La economía española sigue como un tiro. Esta semana conocíamos el dato de crecimiento del segundo trimestre del año. El PIB creció un 0,8 por ciento, el doble que Alemania, y además lo ha hecho con sustancia. En tasa interanual, el aumento es del 3,2 por ciento.
Las exportaciones, la inversión en bienes de equipo y el consumo han sido decisivos. Sin embargo, también hay que anotar la caída del consumo público que hay que agradecer a la escasez de presupuesto y de voluntad para gastar.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraUn gobierno en funciones tiene muy limitadas las posibilidades de elevar el gasto. Hay que recordar que incluso hace unos meses ya el gobierno en funciones decidió no hacer uso de 2.000 millones de euros. En definitiva, con el gobierno en funciones la economía sigue creciendo y consumidores y empresarios parecen haber perdido el miedo a un mal gobierno.
El desasosiego e incluso miedo que hace meses generaba la idea de un gobierno de izquierda radical y populista ha dado paso a la inestabilidad que genera que no haya gobierno. Pero, no es lo mismo y la prueba está en los datos.
La pregunta clave se la hacía esta semana el ministro de Economía al conocerse los datos. El crecimiento va muy bien, pero ¿cuánto podríamos haber crecido con un gobierno estable y responsable? Y, sí, es la gran pregunta a la que, por cierto, nunca encontraremos respuesta.
Podemos intuir que si España contara desde hace meses con un ejecutivo dispuesto a seguir con las reformas, nos habría ido mucho mejor
Podemos intuir que si España contara desde hace meses con un ejecutivo dispuesto a seguir con las reformas, nos habría ido mucho mejor. Y podemos constatar ya con datos lo que está ocurriendo con la inversión y el empleo en ciudades como Madrid o Barcelona donde gobiernan los populistas con el apoyo del PSOE.
Puede que a estas horas ya se haya aprobado el acuerdo del PP con Ciudadanos para la investidura de Rajoy. Es posible que se hayan cerrado acuerdos muy importantes para la modernización de algunas estructuras y la reforma de otras imprescindibles para seguir por la senda del crecimiento y el empleo.
Y es probable que el viernes Mariano Rajoy no salga investido si no hay algún cambio en los apoyos, que ahora no se vislumbra. De ser así, perderemos otros dos meses como mínimo y 2016 habrá pasado sin que se haya podido hacer ni una sola reforma que apuntale los datos de los que hablábamos al principio. No me cabe la menor duda de que alguien pagará por ello.