Algo hay que agradecerle al filántropo George Soros, y es que se haya fijado en España y en las campañas de HazteOír. Sorprende que alguien tan rico, tan ocupado y tan bondadoso como él preste atención a lo que ocurre en este país de opereta, donde el consejo de ministros constata que en una parte del territorio las autoridades regionales vulneran las leyes, preparan la secesión y subvenciona matones que campan a sus anchas sin tomar ninguna medida.
El bus de HazteOír no sólo recibe las pedradas de gentes que alguien ‘normal’ (la verdad, ya no se sabe qué es la normalidad) no querría tener como vecinos, sino también los tuits de Soros, que se enfrenta a una petición popular en EEUU para que el Gobierno le declare terrorista.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraUno se siente como si Bruce Wayne hicieran un alto en sus negocios con Pekín o Londres para preguntar “¿dónde está el autobús de HO?”
Uno se siente como si Gordon Gekko, Jordan Belfort o Bruce Wayne hicieran un alto en sus negocios con Pekín o Londres para preguntar “¿dónde está el autobús de HO?”, como el pobre Luis XVIII se levantaba de la cama preguntando dónde estaba Napoleón, que acababa de huir de la isla de Elba.
Después de la princesa Chelsea Clinton (su madre, que más parece la madrastra de Blancanieves, está empeñada en hundir sus perspectivas de heredar el trono de la Casa Blanca, sobre todo con su último libro, donde pone a caldo, no sólo a Trump, sino a sus camaradas del Partido Demócrata y sus votantes), George Soros ha sido el segundo miembro de la super-casta que gobierna el mundo que ha escrito un tuit indignado porque sus planes de manipulación social han sido volteados por gente a la que desprecian.
Afirma Soros que “un relato falso” se ha asentado en Hispanoamérica y está “amenazando los derechos” de las personas LGTBI y de las mujeres. De amenazas de derechos sabemos mucho en España, sin tener que preguntar a los catalanes no nacionalistas. En las Cortes españolas se está tramitando una ley elaborada por el lobby LGTBI, presentada por la extrema izquierda y respaldada por partidos de ‘derechocha’ como el PNV, el PP y Ciudadanos, que suprime la presunción de inocencia para los marcados por la nueva Gestapo.
A Soros le molesta que los peruanos se hayan puesto en pie frente a la ‘ideología de género’ y logrado que el Congreso de su país destituya al Gobierno. Y es que en Hispanoamérica, el mundialismo creía que Perú, como Chile gracias a la progresista Bachelet, estaba controlado por uno de sus más fieles peones: el ‘liberal’ Pedro Pablo Kuczynski, ex empleado del Banco Mundial y asalariado de varias multinacionales.
Opuesto a que el voto en EEUU sea libre
No creamos que Soros se distrae con los que hablamos español. Ya publicó Actuall hace unas semanas que el filántropo que se enriqueció arruinando economías en desarrollo había aumentado sus donaciones a las causas que promueve.
Al menos once condados en California, el estado más poblado del país, podrían tener más votantes registrados que ciudadanos mayores de edad
Organizaciones que reciben o han recibido donaciones de Open Society Policy Center se están oponiendo en los tribunales a la revisión del censo electoral de Estados Unidos que está haciendo una comisión federal. Ésta fue una de las quejas de Donald Trump y sus seguidores en la campaña del año pasado: la adulteración del censo.
Al menos once condados en California, el estado más poblado del país, podrían tener más votantes registrados que ciudadanos mayores de edad. Y en el pequeño New Hampshire, donde Clinton se llevó sus cuatro votos en el colegio electoral por menos de 3.000 papeletas, más de 5.000 personas de otros estados, sobre todo Massachusetts, votaron de manera fraudulenta, según asociaciones conservadoras.
Cada diez años, cuando se realiza un nuevo censo nacional en EEUU, el número de diputados en la Cámara de Representantes (los senadores no varían: dos por cada estado) se distribuye entre los estados que han ganado población a costa de los que la han perdido. Así, Florida pasó de seis representantes en 1953 a 27 en 2013. De manera nada llamativa, los estados más opuestos al aborto y con menos impuestos y limitaciones legales, como Texas, pueden ganar escaños en perjuicio de otros donde el aborto es casi libre y el gobierno intervencionista.
Personalidades del Gobierno de Barack Obama se están moviendo ya para adulterar o frenar el cambio de escaños y hasta el sistema electoral (recuentos, controles, papeletas, circunscripciones…). Soros también interviene en estas maniobras con donaciones a diversos candidatos en las elecciones a fiscales de distrito de todo el país. En 2016, Soros invirtió casi 11 millones de dólares en 12 de esas elecciones, y sus protegidos ganaron en 10 de ellas.
Su consigna parece ser “Si nuestros candidatos no ganan por las buenas, lo harán por las malas”.
Israel: es “legítimo” criticar a Soros
Éste es uno de los motivos por los que el Gobierno de centro-derecha israelí de Benjamin Netanyahu respaldó la campaña contra George Soros realizada en Hungría en julio pasado. Después de que el embajador israelí criticase la campaña del Gobierno de Viktor Orban, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí difundió un comunicado en el que aseguraba que es “legítimo” criticar a Soros y añadió que el octogenario magnate “permanentemente socava los Gobiernos democráticos israelíes”.
Entre las organizaciones financiadas por Soros está Human Rights Watch, que suele censurar a Israel por el trato a los palestinos. Por ello, el Gobierno de Netanyahu, como ha hecho el de Orban, también ha aprobado normas legales para limitar la injerencia de las ONG en los asuntos internos.
No deja de ser paradójico que el Gobierno judío del estado de Israel asegura que el judío Soros es un manipulador y un conspirador peligroso para las democracias.
Como Soros está orgulloso de sus maquinaciones y además tiene que declararlas según algunas legislaciones nacionales, en Estados Unidos el hartazgo con él es inocultable.
El 20 de agosto, se colgó una petición en la web de la Casa Blanca para que Soros fuese declarado “terrorista interno”. De acuerdo con las normas de funcionamiento, si una petición alcanza las 100.000 firmas en el mes siguiente a su publicación, la Casa Blanca se pronuncia sobre ella; ésta las superó y registró 137.000. ¿Se atreverá la Casa Blanca a hablar contra Soros… o a defenderle?