Si alguien va a seguir en vivo la retransmisión de la entrega de los Oscar, y desea haber visto previamente todas las películas aspirantes a mejor título de 2015, este fin de semana tiene la opción de ponerse completamente al día, las dos que faltaban por estrenarse, Brooklyn y La habitación, han llegado por fin a las salas de cine. Marte (The Martian) y Mad Max: Road Fury incluso se encuentran disponibles en DVD y Blu-ray, y en plataformas digitales, mientras que El puente de los espías, La gran apuesta, Spotlight y El renacido continúan en estos momentos en cartel.
El lector puede preguntarse: ¿Las ocho películas merecen haber llegado a la recta final? Mi opinión es que sí, las ocho son obras logradas, de gran nivel, no puede decirse de ninguna de ellas que está muy por debajo del resto. Por supuesto se puede hablar de ausencias, y quizá Creed. La leyenda de Rocky y Star Wars. El despertar de la fuerza no tienen toda el protagonismo que merecerían, a la hora de dar opción de premio a alguna saga fílmica, la Academia se ha decantado por Mad Max: Road Fury.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl director de la anterior trilogía, el australiano George Miller, ha retomado su mundo postapocalíptico con singular fortuna y, en tiempos de preocupación por el cambio climático y falta de liderazgo mundial claro, el film ha resonado hondamente en los espectadores con su acción trepidante.
Es curioso, pero las cintas más optimistas parece que son las que menos opción tienen a ganar el Oscar a la mejor película. No deja de ser significativo que Ridley Scott y Steven Spielberg hayan quedado fuera de la competición por la estatuilla al mejor director. Siendo como son sus películas de realización impecable, quizá el problema estriba en que son demasiado idealistas y positivas para los tiempos oscuros que corren.
Marte (The Martian) nos cuenta una increíble historia de supervivencia en el Planeta Rojo, con buen humor y poniendo a mal tiempo buena cara, Matt Damon aguanta el tipo, mientras desde la Tierra tratan de echarle un cable para traerlo a casa de nuevo con vida. Y también El puente de los espías, basada en hechos reales, habla de traer a alguien a casa, el canje en plena guerra fría de un espía ruso por dos presos americanos, uno un simple estudiante que pasaba por ahí, gracias a la mediación de un auténtico y cotidiano héroe capriano con la cara de Tom Hanks, el abogado James Donovan.
A la hora de fijarse en los años 50, los Oscar se han decantado por las películas menos deprimentes, y que pueden llegar a un número mayor de espectadores. Además de El puente de los espías, tenemos Brooklyn, historia de una joven irlandesa que emigra a Estados Unidos en busca de una vida mejor, atravesada de romanticismo, luminosa, femenina, con una formidable Saoirse Ronan.
Se ha quedado fuera en cambio Carol, también ambientada en la misma época, este relato de amor lésbico basado en una novela de Patricia Highsmith. Sobrevalorada cinta con grandes actrices, Cate Blanchett y Rooney Mara, le pesa, lo mismo que a La chica danesa, su nada disimulada carga ideológica y, ¿cómo lo diría?, cierto cansinismo poco atractivo. De todos modos, tampoco el director de Brooklyn, John Crowley, ha sido nominado. Por así decir, los directores con alegre y despreocupado espíritu de “boy scout” han quedado descartados.
De modo que la idea es escoger la mejor película de entre varias que han dibujado lacras diversas de nuestro mundo. Y ahí tenemos Spotlight, cinta vibrante sobre el periodismo de investigación que busca la verdad a toda costa, pero tal verdad es dolorosa, nos referimos a los abusos sexuales perpetrados por parte del clero de la diócesis de Boston y del encubrimiento de sus dimensiones por algunos miembros de la jerarquía.
‘La gran apuesta’ quizá es la única que puede hacer sombra a la favorita
Es una película interesante, rigurosa en líneas generales, pero desde luego triste, más para los que nos confesamos católicos, no se puede disfrutar viendo los pecados de quienes deberían haber sido ejemplares. También tenemos La gran apuesta, didáctica, original y tragicómica explicación de los excesos que llevaron a la crisis financiera de 2008, a través de algunas personas que la vieron venir, y que quizá es la única película que puede hacer sombra a la favorita, de la que me ocuparé en las líneas finales de este artículo.
La sorpresa entre las ocho finalistas nominadas es seguramente La habitación, a la que hay que reconocer un intrigante entramado narrativo, con la solidez del hierro, que va poco a poco desplegándose mientras vemos a una mujer y a su pequeño hijo encerrados en la habitación del título, sin tener claro por qué ni desde cuándo se encuentran en tal situación. El contraste de la opresiva atmósfera claustrofóbica con el pasaje en que se permite respirar al espectador es notable, un momento verdaderamente mágico. Brie Larson es la favorita al Oscar a la mejor actriz, pero la verdad es que el nino Jacob Tremblay está también fantástico.
Y llegamos a la favorita, El renacido. ¡Tiene tantos elementos a favor para el triunfo final! Es la película que tiene más nominaciones, doce, y todo el mundo está de acuerdo en que si Leonardo DiCaprio no gana, se habrá cometido una gran injusticia con un actor que se entrega del todo. Además es una película sobre la frontera, tema tan querido en Estados Unidos. Y aunque cruda y violenta, también se mueve en otra frontera, la de la idea que atraviesa este artículo, el enfrentamiento entre cintas optimistas, frente a las que pintan un panorama algo desolador.
El trampero Hugh Glass es un superviviente, como Mad Max y el único habitante de Marte. Superviviente al abrazo del oso, y a la acción, peor, de un ser humano, la duda que surge es si sabrá ir más allá del afán de venganza.
Con el marco incomparable de una naturaleza de belleza infinita, el film de Alejandro González Iñárritu lo tiene todo para triunfar: la temática encaja con los anhelos del hombre contemporáneo y encima tiene diversidad por partida doble, cineasta mexicano tras el proyecto y descripción del sufrimiento de los nativoamericanos.
La única pega para el triunfo, que Iñárritu ya ganó el año pasado con Birdman, hasta podría ser una ventaja, a todos nos gustan los récords y curiosidades, y que el mismo cineasta gane dos años seguidos –y el director de fotografía tres– no deja de ser uno de esos datos que recogerán los prontuarios de anécdotas que suelen acompañar anualmente a la entrega de los premios de cine más populares del mundo.