Cruda realidad / El Ayuntamiento de Zaragoza informa de que no se debe violar

    El cartel 'No violarás' está diciendo que estamos ante una epidemia y que a los hombres hay que recordarles a cada rato que no violen, o se desmandan. Es idiota porque no sirve absolutamente para lo que supuestamente se pretende, aunque sí para humillar a la mitad de los zaragozanos.

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    Cartel colocado en la Plaza del Pilar de Zaragoza con el mensaje:
    Cartel colocado en la Plaza del Pilar de Zaragoza con el mensaje: "No violarás".

    En Zaragoza, en un lugar tan discreto como la Plaza del Pilar, el ayuntamiento ha colocado unos enormes cubos con una simple leyenda: “No violarás”. Y aunque a una pueda agradarle ese sabor añejo del futuro verbal como imperativo, tan de catequesis, no deja de sorprenderme enterarme a estas alturas que los maños desconocían que violar, a más de un acto inmoral e injusto, está desde hace siglos tipificado como delito, con una pena similar a la del homicidio.

    En cualquier caso, es bastante feo y desagradable y sin duda ha costado un buen dinero que pagan los zaragozanos, incluidos aquellos que, por su sexo, están financiando que se les señale en grandísimas letras como presuntos violadores a los que hay que enseñar a no hacerlo como si fueran críos de guardería.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    Hay tanto aquí que decir que no sabe una por dónde empezar, pero quizá sería mejor hacerlo por el quién y el a quién. Vivimos en un régimen cuya premisa fundamental es que el poder reside en el pueblo, es decir, en la gente corriente, que lo delega en unos administradores, los políticos, que supuestamente actúan no solo en su nombre, sino también a su favor y con su acuerdo. Y, sin embargo, ni el tirano más despótico de la antigüedad, al menos en el Occidente cristiano, desplegaba tanta, tan frecuente y tan insidiosa arrogancia para dictar a sus supuestos jefes lo que tienen que hacer con sus vidas, para tratarles como potenciales peligros ciudadanos y para actuar con ellos, en fin, como si fueran una mezcla de incapaces mentales y malvados siempre a punto de cometer cualquier fechoría. Se diría que los electos no lo son porque les haya elegido la gente, sino por naturaleza, Electos en el sentido calvinista de impecables y señalados por el Cielo.

    “No violarás” no es un consejo erróneo; meramente, insultante, idiota y discriminatorio. Es insultante porque se considera necesario advertir al personal masculino de lo que sabe sobradamente y lo hace sin explicaciones, advertencias o intento alguno de disuasión, es decir, como ese “porque lo digo yo” con el que a veces respondemos los adultos cansados a la irracional rebeldía infantil. No merecen más que ese “no y punto”.

    Es insultante porque ese mensaje aislado, ese mensaje enorme en un lugar tan conspicuo -cuya armonía destroza, pero al final vivimos en medio de la exaltación de lo feo y el odio a la belleza-, está diciendo que estamos ante una epidemia y que a los hombres hay que recordarles a cada rato que no violen, o se desmandan. Insisto: se lo están diciendo a las mismas personas que les han elegido, a quienes representan.

    Es idiota porque, como hemos dicho, es bastante conocido que violar está mal y te puede caer la del pulpo, no de ahora, sino desde que existe sociedad civilizada. La abrumadora mayoría de los varones, prácticamente todos salvo una porción insignificante -hagan los números-, ni va a violar a nadie ni siente la mínima inclinación a hacerlo. Hace relativamente poco leí que hasta como fantasía sexual -ese terreno privado en el que sale de todo, incluso lo que podría avergonzarnos o juzgamos inmoral- a la mayoría de los varones la idea no les atrae en absoluto, sino todo lo contrario.

    Tampoco hay un “No matarás”, tal vez porque el mandamiento podría ofender a los terroristas con los que es moda fotografiarse y a los que es de rigor llamar “hombres de paz”

    Pero es que la exigua minoría que sí está dispuesta a violar no se va a ver disuadida por una orden tan idiota, cuando la perspectiva de pasarse quince años en la cárcel no le mueve a pensárselo mejor. Es decir, es idiota porque no sirve absolutamente para lo que supuestamente se pretende, aunque sí para lo que de verdad se da, que no es otra cosa que humillar a la mitad de los zaragozanos.

    Y es discriminatorio porque solo se aconseja ese delito en concreto, que no es ni mucho menos tan frecuente como muchos otros. Si en algo tan infrecuente se sienten impelidos a recordar que no debe hacerse, no entiendo dónde está el “No robarás”. Quizá esto se deba a que robar, en su acepción más amplia, no es un vicio extraño a la clase política, que incluso cuando no cae en la ilegalidad manifiesta de meter directamente la mano en la caja siempre sucumbe al mal hábito de jugar con nuestro dinero como si fuera suyo, usándolo incluso para insultarnos, como se ve.

    Tampoco hay un “No matarás”, tal vez porque el mandamiento podría ofender a los terroristas con los que es moda fotografiarse y a los que es de rigor llamar “hombres de paz”, eso sin contar con que en nuestra civilizadísima sociedad no solo se permite que las mujeres acaben con el vivísimo fruto de su vientre, sino que se subvenciona.

    En realidad, esos letreros deberían tener otra función, esta mucho más útil y didáctica. Deberían servir para que los zaragozanos -y por extensión, todos los españoles- se pregunten si no es extremar la humillación seguir votando por unos tipos despreciables que te llaman con tu dinero violador en potencia.

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