HOBus frente a la dictadura de género / Y Mallorca se convirtió en Sicilia

    Los medios y las instituciones de Mallorca se han pasado meses anunciando (y criticando) la conferencia de Arsuaga en la isla. Y todo para al final censurarla con todos sus medios hasta no dejar más remedio al presidente de HazteOir.org que hablar con un megáfono en la calle.

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    Ignacio Arsuaga durante una conferencia en plena calle en Palma / NC-Actuall
    Ignacio Arsuaga durante una conferencia en plena calle en Palma / NC-Actuall

    Desde hace mes y medio las instituciones y la mayoría de los medios de comunicación de las Islas Baleares están haciendo anuncios apocalípticos sobre la posibilidad de que llegara a Mallorca el autobús de HazteOir.org.

    Cabe recordar, a los más despistados, que no han sido pocos los episodios de “apariciones” del autobús de HazteOir.org y las histerias colectivas.

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    Con Francina Armegol, presidenta del gobierno balear al frente, durante semanas se han multiplicado las voces que han tratado de censurar, amenazar y cercenar la libertad de expresión.

    Han intentado crear un ecosistema, un caldo de cultivo de opinión pública que hiciera la atmósfera irrespirable para la disidencia respecto a lo políticamente correcto. Lo han hecho por tierra, mar y aire.

    Y con dinero público. El Ayuntamiento de Palma ha ordenado poner la leyenda ‘Stop Transfobia’ en los autobuses de la Empresa Municipal de Transporte y ha colgado la bandera del movimiento transexual en el balcón del consistorio.

    Denuncias preventivas

    También ha utilizado a la Policía Municipal para que ponga una denuncia contra HazteOir.org antes de confirmar si el autobús llegaba por fin a la isla, o esperar a que, al menos, Ignacio Arsuaga pronunciara la conferencia prevista.

    El Gobierno autonómico, por su parte, ha registrado una denuncia por delitos de odio ante la Fiscalía por el mero hecho de anunciar una conferencia. Armengol, pocas horas de la llegada de Ignacio Arsuaga, desde su cuenta de Twitter, le ha colocado la diana:

    “Señores de Hazteoir.org. No sois bienvenidos a @iBalears. Vuestra intolerancia y odio choca con los principios básicos de nuestra sociedad”.

    El esfuerzo de los poderes fácticos de la isla para ejercer toda la presión institucional posible ha dado en parte sus frutos. El periplo para logar un lugar donde celebrar la conferencia es más propio de regímenes totalitarios o sociedades bajo el peso de la mafia.

    Como si Mallorca se hubiera transmutado en Sicilia y Vito Corleone desde su despacho, instigara con ofertas irrechazables de sobrasada y ensaimadas a sus secuaces

    Primero se reservó en el auditorio del Diario de Mallorca. Cuando conocieron el contenido de la conferencia, devolvieron la fianza. Desconozco el dinero que de forma directa o indirecta llega a las arcas del rotativo, pero sospecho que no me equivoco si digo que por ahí ha llegado la censura o, aún peor, la autocensura.

    El segundo paso fue contratar un local a una empresa especializada en organización de eventos. Un buen día, la Policía Local empezó a vallar los alrededores porque se había convocado una manifestación. Los dueños tuvieron miedo y se echaron para atrás.

    Y ahí estaba Arsuaga. Como un torero en la boca de riego esperando la embestida del buril de la intolerancia, pertrechado tan sólo con la muleta de la palabra

    La tercera opción fue un local mucho más pequeño, con menos comodidades y mayores limitaciones. Comenzaron las llamadas amenazantes al responsable, como si Mallorca se hubiera transmutado en Sicilia y Vito Corleone desde su despacho, instigara con ofertas irrechazables de sobrasada y ensaimadas a sus secuaces.

    El guionista de Braveheart puso en los labios de William Wallace la gloriosa frase: “Puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán la libertad”. De alguna forma, la conferencia de Arsuaga ha seguido un camino paralelo. “Puede que nos quiten los locales, pero jamás nos quitarán la libertad”.

    Así que la conferencia finalmente ha tenido lugar en la calle, con un megáfono, entre la gente. Y ahí estaba Arsuaga. Como un torero en la boca de riego esperando la embestida del burel de la intolerancia, pertrechado tan sólo con la muleta de la palabra.

    La realidad es que la asamblea de ulemas baleares ha decretado una fetua de ostracismo contra Ignacio Arsuaga

    Pensamiento casi único en los medios

    Ignacio Arsuaga tenía previsto realizar dos entrevistas radiofónicas en Mallorca. Sólo fue posible la primera, realizada en EsRadio. Por la tarde, se suspendió la segunda, prevista en Canal 4 Radio.

    Su director, Miguel Ángel Ariza, publicó frisando las 5 de la tarde un mensaje en Twitter agradeciendo que el programa hubiera “desistido de entrevistar a Ignacio Arsuaga”.

    No se recuerdan ocasiones en las que un medio de comunicación reconozca con tanto descaro la forma en que ha presionado a un periodista para que no realice una entrevista.

    La realidad es que la asamblea de ulemas baleares ha decretado una fetua de ostracismo contra Ignacio Arsuaga. Según parece, Ariza (abiertamente homosexual) ha dado la orden en Canal 4 Radio de censura contra un programa que tiene alquilado un tiempo de emisión.

    Arsuaga habla con una mujer transexual al acabar su conferencia
    Arsuaga habla con una mujer transexual al acabar su conferencia / NC

    Tanto promocionar su presencia en la isla a base de tuiteos, autobuses municipales, empleo de la fuerza pública, denuncias a la Fiscalía, etc. para luego amordazar su voz.

    Y así Mallorca se convirtió en Sicilia.

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    Nicolás de Cárdenas fue inoculado por el virus del periodismo de día, en el colegio, donde cada mañana leía en su puerta que “la verdad os hará libres”. Y de noche, devorando los tebeos de Tintín. Ha arribado en su periplo profesional a puertos periodísticos de papel, internet, televisión así como a asociaciones cívicas. Aspira a morir diciendo: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe".