A los cinco días del inicio de la campaña, creo que de todo lo ocurrido podemos concluir una serie de cosas:
1.- El progresismo tiene un gran problema con la ciencia
Ya lo habíamos visto en el debate del aborto, cuando los progresistas intentaron convencernos de que una mujer concibe seres no humanos e incluso de que un hijo por nacer no es un ser vivo. De hecho, el gobierno de Zapatero, que impulsó la actual Ley del Aborto, llegó a afirmar en una respuesta parlamentaria que “abortar no supone acabar con una vida humana”, una mentira que choca frontalmente con lo que la ciencia afirma sobre el inicio de la vida.
Ahora, además, añaden a esto la negación del dimorfismo sexual humano: niegan algo que cualquier médico señala ante una ecografía o un parto. Cabe preguntarse si pretenden prohibir a los médicos afirmar el sexo de un hijo por nacer o de un recién nacido, igual que ya intentaron censurar un concurso escolar porque afirmaba que los embriones humanos son humanos.
«El uso de palabras-policía para negar la libertad de expresión a los discrepantes no es nada nuevo: ésta ha sido una fea costumbre que han tenido diversas dictaduras»
2.- El progresismo sólo cree en la libertad de expresión: la suya
Da igual qué sea lo que pretendas debatir con un progresista. Como ya hemos comprobado muchas veces, consideran que cuestionar sus dogmas nos convierte en malas personas y que por tanto tenemos que callarnos. Ya había ocurrido en el debate sobre el aborto, cuando feministas llegaron a tachar de “maltratador” a todo el que rechaza el aborto, y eso a pesar de que las propias pioneras del feminismo defendían la vida de los hijos por nacer.
En lo relativo al lobby LGTB, ya nos habían dejado claro que discutir cualquier de sus dogmas te convierten en “homófobo”. Ahora resulta que afirmar un obviedad sobre la sexualidad humana te convierte en “transfóbico”. El uso de palabras-policía para negar la libertad de expresión a los discrepantes no es nada nuevo: ésta ha sido una fea costumbre que han tenido diversas dictaduras.
«Llevan tantos años creyéndose moralmente superiores al resto de la sociedad que ya creen que no tienen necesidad de argumentar sus opiniones»
3.- La incapacidad de la izquierda para debatir con argumentos
La respuesta de la izquierda ha consistido en peticiones de censura y en un chaparrón de insultos, calumnias y amenazas. No sólo se ha visto en las redes sociales. Políticos como Pablo Echenique (Podemos) y Gabriel Rufián (ERC) han contestado a HO con insultos y descalificaciones, una actitud muy criticable en personajes públicos a los que todos les pagamos el sueldo.
Eso sí que es una muestra de odio. Llevan tantos años creyéndose moralmente superiores al resto de la sociedad, como si ser progresistas les otorgase un dominio ideológico sobre todos nosotros, que ya creen que no tienen necesidad de argumentar sus opiniones. Al final, los que tan a menudo presumen de “tolerantes” y de “dialogantes” demuestran un alto grado de intolerancia y fanatismo.
4.- La Comunidad de Madrid es un régimen con cuatro partidos únicos
Ya sé que esta expresión puede resultar chocante, pero con ello me refiero a la obediencia al pensamiento único progresista de los cuatro partidos con representación en la Asamblea de Madrid: tanto el Partido Popular como Podemos, el PSOE y Ciudadanos han negado a HO su libertad de expresión para afirmar algo tan evidente como que “los ninos tienen pene y las ninas tienen vulva”.
Pero esto no es sólo un problema de una plataforma cívica: están amenazados los derechos de todos los ciudadanos, y muy especialmente a la libertad de expresión, a la libertad de pensamiento y al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas.
Al final, aunque el PP usó el miedo a Podemos como reclamo electoral, ha acabado votando junto al partido de Pablo Iglesias en esta cuestión que afecta a nuestras libertades.
«La sociedad empieza a dar muestras de hartazgo ante una clase política empeñada en controlarlo todo»
5.- El alejamiento entre la clase política y buena parte de la sociedad española
La sorprendente unanimidad de esos cuatro partidos contra un derecho fundamental amparado por nuestra Constitución contrasta el apoyo mayoritario a la libertad de expresión de HO en las encuestas publicadas por diversos medios, incluyendo medios de izquierdas como El País y 20 Minutos.
El mensaje que arroja esto, en mi opinión, es que la sociedad empieza a dar muestras de hartazgo ante una clase política empeñada en controlarlo todo, desde la educación de los hijos hasta lo que debemos de pensar o lo que podemos opinar, prohibiéndonos expresar afirmaciones tan obvias como la del bus de HO.
6.- La ideología de género es tan endeble que basta un bus para hacerla temblar
Un simple bus ha servido para desatar un amplio debate en toda la sociedad española. En las redes sociales, en tertulias televisivas, en bares, entre amigos… El autobús de HO ha sido el motivo de numerosos comentarios en toda España. ¿Por qué? Porque nos quieren imponer una ideología, la de género, basada en auténticas patrañas formuladas por una marxista radical.
Unas patrañas que no suscribe una parte considerable de la sociedad española, pero que la amplia mayoría de los medios difunde y apoya como si no hubiese nadie que opinase de otra forma. Y resulta que sí hay gente, y mucha, que no está de acuerdo con esa ideología. Ha bastado que se la discutiese con algunas frases obvias puestas en un autobús para que los ideólogos de género se pusiesen furiosos y empezasen a reclamar prohibiciones y encarcelamientos.
Al final, como toda mentira, la ideología de género se muestra incapaz de convencer con argumentos, y por eso necesita valerse de la censura para impedir que nadie la cuestione.
«Las formas dictatoriales con las que se está intentando censurar la afirmación de una obviedad han servido, paradójicamente, para abrirles los ojos a unos cuantos»
7.- Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres de bien no hagan nada
Lo dijo Edmund Burke, y la realidad lo confirma. Para que España se convierta en una dictadura de género, lo único que necesitan los partidarios de esa ideología es que los pisoteados optemos por no actuar, por mirar hacia otro lado y callarnos. La plataforma HazteOir.org se ha limitado a afirmar, en letras grandes, que el Emperador está desnudo.
Ante el intento de censurar esa campaña, muchos españoles han salido en apoyo de la libertad de expresión, estuviesen o no de acuerdo con lo que decía la campaña de HO. Las formas dictatoriales con las que se está intentando censurar la afirmación de una obviedad han servido, paradójicamente, para abrirles los ojos a unos cuantos.
Muchos que no sabían de qué iba la ideología de género ahora ya lo saben, y no están de acuerdo con ella. A partir de ahora los partidarios de esa ideología lo van a tener más difícil para amedrentar a la gente usando palabras como “homófobo” o “transfóbico”, porque ha quedado claro que incluso las usan para censurar evidencias como la del bus de HO.
Han conseguido el mismo efecto que otros llamando “facha” a todo el que lleva una bandera española: que la gente acabe perdiéndoles el miedo. Pero para eso ha hecho falta que unos valientes abriesen esa brecha en el pensamiento único. Mi aplauso y mi apoyo para ellos.
P.D.: aprovecho para animaros a firmar el Manifiesto por la Libertad de Expresión que ha publicado HazteOir.org.
* Publicado originalmente en el blog Contando Estrelas.
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