Merecía una película / Ramón Franco, el hermano rebelde del Caudillo y el vuelo del “Plus Ultra”

    Republicano, pinturero y masón. Y a la vez un héroe del Aire. Logró la gloria para España al hacer 10.270 kilómetros hasta América, junto con Ruiz de Alda, Durán y el mecanico Rada, a bordo del Plus Ultra. Ramón Franco (1896-1938), el hermano rebelde del general.

    0
    Ramón Franco y su amigo Julio Ruiz de Alda, a bordo del Dornier Wal
    Ramón Franco y su amigo Julio Ruiz de Alda, a bordo del Dornier Wal

    Escribe el marqués de Lozoya en su Historia de España que el 22 de enero de 1926, cuando despegó del puerto de Palos de la Frontera el Plus Ultra, nuestro país vivió con el vuelo de aquel hidroavion “los últimos momentos de un optimismo que en muchos años ya no sería posible”.

    Y puede que fueran los tiempos difíciles que sucedieron a aquel primer vuelo entre España y América con un solo aparato -el fin de la monarquía, la II República, la Guerra Civil…-, los que acabaron velando una proeza de la que pocos españoles de hoy en día tienen noticia.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

    Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

    Suscríbete ahora

    Los estudiantes, que en su camino a la Universidad Complutense pasan a diario por la plaza de la Moncloa de Madrid, nunca se detienen a admirar el monumento que allí recuerda al comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el cabo mecánico Pablo Rada, los tripulantes de aquel Dornier Do J Wal llamado a ser el primer aparato que cruzó el Atlántico sur desde Europa hasta América.

    Dotado con dos motores en tándem Napier Lion de 450 CV, era uno de los mejores aviones de su época. Capaz de desarrollar una velocidad de 185 kilómetros por hora, su envergadura alcazaba los 22 metros y medio; su longitud, 17 metros con 25 centímetros.

    Dibujo con detalles del Plus Ultra, con el que se cruzó por primera vez el Atlántico sin cambiar de avion
    Dibujo con detalles del Plus Ultra, con el que se cruzó por primera vez el Atlántico sin cambiar de avion

    Bien es cierto que, desde 1919, el Atlántico se había cruzado tres veces en dirigible y cuatro en aeroplano.

    Los portugueses Carlos Viegas Gago Coutinho y Artur de Sacadura Freire Cabral habían realizado una travesía meridional de semejante recorrido a la española en la primavera de 1922. Pero se habían valido para ella de tres aparatos diferentes. El gran mérito de Franco y sus compañeros fue cruzar el charco sin cambiar de avion.

    El Plus Ultra marcó con ello un hito en los raids aéreos que, desde el fin de la Gran Guerra -que tantos avances procuró a la aún incipiente aviación- venían llevando a los más audaces pilotos europeos y norteamericanos a los últimos confines de Asia, África y América.

    Fue con aquel vuelo cuando los españoles empezaron a mirar al cielo para aplaudir a sus primeros aviadores con el mismo júbilo que lo venían haciendo los franceses, los ingleses, los estadounidenses y el resto de las naciones que aclamaban a sus héroes del aire.

    Es una lástima que con todo el cine que han inspirado esos años heroicos de la aviación, el vuelo del Plus Ultra no haya merecido ninguna cinta. Por más que un título sobre esta hazaña hubiera podido integran un espléndido programa doble con El héroe solitario -la cinta que Billy Wilder dedicó en 1957 al vuelo que Charles Lindbergh (encarnado por James Stewart) realizó sin escalas entre Nueva York y París treinta años antes. Pero el caso es que los cineastas han mostrado la misma indiferencia que los historiadores extranjeros ante esta primera gloria de las alas españolas.

    No sería de extrañar que los adalides de la Memoria Histórica exigieran la demolición del monolito de Moncloa en la idea de que el comandante Franco, en la idea que el comandante tuviera algo que ver con el Régimen franquista

    Y no sería de extrañar que en su afán de arramblar con todos los monumentos levantados durante el franquismo -el que recuerda a nuestros aviadores fue alzado en 1951, con motivo del 25 aniversario de su gesta-, los adalides de la memoria histórica exigieran la demolición del monolito de Moncloa en la idea de que el comandante Franco, como el hermano de Francisco Franco que fue, tuvo algo que ver con la dictadura franquista.

    Para evitar tan craso error habrá que recordar que el comandante era masón y republicano. A diferencia de su hermano, el Generalísimo, que odiaba a unos y a otros.

    Ya que hablamos de películas, habrá que señalar que Pedro Churruca -el hermano díscolo interpretado por José Nieto en Raza, la película dirigida por José Luis Sáenz de Heredia en 1942 sobre un guion de Francisco Franco escrito con el seudónimo de Jaime de Andrade- es un trasunto de Ramón Franco.

    Bien es cierto que, como el mismo Pedro Churruca, Ramón Franco moriría mientras tras redimirse luchaba en el bando de los sublevados. Su hidroavion, cargado con cerca de mil kilos de bombas cayó en el Mediterráneo en octubre de 1938. Había despegado de la base de Pollensa (Mallorca), para bombardear unas posiciones republicanas de Valencia.

