Hola, soy un joven de Ecuador, tengo 16 años.
El motivo de mi respuesta es para dar a conocer mi punto de vista y mi experiencia de vida ante todo lo que está ocurriendo en este momento allí en España.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPara comenzar, diré que, al igual que muchos chicos de todo el mundo, tengo PMS, la cual significa Proyección al Mismo Sexo -decimos proyección porque no existe atracción entre ambos polos, si no que los opuestos, polo positivo y negativo, se atraen mientras que positivo y positivo se repelen al igual que negativo y negativo-.
Quiero ser lo más sincero posible en todo lo que voy a explicar a continuación; en primer lugar, no estoy aquí para fomentar ningún tipo de odio ni fobia hacía cualquier ser, más bien quiero dar mi opinión respecto a mi experiencia y espero que, al igual que como todos deseamos, puedan escucharme y tomarme en cuenta.
Como ya dije antes vivo en Ecuador que es un país tercermundista y en el que rige el machismo, el totalitarismo y el control de masas por medio de tabúes y el miedo. Vengo de una familia que desde generaciones atrás a sido disfuncional como muchas otras.
No tuve un modelo paterno al cuál seguir porque muchas veces fue la causa de grandes decepciones las cuales crearon heridas en mi ser
Mi hogar consta de un padre narcisista y territorial, una madre sumisa y con carencia de poder demostrar afecto constante. De ellos dos quedamos 3 hijos, dos niñas y yo. Yo soy el último, el único varón y por consiguiente al que más atención le pusieron. Mis padres, desde lo que supieron hacer como progenitores, nos criaron en un hogar con comodidades, pero con poco afecto.
Mi padre pasó lejos de mi en toda mi niñez lo que significó que yo estuve al cuidado de mi madre y hermanas, no tuve un modelo paterno al cuál seguir porque muchas veces fue la causa de grandes decepciones las cuales crearon heridas en mi ser. Todas estas heridas como son el abandono, el rechazo, la no filiación ni reconocimiento de mi propia valía causaron en mí un cúmulo de reacciones que se desencadenaron poco a poco.
Pimero se manifestó con fantasías sexuales con imágenes eróticas. Luego ese sentimiento creció hasta que a mis 7 y 9 años tuve un encuentro sexual con otro niño que conocía. Fue sexo oral y por pura curiosidad. A los 9 años había experimentado algo que debí hacerlo cuando esté en mi madurez sexual. Pero si miramos el trasfondo de todo esto, algo sucedía en mi interior y fue tan fuerte que desencadenó en mí sentimientos que no quería sentir porque no me gustaba. Más que por rechazo, simplemente yo mismo no lo quería aceptar.
El tiempo pasó hasta que a los 12 comencé con la masturbación y pornografía. Fue aquí cuando todo se tornó más fuerte: comencé a chatear con desconocidos que se entendían a sí mismos como gays o homosexuales. Desde este momento fue que intenté aceptarme, pensar que lo que sentía está bien para mi nivel moral y que algún momento podría sobrellevarlo y ser feliz. Todo esto me lo pintaron muy bonito aquellos hombres mayores de 18 años con los que conversé.
Muchas personas me han dicho que la vida de la gente con PMS es una mala vida, que todo lo que te dicen al principio es muy llamativo pero que en realidad es un mundo en el que el principal motor es el uso del otro como objeto sexual
Al cumplir los 13 todo dio un cambio de 180°: mi familia descubrió que tenía sentimientos eróticos por personas de mí mismo sexo y con la ayuda de mi padre conocí lo que es la educación en el amor. Claro que al principio estuve demasiado escéptico de todo este trabajo que me mostraron, pero decidí seguirlo y ver lo que sucedía, al fin y al cabo tenía 13 y una vida por delante así que podía intentarlo.
Ahora que tengo 16 ha habido en mí un esclarecimiento muy amplio de mí mismo, de quién soy y de lo que estoy dispuesto a demostrar de mi ser. He conocido muchas cosas, ha habido muchas respuestas a miles de preguntas que tenía, no solo con relación a la PMS sino también a cómo vivir la vida de la mejor manera posible.
Una vida que desde la solidaridad y la donación pueda permitirme crecer y acompañar a los demás que necesiten de mi ayuda y de mi experiencia. Todo esto que digo me ha permitido madurar como un joven que puede ver más allá de las cosas superficiales e indagar en las cosas que no podemos ver.
Para poder escribir toda esta carta he estudiado y aprendido mucho de lo que es vivir y cuáles son los problemas que se nos pueden venir encima. Con respecto a la PMS he investigado mucho y no solo con Internet o libros, si no que he salido junto con mi padre -que se interesó mucho por ayudarme a madurar mi verdadera masculinidad a hablar con personas de la comunidad LGTBIQ+ y a recopilar muchos testimonios.
Desde todo este experimento que hice con mi padre pudimos ver que, al igual que otros tipos de vida, también existen problemas. Muchas personas me han dicho que la vida de la gente con PMS es una mala vida, que todo lo que te dicen al principio es muy llamativo pero que en realidad es un mundo en el que el principal motor es el uso del otro como objeto sexual siendo disfrazado de amor, que existen muchas consecuencias, pero como ellos decidieron ese camino ahora tienen que enfrentarlo.
Sé que no he vivido mucho, pero lo que yo ahora pido es que seamos una sociedad que no se rija por lo que dice cada uno ni lo que cada uno busca para su beneficio propio y absoluto, si no, que veamos las cosas desde un panorama en el que todos podamos desarrollarnos libremente y con nuestra forma de querer vivir nuestro camino pero siempre con respeto y tolerancia por parte de todos, tanto creyentes, como no creyentes, tanto seres con cromosoma xy y seres cromosoma xx.
Quiero que todos podamos elegir que queremos para nuestra vida y que sea cual sea la decisión de cada uno tener las herramientas necesarias para llevar nuestro proyecto de vida a cabo.
Desde Ecuador para todos a los que llegue mi mensaje.
Un joven que quiere madurar.
* Testimonio recogido por Es posible la Esperanza en apoyo del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que mantiene un servicio de acompañamiento a personas con Proyección hacia personas del Mismo Sexo (PMS).