El domingo 15 de noviembre tuve el honor de marchar por la vida junto a Lourdes Méndez Monasterio, Javier Puente y José Eugenio Azpiroz, que acudieron en representación de los algunos diputados y senadores del Partido Popular que han sido fieles a su palabra. Representaban a los que han sido coherentes, ya no sólo con su compromiso electoral sino con su conciencia. Hace dos días cenamos con ellos en un acto de homenaje organizado por Profesionales por la Ética.
Estaban tranquilos, se les veía en los ojos, y además lo decían. Dormían bien, se les veía con paz, a pesar de haber sido eliminados de las listas, y todos sabemos por qué. Pero allí estaban convencidos de haber hecho lo que debían.
Me pregunto si otros diputados que dicen defender el derecho a la vida del concebido pueden decir igual de claro que han actuado en conciencia. Me refiero a aquellos que, pudiendo hablar callaron.
Basta con que los padres dejen abortar a su hija para que este muera sin tener ninguna opción
Dicen que ellos también son provida, y no lo niego. Que han votado a favor de una restricción del aborto. No es verdad. Con la nueva reforma la vida del concebido sigue totalmente desprotegida. Basta con que los padres dejen abortar a la menor para que este muera sin tener ninguna opción.
Dicen que desde dentro pueden hacer muchas cosas. Me pregunto cuándo van a empezar, porque hasta ahora, o no han hecho nada, o lo que han hecho ha sido contraproducente a la vista de los resultados.
Si hubieran votado más diputados en contra de la mini reforma tal vez hubieran podido cambiar las cosas
Ellos pudieron hablar y han callado. Ellos pudieron hacer y no han hecho. Uno de los diputados decapitados se lamentaba de que, si hubieran sido algunos más, hubieran podido cambiar las cosas. La unión hace la fuerza.
El otro día estuve con una persona de las que pudiendo hablar callaron que me comentó lo guapa que me veía. Y a renglón seguido dijo que iba a tener que dejar la política para tener tiempo y conservarse igual de bien. Le agradecí el piropo, no sin antes hacerle ver que si estaba así tal vez era por dormir tranquila todas las noches. Eso sí, después de intentar llevar adelante mi trabajo hospitalario, mi labor en Derecho a Vivir y el cuidado de mi casa y mi familia.
No sé si estar en política desgasta tanto como llevar adelante una casa, una familia, un trabajo de hospital y la coordinación de una plataforma provida. Lo que sí sé es que tengo la conciencia tranquila por lo que hago, y estoy segura de que eso ayuda a conservarse bien. Los diputados provida valientes lo saben bien, y tal vez por eso el otro día en la cena estaban tan guapos.
Desde aquí mi más sincera enhorabuena.
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