Sr. Director del diario online eldiario.es:
Con estupor e indignación he visto la persecución que ha iniciado su medio informativo contra el Obispo de Alcalá.
Hay unos aspectos que me producen una gran irritación:
1) Que un diario que se llama tal hasta en su cabecera utilice medios tan bajos para desprestigiar no solo a personas concretas, sino también a instituciones y a las personas que libremente han decidido, como yo, curar mis heridas afectivas, gracias a lo cual he dejado de sentir atracción por los hombres. Creo que en una democracia uno puede desear ser lo que cree que es o lo que desea ser. Me parece un insulto la descalificación que usted, a través de sus presuntos periodistas (si no me equivoco, hasta cuatro), hace de la libertad de las personas. Y me pregunto: ¿no tiene este país temas más importantes para ocuparse en ello? ¿O quizá es una artimaña para captar lectores en estos años de sequía?
2) Me parece ruin y mezquino cómo han orquestado este montaje: a partir de un vídeo burdamente manipulado (no se oyen las preguntas, por lo que no podemos saber cuáles fueron las preguntas que produjeron estas respuestas. Además, tampoco podemos saber cuál fue el orden real de las mismas ni cómo se presentó el ¿periodista?) han movilizado a la población contra un sector importante de la población a favor de nuestro señor obispo, persona íntegra y responsable de sus actos, no como ustedes. Ustedes hacen mención de denuncias anteriores, pero se olvidan de que ninguna prosperó, pues respetan la libertad de expresión. Por cierto, los cortes y frases a medias han sido colocado siguiendo el riguroso método del cut and paste. Muy profesional.
3) Veo que, aproximándose las elecciones, ustedes están intentando contentar a la mano que les da de comer. En un país corrupto, lo suyo es casi una anécdota.
Por otra parte, no es cierto que haya una terapia para sanar la homosexualidad, ni una vacuna ni como le guste más llamarlo. Le recomiendo que antes de hacer un reportaje difamatorio de este tipo, encargue a alguno de sus cuatro empleados que haga un mínimo trabajo de documentación.
«El maltrato entre hombres es tabú, y más todavía la violencia “de género”: solo se penaliza si es de un hombre sobre una mujer»
Permítame que le diga que yo he hecho un proceso de sanación de heridas de mi infancia y primera juventud que ha conllevado la desaparición de mi atracción por los hombres. De hecho, nunca me he sentido atraído, sino que buscaba en ellos el cariño o la cercanía o el aprecio que yo personalmente creía no tener. Y por ello busqué todo ese afecto en otros hombres, pero pagando un peaje muy alto: tener que tener sexo. Proyectaba en el otro lo que yo creía no tener. Eso es la PMS. Hay literatura sobre el tema: puedo pasarles los libros personalmente si quieren ser un diario que sea digno de tal nombre.
No voy a marearle con que la promiscuidad en la vida gay es altísima, ya sea teniendo o no pareja, estando “casado” o no. El maltrato entre hombres es tabú, y más todavía la violencia “de género”: solo se penaliza si es de un hombre sobre una mujer. Y ya no hablemos de las fiestas donde hombres sanos realizan prácticas de riesgo con gente ya infectada. Como periodista, creo que conoce esto y más.
No sé por qué, si yo libremente quiero sanar unas heridas afectivas para conseguir con ello un mejor bienestar y calidad de vida, se me niegue. ¿Sería tan amable de explicármelo? Si a partir de ello, de un acto libre, desaparece mi otrora PMS (proyección sobre personas del mismo sexo), encantado de la vida.
Si hay personas que entregan su esfuerzo y su tiempo para, de forma desinteresada, ayudarme en lo que le estoy pidiendo, ¿por qué no deja a esa persona en paz? Le pregunto: ¿cuántas cosas hace usted en su tiempo libre por los demás? Pues no critique.
Como diario serio que es el suyo, no recortarán ni manipularán este escrito mío dirigido a usted.
Un puñado de gente gritaba en la catedral de Alcalá “Nuestro amor no se cura”. Aparte de la falta de urbanidad que supone entrar y vocear en cualquier sitio, nadie les ha dicho nunca que el amor se deba curar. La falta de amor o el mal de amores sí serían un tema a tener en cuenta.
Cordialmente, Carlos Romero García.
* Testimonio recogido por Es posible la Esperanza en apoyo del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que mantiene un servicio de acompañamiento a personas con Proyección hacia personas del Mismo Sexo (PMS).
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