El pasado 10 de julio fue hallado el cadáver de un hombre en el foso de uno de los ascensores del Hospital Universitario de la Paz en Madrid. Durante días, se especuló con los motivos que habían por los que Antonio había acabado sus días de forma tan trágica.
Las pesquisas policiales y periodísticas han dado con la clave de este caso semanas después: Antonio se suicidó porque se sentía abandonado por su entorno tras su divorcio. Y tanto, dado que nadie reclamó su cadáver.
Antonio no aguantó más el 2 de julio de 2018, justo un año después de que fuera detenido acusado de malos tatos en el ámbito doméstico. Denuncia que, como en tantos otros casos, se produjo en el proceso de divorcio.
En 2014, se registraron 3.910 decesos por suicidio y el 75% de ellos fue protagonizado por varones (2.938 hombres frente a 972 mujeres)
La Asociación Europea de Abogados de Familia ha denunciado que casos como el del «cadáver del ascensor» pone de relieve dos graves problemas sociales que estiman conveniente poner sobre la mesa.
En primer lugar, el hecho de que el suicidio sea la primera causa de muerte no natural (si se excluye la del aborto provocado, más de 2 millones desde 1985 según cifras oficiales). En 2014, se registraron 3.910 decesos por suicidio y el 75% de ellos fue protagonizado por varones (2.938 hombres frente a 972 mujeres).
En segundo lugar, la Asociación Europea de Abogados de Familia subraya que «la sociedad deja desprotegidos a los varones tras los procesos de separación y divorcio«. Esta circunstancia viene determinada por la Ley Integral de Medidas contra la Violencia de Género y la práctica judicial habitual que da «preferencia a los intereses de las mujeres frente alos hombres» en los procesos de ruptutra familiar.
Frustración, desamparo y abandono son algunos delos sentimientos que afectan a estos varones que no cuentan con «ningún recurso público, ni social ni sanitario» para superar una circunstancia vital ciertamente convulsa y difícil.
Así, la Asociación Europea de Abogados de Familia denuncia que «es frecuente que la justicia española actúe movida por el prejuicio, al considerar en todos los casos que la situación de desprotección es la protagonizada por la mujer».
Se propone la creación de un Instituto del Varón, que de forma similar al Instituto de la Mujer tenga por objetivo el fomento de la igualdad entre los sexos «facilitando las condiciones para la igualdad efectiva de los hombres en la vida familiar»
La desprotección también afecta a los hijos privados de la referencia paterna y a los hombres a quienes se les priva de determinados derechos antes incluso de que se celebren los juicios de separación y divorcio, como el derecho ala patria potestad, del que son excluidos con la mera denuncia de maltrato (sin necesidad de celebración de juicio).
Por todo ello, la Asociación Europea de Abogados de Familia propone a los poderes públicos que tomen con carácter de urgencia una serie de medidas entre las que se incluye un plan estatal de prevención del suicidio y la creación de un Observatorio contra el Suicidio que permita el estudio de las circunstancias socioculturales y familiares que rodean el suicidio.
Por otro lado, instan a la creación de una línea de atención telefónica a los varones que sufren procesos de ruptura familiar en la que puedan denunciar situaciones de desamparo.
En paralelo, se propone la creación de un Instituto del Varón, que de forma similar al Instituto de la Mujer tenga por objetivo el fomento de la igualdad entre los sexos «facilitando las condiciones para la igualdad efectiva de los hombres en la vida familiar» con especial incidencia en los ámbitos de mayor «victimización de los varones» dado que el 95% de los accidente de trabajo les afectan, el 75% de las víctimas de suicidio son varones y el 63% de los fallecimientos por homicidio también son de varones.
En último lugar, se proponer realizar campañas para superar la «puerta de cristal», un concepto novedoso que señala a la «barrera invisible que impide a los hombres, después de una separación o divorcio, dedicarse a la atención afectiva de sus hijos y de la vida doméstica con la misma intensidad con lo que hacían antes del proceso judicial».
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