Italia ha cubierto las estatuas con desnudos, pero se ha bajado los pantalones. Algunos de los tesoros de la cultura y el arte occidentales, como la Venus Capitolina, fueron tapados recientemente para no molestar al presidente de Irán, Rohani.
No es una anécdota, sino un «error trágico», como dijo el ministro de Bienes Culturales italiano. Es verdad que no se trata de una escamaruza sangrienta, con pérdidas humanas como en los atentados de París, pero sí una derrota simbólica de inquietantes consecuencias, en la medida en que demuestra el miedo y los complejos de la Vieja Europa ante el islam.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEstas son las cuatro razones por las que Europa se ha rendido sin presentar siquiera batalla.
- Porque no cree en sí misma.- No cree en su patrimonio cultural porque no cree en sí misma. Ni en sus raíces (grecolatinas y cristianas), ni en su pasado, ni en su legado cultural, que es la plasmación artística de su forma de ver la vida y de su concepción de la persona. La Venus Capitolina no sólo es una imperecedera obra de arte, copia romana del original del escultor griego Praxíteles (siglo IV a.C.), sino también una exaltación de la belleza del cuerpo humano, creado por Dios. Y una exaltación de la grandeza y la dignidad de la mujer, algo que el islam parece no tener tan claro.
Pero Occidente renuncia a ese legado y parece pedir perdón a los nuevos bárbaros en nombre de lo políticamente correcto.
- Porque no es capaz de denunciar la hipocresía del islam.– Los ayatolás no pueden ver desnudos ni en pintura –en este caso escultura-, pero en Irán usan a la mujer como objeto sexual. No hay más que ver la diferencia entre el estatus que tenía la mujer en el Irán de la época del Sha (emancipada y universitaria) y la mujer después de la revolución del ayatolá Jomeini, en 1979, de negro y con la pata quebrada.
Se ofenden por la Venus en cueros, pero venden como esclavas sexuales a las mujeres que capturan en Siria
Los mismos islamistas que se ofenden por la Venus en cueros, venden como esclavas sexuales a las mujeres que capturan en las terribles razzias de Siria (el IS) o de África (Boko Haram). Pero Europa es incapaz de denunciar esa hipocresía y ese trato denigrante contra la dignidad de la mujer.
- Porque ha renunciado a exigir integración a los musulmanes.- Con la descolonización de los años 60, se inició un flujo de inmigrantes musulmanes a Europa (paquistaníes a Inglaterra, magrebíes a Francia, turcos a Alemania), que se incrementó cuando ésta dejó de tener hijos y necesitó mano de obra barata. Lo malo no es que haya alrededor de 20 millones de musulmanes en el Viejo Continente, sino que muchos de ellos no se hayan integrado y aceptado los valores culturales de Occidente, respetando los derechos humanos. Lo malo es que Europa permita el chador de las mujeres, la prédica del odio en las mezquitas, y la sharia o ley islámica en barrios de Londres o Colonia, donde la policía ni siquiera se atreve a entrar.
La UE ha confundido la tolerancia con la pusilanimidad ante quienes no están dispuestos a respetar los valores occidentales. Como dijo Giovanni Sartori, en su crítica del multiculturalismo, «si no se comparten los valores culturales, surgen los conflictos». Las violaciones masivas de Nochevieja y la tímida respuesta policial constituyen un ejemplo gráfico de la arrogancia de los musulmanes y la apática resignación de Europa respectivamente.
- Porque tiene miedo.- La antigua Roma dominaba el mundo porque sus legiones no temían la muerte; y la Europa cristiana extendió la fe, los derechos humanos y el progreso material por todo el globo porque despreciaba el peligro.
Pero el virus del relativismo ha minado las defensas de Europa y la ha llenado de complejos y miedos. A diferencia de los yihadistas que no tienen miedo a inmolarse. Y precisamente eso es lo que les convierte en invencibles.
Por eso Europa ni siquiera presenta batalla y se rinde antes incluso de que el enemigo ataque. Eso es lo que, de forma simbólica, ha hecho Italia al cubrir las estatuas. O lo que hace las autoridades de Alemania o Suecia al minimizar las violaciones masivas.
Lo peor de todo es que el enemigo ha tomado nota, el mismo que reclama Al Andalus, y que pretende acabar con los infieles.