Por qué fusilan al juez Salas y no a los salvajes de Murcia

    Al juez Antonio Salas lo fusiló al amanecer la Brigada del Comentario Permisible por cuestionar la Ley de Violencia de Género, pero nadie ha apelado al Observatorio contra la Violencia de Género tras la paliza a una chica en Murcia por llevar la bandera de España.

    0
    Un grupo de ultraizquierda pateó a una chica a las puertas de una discoteca de Murcia
    Un grupo de ultraizquierda pateó a una chica a las puertas de una discoteca de Murcia

    El pasado día uno de enero, moría la primera mujer del año a manos de su pareja. La víctima, de cuarenta años, convivía con un joven colombiano de veinte, que le quitó la vida a golpe de puñal.

    Tres días de luto en la localidad de los hechos –Rivas Vaciamadrid-, pleno extraordinario celebrado al efecto y convocatoria general para que el pueblo se concentrase en señal de repulsa. Bien.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

    Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

    Suscríbete ahora

    A partir de ahí, la maquinaria se puso a funcionar. Los telediarios abren con la noticia, se repasan datos históricos, y se da voz a las principales activistas en la materia.

    La prensa escrita titula alarmada: “Una mujer muere por violencia machista”, o “primera víctima de la violencia machista”. Como quien muere por gripe A o a causa de una pandemia mundial. El Virus Macho, podríamos decir.

    En medio de esa tormenta, con las uvas aún a medio tragar, el magistrado de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, Antonio Salas, abrió el pico del pajarillo azul, y aseguró que la violencia machista «es un problema gravísimo» que, «desgraciadamente, es muy difícil de solucionar y es una manifestación más de la maldad» del ser humano, además de contar con la natural “diferencia de fuerza física”.

    «El señor Salas recibió la condena del Alto Tribunal Progre. Había expresado una opinión disidente»

    Saltan las sirenas -no las acuáticas, sino las acústicas-, y las Brigadas del Comentario Permisible cargan los rifles:

    • «Como sigan repitiendo las declaraciones machistas y cuñadas de Antonio Salas, creo que voy a vomitar. Qué vergüenza para el Tribunal Supremo» (Pablo Echenique, Podemos);
    • (Salas) perpetúa el mensaje machista y patriarcal que pretende evitar la responsabilidad del hombre” (Plataforma Feminista 8 de marzo).
    • “Que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se pronuncie y actúe de oficio, porque un juez nunca debe cuestionar las leyes, sino velar por su cumplimiento y aplicarlas» (Soraya Vegas, PSOE, que puesta a pedir, solicitaba un informe del Observatorio contra la Violencia de Género para que se pronunciasen sobre «si estas manifestaciones contribuyen a erradicar el problema social de la violencia de género»).

    A estas declaraciones, súmenseles los habituales calificativos con los que el feminismo de todo pelaje se desahoga en las redes sociales.

    «En las sentencias de la Progresía no cabe el voto particular. O con ellos, o machista. No hay más»

    El señor Salas recibió la condena del Alto Tribunal Progre. Había expresado una opinión disidente; no hacía del sexo masculino desde Adán hasta el último de los nacidos el responsable de todos los desastres de la Humanidad; contemplaba otras opciones donde ellos sólo ven su “violencia de género”; quería abrir los ojos de personas no sectarias; el insensato, en definitiva, quería hablar desde la lógica.

    Sin duda, es culpable. Y en las sentencias de la Progresía no cabe el voto particular. O con ellos, o machista. No hay más.

    Coleaba aún la polémica, cuando el pasado sábado, a las puertas de una discoteca de Murcia, una decena de salvajes –entre los que se encontraba Alejandro Espín, número 9 en las listas de Ganar Cehegín, en la órbita de IU para las municipales de 2015– propinaba una brutal y cobarde paliza a una chica, por llevar una bandera de España en la muñeca.

    Antonio Salas es magistrado del Tribunal Supremo
    Antonio Salas es magistrado del Tribunal Supremo

    Reinó entonces el silencio. Nadie ha apelado al Observatorio contra la Violencia de Género; ningún podemita ha sentido el desagrado del vómito en su paladar; las Brigadas callan.

    Como el pasado verano, cuando dos voluntarias de la asociación “Barcelona con la Selección –española de fútbol-fueron agredidas en la ciudad condal por cinco miserables al grito de “españolas de mierda, os vamos a matar”. Se impone la consigna: “Aquí no ha pasado nada”. O aún peor: “Algo habrán hecho”.

    Porque a estas hordas que enarbolan la bandera de la defensa de las mujeres, la violencia les importa un comino. O medio. Lo que no toleran, es la opinión divergente.

    «Consentirán que abras la boca ante una agresión perpetrada por un varón contra una mujer, siempre que éste no sea un nacionalista o un comunista de bien»

    Te darán permiso para hablar, pero si es para condenar al hombre dentro de una relación, preferentemente matrimonial; tendrás la venia, pero sólo si profundizas en ese concepto memo y difuso que vienen en denominar “heteropatriarcado”; podrás expresarte, pero si repruebas la violencia de género y no cualquier género de violencia.

    Incluso consentirán que abras la boca ante una agresión perpetrada por un varón contra una mujer, siempre que éste no sea un nacionalista o un comunista de bien. En caso contrario, a callar. O sentirás sobre ti todo el peso de su ley. Omertá.

    Y de sus tesis, dos víctimas que no cuentan: los reos por delitos de opinión y las mujeres de complementos rojigualdos. Cuidaos vosotras, señoras y señoritas. Los heteropatriarcas, parece, podrían tener barra libre con vosotras.

    Comentarios

    Comentarios