Llega la Semana Santa y salen las procesiones al mismo ritmo que emerge el tic anticlerical con idéntica devoción. Muy claro debió verlo Agustín de Foxá: «Los españoles están condenados a ir siempre detrás de los curas, o con el cirio o con el garrote».
En tiempos de revisionismo lo mismo se exige la retirada de cualquier elemento decorativo que luce el paso de un Cristo o una Virgen que se rechaza que legionarios de Málaga visiten a ninos enfermos de cáncer en el hospital.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraNo es ningún secreto la devoción que despierta cada jueves Santo la procesión del Cristo de Mena en Málaga, popularmente conocido como el de la Legión. Por eso este año a algunos legionarios se les ocurrió llevar la Semana Santa a quienes no pueden -por enfermedad- seguirla en la calle.
Una idea criticada por Izquierda Unida, Podemos y Compromís. Este último incluso registró en el Senado una pregunta sobre la regulación de la presencia de la Legión y otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en las procesiones religiosas.
Niños agradecidos
Tras recorrer la planta de oncología los legionarios entonaron el ‘Novio de la muerte’ ante ninos en edad preescolar ingresados por diversos motivos como traumatismos o apendicitis. Lejos de perturbar a los pequeños, aquello les llenó de fuerza.
«Los ninos lo agradecieron mucho porque no pueden ir a la Semana Santa», declaró la responsable de la comisión de actividades lúdicas del hospital materno de Málaga.
Quizá para entender mucho de lo que hoy ocurre haya que remontarse a la Memoria Histórica, término que da nombre a la ley aprobada por Zapatero en 2005 con la que se pretende no sólo reescribir la historia, sino imponer una visión de España que, por supuesto, pasa por desterrar las tradiciones.
Queipo de Llano está enterrado en la basílica de La Macarena y da nombre a la hermandad de San Gonzalo, barrio que mandó construir él mismo tras la Guerra Civil
Ya lo advirtió Sánchez Drago a Actuall: un país sin tradiciones no es nada y un hombre sin tradiciones es un chimpancé. Y de entre todas, desde luego, ninguna como la Semana Santa, que recuerda a los españoles lo mucho que tienen en común.
Curiosamente en Sevilla hace años que los entusiastas de la corriente revisionista la han tomado con la Hermandad de la Macarena a propósito del fajín que el teniente general Gonzalo Queipo de Llano regaló a la Virgen.
No contentos con ello hay quien quiere sacar de la Basilica los restos del propio general, enterrado allí junto a su esposa. PSOE, IU y Podemos así lo pidieron en la moción presentada el pasado mes de julio en el Ayuntamiento hispalense.
También está allí enterrada su mujer, Genoveva Martí, que da nombre a Santa Genoveva, el barrio obrero levantado por Queipo tras la Guerra Civil. Por eso después de la Macarena le llegará el turno a la hermandad que lleva el nombre de la esposa del militar que sublevó Sevilla el 18 de julio de 1936.
El fajín del caudillo
Pero el propio teniente general sublevado en el bando franquista tiene una hermandad que lleva su nombre: San Gonzalo. En la zona más humilde de Triana, el Tardón también fue proyectado como lugar para edificar viviendas sociales. Fue Genoveva la que colocó la primera piedra en 1938. Años más tarde, en 1942, se fundaría la Hermandad.
Franco fue nombrado Hermano Mayor de la Sagrada Cena o El Santo Entierro, pero también de El Gran Poder y la Esperanza Macarena
Ahí no queda la cosa. En el año 2000 Carmen Franco Polo, única hija del dictador, donó un fajín de su padre a la Virgen de la Caridad de la Hermandad de El Baratillo de Sevilla.
En realidad la relación de Franco con la Semana Santa de Sevilla es muy estrecha. El jefe de Estado fue nombrado Hermano Mayor de la Sagrada Cena o El Santo Entierro, pero también de El Gran Poder y la Esperanza Macarena, las dos imágenes más veneradas de la ciudad.
Tampoco es un secreto la presencia de Franco en la coronación canónica de la Esperanza Macarena en el año 1964. O que en la Iglesia de los Terceros se exponga hoy el denominado «guión del caudillo».
Otra de las hermandades más populares de Sevilla y surgida en el siglo XX es La Paz, fundada por ex combatientes de la Guerra Civil y cuyos titulares tienen las advocaciones de Victoria y Paz. Y Santa Marta, de las más impresionantes del lunes Santo, tuvo como hermano mayor honorario al correspondiente ministro de Información y Turismo durante el franquismo.
Si la Memoria Histórica se pone en serio tampoco se salvaría la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura, de la que fue hermano José Antonio Primo de Rivera y que fue presidida por una representación del Movimiento, con uniforme y camisa azul, en recuerdo del ausente.