Leo que, lejos de reducirse, la brecha salarial entre hombres y mujeres parece haberse estancado y se sitúa ya en el 24%, la más alta de los últimos seis años.
Les explico: la ‘brecha salarial’ es una teoría que postula que las mujeres (de media) ganan menos (de media) que los hombres (de media) por idéntico trabajo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEs, naturalmente, un mito, y un mito singularmente estúpido: si la empresas tuviera idéntico producto por menos coste a partir de cualquier factor de producción, ése sería el preferido, con lo que en seguida se apreciaría hasta igualarse al resto. Es algo que un nino de ocho años entiende. Y es algo que los economistas serios se han encargado -en vano, naturalmente- una y otra vez. Porque es un mito que la modernidad necesita, como tantos otros.
Sí es cierta lo que podríamos llamar la ‘brecha salarial bruta’, es decir, que las mujeres ganamos menos que los hombres de media. Punto. Incluso es posible que, también de media, ganemos menos que los varones en puestos similares o idénticos, pero en industrias diferentes o con diferentes horarios.
Entre los trabajadores de jornada completa, las mujeres tienden a trabajar menos horas y a dedicar más tiempo a sus familias
Lo explica estupendamente, y en un solo párrafo, la economista Diana Furchtgott-Roth, del Manhattan Institute americano: «Las causas de la brecha salarial están totalmente a la vista. En la universidad, las mujeres tienden a cursar carreras en Humanidades más que en Matemáticas, Ingeniería y Ciencia. Tras graduarse, más mujeres que hombres trabajan en organizaciones sin ánimo de lucro, que pagan menos. Entre los trabajadores de jornada completa, las mujeres tienden a trabajar menos horas y a dedicar más tiempo a sus familias. Como tales, la mayor parte de las disparidades salariales no reflejan discriminación; reflejan opciones que las mujeres deberías ser libres de tomar». Amén.
O, en el resumen que hace la tuitera Tamara (@BookOfTamara), «si realmente existe brecha salarial, es porque hombres y mujeres tienden a tomar decisiones diferentes. ¿Es eso algo malo?».
Por supuesto que es algo malo, es horrible: significaría que los sexos somos diferentes, aunque sea en actitudes y preferencias, y eso es algo que la mitología postmoderna no va a consentir, con lo que seguiremos adelante celebrando cada año la terrible, terrible injusticia de una brecha salarial que se debe a unos malvados machistas a los que, por desgracia, nadie puede poner cara. Muy convenientemente. No es cuestión de ir diciendo por ahí, por ejemplo, que el 93% de los accidentes de trabajo mortales afectan a los varones…
Según la Press Association británica, a partir de datos de la Oficina Nacional de Estadística: las veinteañeras ganan más que los veinteañeros
Pero el diario británico The Guardian, sí ha encontrado una curiosa brecha salarial entre hombres y mujeres: según un estudio de la Press Association británica, a partir de datos de la Oficina Nacional de Estadística: las veinteañeras ganan más que los veinteañeros. Concretamente, la trabajadora en la veintena gana de media 1.111 libras anuales más que su colega varón de la misma edad.
Esta ventaja se da la vuelta cuando unos y otras entran en la treintena, y es raro que un dato tan claro no haya abierto los ojos a estos cansinos apóstoles de la mitología progresista. Yo se lo aclaro: las mujeres nos quedamos embarazadas, nueve meses, y luego en un número mayor que nuestros compañeros, optamos por dedicarle más tiempo a lo que va naciendo. ¿Sorprendido?
Sin embargo, si las actuales tendencias se mantienen -cosa que, afortunadamente, no suelen hacer- en un futuro no lejano las mujeres ganarán más que los hombres. Por un lado, las preferencias de la mujer por la crianza de los hijos y, en general, por las carreras menos demandadas por la economía pueden irse, sino reduciéndose, sí siendo imposibles de mantener. Y, lo que es mucho menos discutible, cada año aumenta el número de mujeres que se gradúa en la universidad con respecto al de varones.
De hecho, ya se licencian cada año más mujeres que hombres en casi todos los países de la OCDE, y el diferencial crece curso a curso. Ahora, cualquiera que consulte a un experto en estos asuntos le dirá que el mejor predictor de ingresos futuros es el nivel educativo, por encima de cualquier otro.
Eso significa, indefectiblemente, que las mujeres del futuro próximo ocuparán puestos de mayor responsabilidad que los hombres y, en consecuencia, cobrarán más de media. Eso, naturalmente, si se mantiene la actual tendencia a lo largo de un tiempo suficiente.