que, barbaridades, se cometieron en ambos lados-, en el que no se admite que una comunidad de monjes dedique su vida a orar por todos los caídos, en el que se pretende “resignificar” el Valle para convertirlo en un museo de los horrores del franquismo, en el que se repite una y otra vez una versión sesgada y sectaria de la historia; desde ese momento, sus intenciones están torcidas y envenenadas.

    ¿Eso es paz y reconciliación? No; eso no es más que política barata y revanchismo avinagrado.

    ¿Quieren que el Valle siga siendo un lugar de paz y reconciliación? Entonces, vayan. Oren o reflexionen. Gocen de la paz que se respira en aquel sitio. Quítense las anteojeras para descubrir la monumentalidad del lugar. Conozcan el verdadero significado del mismo. Reconozcan que allí están dignamente enterrados sus antepasados ideológicos. Comprueben que ahí no se hace política, sino que es un cementerio y un lugar de oración. Y entonces, sí, estarán contribuyendo a la paz y a la reconciliación de España.

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