Cómo frenar el suicidio demográfico: un grito que el Gobierno no quiere oír

    La presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid recoge en este artículo algunas de las conclusiones del II Foro Demográfico, celebrado recientemente en la capital, con la participación de diversos especialistas. Sin niños, los países pierden prosperidad porque se quedan sin futuro.

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    En el territorio español hay más de medio millón de familias numerosas. Y eso equivale a muchos españoles, más de 3 millones de españoles.

    Estamos despreciados por la administración e instituciones. Y somos los que aportamos relevo generacional, sostenimiento del sistema de bienestar y aportación de capital humano indispensable para asegurar el futuro de todos.

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    El Gobierno no centra el debate en lo que causa este invierno demográfico que es la falta de niños

    Hace una semana que hemos organizado desde la asociación de familias numerosas de Madrid, junto con la Fundación Renacimiento Demográfico y con la colaboración del ABC, el II Foro «Stop Suicidio Demográfico: Sin niños no hay futuro».

    Y vemos como desde el Gobierno y las Instituciones, no solo se lo toman con calma, sino que no centran el debate en lo que causa este invierno demográfico que es la falta de niños.

    Y en vez de valorar y de cuidar a las familias que tienen ese tesoro que son los niños, futuros ciudadanos y cotizantes, nos tratan como pobres pedigüeños o frikis o ultracatólicos o irresponsables, descerebrados, etc…

    Tampoco se cuida ni valora al padre/madre que decide apostar por una dedicación exclusiva al cuidado del hogar y de los hijos: lo más valioso que tiene la sociedad, más que nada porque es lo que la conforma y sin esos hogares con hijos, no existiría.

    ¿No creen que la familia con hijos es la que más cosas tiene que decir en este gravísimo problema que tiene España y muchos más países del entorno?

    Este es nuestro mensaje: el de las familias numerosas.

    Los excelentes ponentes que hablaron en el foro aportaron su visión del problema. ¿Cuales son las causas? ¿Son los hijos un activo o un gasto? ¿Que políticas familiares se legislan?¿Las consecuencias del envejecimiento son solo económicas?¿Es consciente la sociedad y el Estado de esto?¿Queremos seguir así sin hacer nada o queremos hacer algo?

    Desde Hungría a través de su embajadora en España, Enikó Gyori, que contribuyó con las medidas que se aplican en Hungría (ayudas a familias jóvenes, promoción de la familia numerosa, ayuda a la vivienda, ayuda en el ámbito laboral, protección jurídica de la familia, ayudas fiscales, ayudas escolares con libros y comedor …).

    Además, promoción social de la familia y de los hijos. Y algo concluyente, la inmigración no es la solución.

    Tenemos el peligro de perder la herencia del derecho romano: el contrato, la propiedad privada y la familia

    El ex ministro del Gobierno de España, Josep Piqué, propuso copiar bien las políticas familiares que se aplican en algunos países europeos. Necesaria una reorganización de Occidente porque la pérdida hegemónica es evidente. Perdemos población. La actitud oficial es identificar el problema pero no plantear soluciones ni aplicar medidas efectivas.

    Tenemos el peligro de perder la herencia recibida. La herencia del derecho romano: el contrato, la propiedad privada y la familia. Es nuestra herencia y no lo podemos perder. Conservarlo es parte de la solución.

    Alejandro Macarrón nos dijo que el suicidio demográfico, por falta de nacimientos, no es cosa solo de España ni se ha gestado hace poco. Viene de muy atrás. Y este problema demográfico plantea dos grandes tipos de riesgos:

    De entrada, en las próximas décadas, empobrecimiento económico (economía lastrada por una población menguante y envejecida); empobrecimiento afectivo (soledad y riesgo creciente de “eutanasia” involuntaria); democracia convertida en gerontocracia (al servicio de los jubilados, por su peso electoral); pérdida de peso geopolítico.

    A la larga (en varios siglos), la extinción. Ojo, la “semiextinción” del pueblo español ocurriría en unos 70 a 80 años desde ahora.

    Sin más natalidad (o mucha más inmigración, con los costes y riesgos sociales que conlleva), España tiende a quedar despoblada.

    She holds her daughter’s fingers in awe and wonder ('Ella sostiene los dedos de su hija con un sentimiento de admiración y sorpresa'). Una madre toca con su mano los dedos de su bebé. THE HE{ART} OF MOTHERHOOD
    Foto: (‘Ella sostiene los dedos de su hija con un sentimiento de admiración y sorpresa’). THE HE{ART} OF MOTHERHOOD

    Hasta quedar sin gente, estaría cada vez más envejecida. Sin embargo se pueden hacer ya muchas cosas: promover las ganas de tener hijos, adelantar la edad para tener el primer hijo, promover también el matrimonio (más estable en general que otras formas de convivencia), procurar libertad a la hora de elegir la dedicación exclusiva (de unos años o más) a cuidar del hogar y de los hijos y dedicar parte del tiempo al ámbito laboral/profesional, promover políticas familiares sin mezclarlas con políticas sociales.

    El expresidente de la Comunidad de Madrid señaló que el problema de las pensiones no es solo por el envejecimiento demográfico ya que el 40% de los jubilados son prejubilados. Además de haber trasladado el problema y el gasto desde las comunidades autónomas al Gobierno central.

    Para Leguina, solo con ayudar a que el deseo de muchas mujeres de tener 1 o 2 niños más, ya se haría mucho elevando la tasa de fertilidad hasta niveles que procuren el relevo generacional.

    Carmen Gonzalez, magistrada, habló de como influye el Derecho Civil en esta urgencia demográfica, ya que desde el poder legislativo se podrían hacer políticas familiares que procuraran la promoción, protección y defensa de la familia y de la familia numerosa, de una verdadera conciliación que no se meta en la gestión privada del tiempo y del esfuerzo de la familia sino dar opciones para que las familias elijan como realizar esa gestión familiar.

    También señaló que no hay voluntad en valorar a la mujer en edad fértil en el trabajo, considerando sus diferentes etapas de mujer, madre, gestante, madre lactante,…

    Y el profesor Contreras, nos relató el aviso que nos hacían del problema de la superpoblación hace unos años, cuando el problema real es el invierno demográfico. Y que el problema no es que haya pérdida de población, como con la peste negra en el siglo XIV.

    La peste se cebó con los más vulnerables que eran los más mayores, el vértice de la pirámide poblacional. Ahora en cambio, la pérdida de población se ceba con los niños, ya que éstos no nacen o se les impide nacer. La pirámide de población se reduce por la base. Por ello esta pirámide se invierte y el problema es brutal.

    También se añade el desprestigio del matrimonio, la brevedad del compromiso matrimonial que ayuda a que el número de hijos sea mucho menor y que la inmigración es una falsa solución.

    Seguiremos dando la lata con este tema de la falta de niños. Sin ellos no hay futuro y sin familias no hay cunas y escuelas para cuidarlos y educarlos.

    * María Menéndez es presidente de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid.

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