Como ustedes sabrán a estas alturas, el célebre autobús de HazteOir.org que derramó tantos ríos de tinta y ocupó infinitas horas de televisión decía aquello de ‘Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen’. La historia la tienen en este enlace. Pero no se preocupen, no les voy a hablar del #HOBus por enésima vez sino de lo que denunciaba o pretendía denunciar: que la ideología LGTBI se está introduciendo los colegios de forma obligatoria al amparo de las leyes autonómicas que se han ido aprobando en la práctica totalidad de las comunidades autónomas de forma discreta y sin pedir al menos opinión a la comunidad educativa, es decir a educadores, titulares de los centros y padres.
Lo que les propongo es un acuerdo. Yo les cuento tres casos reales y documentados y ustedes opinan si hay adoctrinamiento escolar LGTBI en las aulas o no.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraCaso uno. El Centro de Formación del Profesorado de Cuevas-Olula (Almería) dependiente de la Junta de Andalucía proporciona a los centros escolares para los alumnos de Primaria (niños de 6 a 11 años) lo que llaman ‘Mochilas Viajeras por la Diversidad’. Lo cuenta el Diario de Almería y su propósito es loable: combatir la discriminación de los niños por razones de orientación sexual. Hasta ahí de acuerdo.
Pero resulta que te adentras en los materiales que alimentan ese proyecto financiado con nuestros impuestos y descubres que esta iniciativa se debe a Rocío Hernández, coordinadora a su vez de la página web www.ttransformando.com. ¿Qué objetivo tiene esta página? Proporcionar materiales y recursos para el trabajo de la diversidad afectivo-sexual, familiar, de identidad de género y el acoso escolar. En el currículum de la autora material e intelectual de este proyecto encontramos una frase lapidaria: “Formación en Masculinidades Trans”.
A los profesores de Primaria se les enseña que deben decir a los niños lo contrario de lo que dicen los libros de Biología
Pues en la web mencionada me he introducido para hacer este artículo porque, recuerden, quiero mostrarles tres ejemplos de adoctrinamiento sexual en la escuela. ¿Y qué ofrece esa dirección de internet? Pues bastantes recursos y materiales. Entre ellos, una publicación digital realizada por Chrisalys Euskal Herria (extremismo político e ideología LGTBI de nuevo juntas) que pueden ver aquí. Se titula el folletín ‘Chicas y chicos. Identidad y cuerpo’.
¿Y qué dice ese material? Por ejemplo, que “Los genitales de cada chica y de cada chico son diferentes. Hay penes y vulvas de todos los aspectos, como el resto de las partes del cuerpo, ¡claro! Y a veces también hay genitales que no se parecen ni a un pene ni a una vulva, o que se parecen a ambos”. Y a continuación, un jueguecito para que encuentren niños con vulva y niñas con pene. Este es el dibujo:
Es decir, que a los profesores de Primaria se les enseña que deben decir a los niños lo contrario de lo que dicen los libros de Biología. ¿Quién miente entonces? Ya lo decía el #HOBus: “Que no te engañen”.
Caso dos. Guía didáctica ‘Educar en la diversidad para la igualdad. ‘Pluraleando’ editada y difundida por el Gobierno de Canarias, concretamente la Consejería de Educación y Universidades. La tienen aquí. Está dirigida a niños de 3º y 4º de Primaria (6-8 años) e incluye fichas didácticas con actividades (juegos, talleres, dinámicas…) que pueden hacer los maestros con sus alumnos en el aula. Por ejemplo, una ficha lleva este encabezamiento: ‘Título de la situación de aprendizaje: El sexismo en el aula’. Y propone, entre otras tareas, “leer y comentar el cuento Mercedes quiere ser bombera.” Y después de leer el cuento se recomienda al educador que dedique tiempo a comentarlo con preguntas como esta: “¿La maternidad elegida y responsable es compartida o es sólo de las mujeres el cuidado y la atención?”. Vamos, lo que se llama una pregunta ideológicamente neutral realizada por un adulto a niños menores de diez años.
¿Encuentra usted lógico que para que su hijo de Primaria vaya de excursión al pueblo de al lado sea necesaria una autorización suya, firmada, y sin embargo nadie le cuente que un ‘colectivo’ LGTBI les imparte lecciones prácticas en el colegio?
Caso tres. “Lambda, colectivo de lesbianas, gays, trans y bisexuales” es la asociación que ofrece en la ciudad de Valencia, gracias al apoyo del Ayuntamiento, el Plan Diversia. Entre sus actividades, dirigidas a niños entre 5 y 11 años, un cuentacuentos y posterior debate (una hora y media). Objetivo explícito: “la deconstrucción de los estereotipos de género en la niñas y niños”. Después se llevarán a cabo actividades con los menores.
Pues ahí les he dejado tres ejemplos. Ahora les hago dos preguntas. Primera. ¿Hay un plan para introducir la ideología LGTBI en las aulas? Porque se hacen talleres, obritas de teatro y jueguecitos en los centros escolares al amparo de las leyes, en las instalaciones de colegios e institutos y pagando a activistas que las realizan. Eso es evidente y las pruebas son infinitas.
Segunda. ¿Encuentra usted lógico que para que su hijo de Primaria vaya de excursión al pueblo de al lado sea necesaria una autorización suya, firmada, y sin embargo nadie le cuente que un ‘colectivo’ LGTBI les imparte lecciones prácticas en el colegio?
Tercera. ¿Cuántos euros nos cuestan los jueguecitos ‘trans’, los cuentacuentos y las performances? Porque grátis no imparten talleres ni cuentan cuentos. Y la luz, el agua y el sueldo del vigilante, además de la subvención a estos ‘colectivos’ le aseguro que no sale del bolsillo de un mecenas sino del suyo y del mío.
La respuesta a esas tres preguntas, ustedes mísmos. Lo que nos estamos jugando ya no es la libertad de educación de los padres ni la libertad de expresión de un autobús. Lo que está en riesgo es mucho más: el desarrollo físico y emocional de los menores sin interferencias de activistas ni ideólogos. ¿Por qué no dejamos en paz a los niños?