
Esta semana han circulado por WhatsApp los vídeos grabados por feligreses en la catedral de Alcalá de Henares en los que se ve cómo un grupo LGTBI radical entra en el templo, insultando a los fieles que allí se encontraban y al obispo. Todo ello a raíz de una polémica que un medio de comunicación ha orquestado para tachar al prelado y al equipo de laicos que colabora con él de homófobos.
Sin duda, este grupo había llamado a los periodistas para que su ataque, que es un delito de odio, tenga más repercusión mediática. Pero ellos aparecen siempre como los defensores de la libertad, frente a los “retrógrados feligreses”.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora¿Qué libertad están pregonando cuando están irrumpiendo un templo, cuando están insultando, cuando están llamando fascistas a los creyentes que están allí? ¿Quiénes son los fascistas cuando, en un momento dado del vídeo, le dicen al chico que está grabando, que es extranjero: “Vete a tu país”?
Más bien estos grupos radicales no defienden la libertad, sino que son liberticidas, pero que cuentan con muy buena prensa. Porque, ya en demasiadas ocasiones, el derecho a la libertad religiosa se puede saltar a la torera cuando se trata de mofarse de los católicos.
En muy pocos medios se “colaron” las pintadas con las que feministas radicales “decoraron” algunos templos cristianos, y que se repiten año tras año
Algo parecido ha ocurrido durante el mes de marzo. Nos llenaron todos los telediarios y la prensa de noticias por el “Día de la mujer”, que pasó a ser el “Mes de la mujer”. Pero entre todas esas crónicas, en muy pocos medios se “colaron” las pintadas con las que feministas radicales “decoraron” algunos templos cristianos, y que se repiten año tras año.
Como en la Iglesia de Santa Mónica de Rivas Vaciamadrid y el colegio del mismo nombre, atacados periódicamente. Pero también ocurrió este 8M en la Parroquia de San Roque en Sevilla, en dos céntricas iglesias en Madrid (El Carmen y San Ginés) y en la misma catedral de Santiago. En Logroño, colocaron una pancarta abortista.
No solo atacaron templos, sino también una radio cristiana en Barcelona. Y de las palabras escritas a los actos violentos. En Valladolid, miembros de la CNT entraron en el Arzobispado para gritar contra la religión, mientras que, en la manifestación de Madrid, jóvenes estudiantes corearon “Vamos a quemar la Conferencia Episcopal”.
Casi el mismo número de casos que en 2018, cuando las feministas radicales atacaron 11 iglesias durante el 8M. Este año, desde el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia, avisamos tanto a la Policía como a la Guardia Civil, ya que son delitos de odio. Y también, a través de nota de prensa, a los medios para poner en preaviso antes de que volviera a ocurrir lo mismo que el año pasado. Sin embargo, solo Actuall y algunos confidenciales se han atrevido a publicarlo. ¿Quizás porque otros muchos temen que, si informan sobre estos ataques a la libertad religiosa, se acabe la buena prensa de estos grupos radicales liberticidas y haya consecuencias negativas para ellos?