    Pero no lo es menos que el general Alfredo Kindelán, pionero de la aviación en España y fundador del Ejército del Aire, cuestionó a Francisco Franco su condescendencia sobre el pasado republicano de Ramón.

    Aquel derrotero fue tan pronunciado que en las elecciones generales de 1931 el comandante del Plus Ultra fue elegido diputado por el Partido Republicano Radical, pasando a integran el grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ni más ni menos.

    En aquel tiempo, preguntado por otros militares republicanos sobre su hermano mayor, Ramón solía responder: “Paco, por ambición sería capaz de asesinar a nuestro padre. Por presunción mataría a nuestra madre”.

    Parece ser que el pequeño de los Franco se pasó al bando de su hermano cuando supo que los republicanos habían asesinado a Julio Ruiz de Alda -uno de los fundadores de Falange, con quien mantuvo una gran amistad desde que cruzaron el Atlántico juntos-, en la matanza de la cárcel modelo de Madrid del 22 de agosto de 1936.

    Quedémonos por el momento con el Ramón Franco joven oficial de infantería, que es destinado como alumno de la escuela de Aeronáutica Militar. El Ejército del Aire aún estaba por poner en marcha por Kindelán y la aviación era un cuerpo de la infantería.

    Así fue el recorrido de la hazaña del Plus Ultra
    Así fue el recorrido de la hazaña del Plus Ultra

    Ya entonces, Ramón Franco soñaba con llevar a España a los grandes raids aéreos. Convertido en un héroe tras servir brillantemente dando cobertura a las unidades de tierra durante la guerra de África, Franco pudo poner en marcha su sueño.

    Corría 1925 cuando el Gobierno, habida cuenta de la eficacia de la aviación en el conflicto del Rif autorizó esos vuelos de prestigio que los primeros pilotos españoles venían demandando. Tras ampliar sus estudios de jefe de escuadrilla a comienzos de 1925 en la base de Cuatro Vientos, el comandante contempló varias rutas antes de decidirse por el vuelo a Buenos Aires.

    No fue baladí que el Plus Ultra despegase desde el mismo puerto del que, cinco siglos antes, Colón zarpó por primera vez hacia América. Como tampoco lo fue que el Dornier Do J Wal se elevase frente al monasterio de La Rábida para tomar su altura de crucero; y que amerizase en el Puerto de la Luz, de Las Palmas de Gran Canaria, ocho horas después.

    Con el objeto de aligerar peso, en Canarias se bajó el fotógrafo Leopoldo Alonso y regresó a la Península.

    La segunda etapa llevó a los aviadores a Porto Praia en Cabo Verde. De Porto Praia volaron hasta Noronba, ya en Brasil. Fue el tramo más largo: 2.305 kilómetros. Aunque contaron con el apoyo del destructor Alsedo y el crucero Blas de Lezo, el radiogoniómetro, utilizado entonces por primera vez, permitió al Plus Ultra mantener el rumbo al cruzar el Atlántico.

    De Noromba a Pernambuco, donde descansaron obligados por unas reparaciones que precisaba el aparato. Otra vez a punto, el hidroavion les llevó de Pernambuco a Río de Janeiro.

    Tan apoteósica fue la aclamación que le dispensaron los argentinos que Carlos Gardel dedicó un tango a los tres heroicos aviadores

    Desde esta última, entonces la capital de Brasil, volaron hasta Montevideo, donde amerizaron el 9 de febrero en loor de multitudes. Fue tan encendido el aplauso que dispensaron los rioplatenses a los españoles que la prensa de la época lo calificó de apoteósico. Ya el día 10 llegaron a Buenos Aires. El comandante Franco y sus compañeros acababan de recorrer 10.270 kilómetros.

    El Plus Ultra llegó a Buenos Aires
    El Plus Ultra llegó a Buenos Aires

    Si cabe, la aclamación popular que les dispensaron los argentinos fue aún mayor que la de los uruguayos. Hasta el punto de que Carlos Gardel les dedicó un tango. El gobierno español dispuso que el Plus Ultra se quedara en Buenos Aires, donde aún se recuerda el vuelo en un monumento alzado en la Costanera Sur de la Ciudad.

    En cuanto a España, la proeza fue un acicate al maltrecho orgullo nacional como en septiembre de 1925 lo había sido el desembarco de Alhucemas, principio del fin de la guerra de África.

    Quién sabe si esa notoria simpatía, que el general Franco sintió por los aviadores, no tenía su origen en la admiración que profesó a su hermano pequeño.

    Comentarios

    Comentarios

    Javier Memba (Madrid, 1959) es periodista y escritor con casi cuarenta años de experiencia. Colaborador habitual del "El Mundo ", tanto en este rotativo como en el resto de los medios donde ha publicado sus artículos ha demostrado un decidido interés por el cine. Ha dado a la estampa, entre otros volúmenes, La Nouvelle Vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), la Hammer (2008) o Historia del cine universal (2009).