El presidente del Partido Popular, que basó buena parte de su campaña electoral interna en la reivindicación de valores abandonados traicionados y abandonados por sus predecesores, no ha tardado ni 48 horas en caer en algunos de esos errores que algunos votantes y buena parte de lso militantes han reprochado.
Tres han sido las entrevista radiofónicas que ha encadenado este lunes entre las 8 y las 9 de la mañana. Primero, en COPE, con Carlos Herrera, donde apenas han pasado de puntillas por los asuntos de calado relativos a la familia y la defensa de la vida humana. Después, en EsRadio, donde ha reiterado que los ejes de su propuesta electoral en la carrera presidencial «no son de derechas ni de izquierdas, sino transversales».
A la tercera fue la vencida. En Onda Cero, de la mano de Carlos Alsina, Arcadi Espada ha sido quien ha acertado con la pregunta directa sobre la eutanasia y el aborto.
Respecto a los intentos de lagalización de la eutanasia activa, Casado ha recordado el desastroso resultado que leyes de este tenor han tenido en los Países Bajos o el Reino Unido. Y ha recordado, sin citarlos, los casos de Charlie Gard y Alfie Evans, en los que se negó a los padres su derecho a pelear con todas sus fuerzas por sus hijos. Con total seguridad, la propia experiencia vital de Casado, le ha marcado en este sentido.
Así, el nuevo presidente del Partido Popular ha apoyado la legislación vigente en las comunidades autónomas sobre testamento vital y evitamiento de la distanasia o encarnizamiento terapéutico.
Respecto al aborto, recordó que el PP recurrió la ley de plazos aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero, pero olvidó que, una vez prometida una reforma legal «para la protección de la maternidad», su predecesor -entonces con mayoría absoluta- decidió escurrirla por el sumidero político.
Y concluyó que su postura sobre la ley del aborto es la que sigue: «El consenso de la ley de 1985, que fue respetada por Aznar, es suficiente» para añadir a continuación que los plazos de la ley Aído (2010) le resultan «excesivos»; que considera progresista defender la vida humana; que es necesario potenciar la natalidad más aún en un contexto de «invierno demográfico»; y que hay que lograr que ninguna mujer «se vea en el abismo de elegir» el aborto pot cuestiones económicas o sociales.
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