La actriz americana Alyssa Milano ha convocado una «huelga de sexo» para protestar contra una nueva ley que prohíbe el aborto provocado cuando puede oírse el latido del niño, promulgada en el estado de Georgia, EEUU.
Our reproductive rights are being erased.
Until women have legal control over our own bodies we just cannot risk pregnancy.
JOIN ME by not having sex until we get bodily autonomy back.
I’m calling for a #SexStrike. Pass it on. pic.twitter.com/uOgN4FKwpg
— Alyssa Milano (@Alyssa_Milano) May 11, 2019
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora“Están eliminando nuestros derechos reproductivos”, dice la actriz en una comentadísima intervención en la red social Twitter. “Hasta que las mujeres tengan control sobre sus propios cuerpos no podemos arriesgarnos a un embarazo. UNÍOS A MÍ no manteniendo relaciones sexuales hasta que volvamos a tener autonomía corporal. Estoy convocando una #HuelgaSexual. Pásalo”.
Veamos. Una diva de Hollywood está pidiendo a las mujeres que no tengan sexo para luchar contra las restricciones al aborto. Las derivadas de este mensaje son tantas que no sé si podré citarlas todas, no digo desarrollarlas en lo que valen.
‘Derechos reproductivos’ es el penúltimo eufemismo cobarde para ocultar la macabra realidad: el derecho a matar a tu hijo antes de que nazca
Primero, el lenguaje del ‘alegato’. “Derechos reproductivos”: ¿puede haber expresión más estúpida? ¿Qué es eso de los ‘derechos reproductivos’? ¿Reproducirse es un derecho? No, naturalmente. Así de memoria se me ocurren unos cuantos a los que veo pocas probabilidades de ejercerlo.
Pero, claro, ‘derechos reproductivos’ es el penúltimo eufemismo estúpido y cobarde para ocultar la triste y macabra realidad: el derecho a matar a tu hijo antes de que nazca. No hay más, igual que ‘control de natalidad’ significa controlar para que no haya natalidad. Aborrezco esos subterfugios para almas envilecidas.
Luego, ese “arriesgarnos a un embarazo”. Cada vez oímos y leemos con más naturalidad hablar del embarazo -es decir, del procedimiento por el que todos hemos llegado a este valle de lágrimas- como de una enfermedad y del niño en el vientre de su madre como un parásito o un tumor. Por eso se habla de ‘sexo seguro’ para referirse al sexo que impide la finalidad habitual y natural del sexo, que es lo mismo que llamar “alimentación segura” a comer y vomitar antes de que el alimento llegue al estómago.
Ver a una actriz de Hollywood, la fábrica de la degeneración occidental, fomentando la castidad es demasiado bueno para creérselo
Pero me voy a quedar con la fantástica paradoja: promover la castidad para promocionar el aborto. A ver, Alyssa, bonita, cómo te lo cuento: ¿quieres que las mujeres que no desean quedarse embarazadas no se vayan acostando con los hombres si ponen restricciones legales al aborto? ¿Dónde dices que hay que firmar? Desde aquí quiero animar a todas mis lectoras solteras a que sigan el espléndido liderazgo de la Milano. Lo dice una ‘celebrity’ de la gran pantalla, ¿quién podría contradecirla?
Ver a una actriz de Hollywood, la fábrica de la degeneración occidental, fomentando la castidad es demasiado bueno para creérselo. ¡Adelante, chicas empoderadas, dejad de acostaros con el primero que pasa, así aprenderán estos cristianos retrógrados! No sé, corazón, pero creo que tu plan tiene algún fallo, dale una vuelta.
Pero no molestemos al enemigo cuando nos la pone como a Felipe II. Con un poco de suerte acabarán entendiendo que la responsabilidad personal es la mejor manera de evitar embarazos no deseados.
Y otra cosa, otro tiro que le ha salido por la culata, imagino que inadvertidamente. Alyssa Milano está usando el sexo como un arma, como una herramienta de presión. O, lo que es lo mismo, está admitiendo a voces lo que el feminismo y la progresía en general lleva décadas negando y atacando: que las mujeres son las guardianas del sexo, igual que los hombres lo son del compromiso. Milano sabe -aunque, naturalmente, le caería la del pulpo si lo expresa sin subterfugios- que una huelga así sería eficaz, o podría ser eficaz, porque el impulso sexual es fundamentalmente distinto entre hombres y mujeres. Ellos piden, nosotras concedemos o negamos. Así ha sido siempre, y así, como admite tácitamente la Milano, sigue siendo.
Lo que hacía tan incómoda y desasosegante toda la polémica del #MeToo es que todo el mundo tenía en la cabeza algo que hoy ni siquiera se puede verbalizar sin que a una la acusen de todo y por su orden, a saber: que hay mujeres que se sirven de su atractivo sexual para conseguir cosas, ya sea un papel en una película o una promoción en la empresa.
Aquí tenemos a una famosa de cine abortista y tan progresista como se estila en ese mundillo usando el sexo como un arma
Es de esas cosas que todos sabemos, de las que la historia está llena, pero que hay que fingir que son mentiras, aunque solo en la vida pública, porque en nuestra vida personal somos muy conscientes de ellas.
Así que, por resumir, aquí tenemos a una famosa de cine abortista y tan progresista como se estila en ese mundillo proponiendo la castidad más absoluta y usando el sexo como un arma, reconociendo así implícitamente que la actitud de ambos sexos con respecto a este asunto es fundamentalmente diferente. Y todo para presionar contra los cristianos conservadores. La verdad, te tienes que reír.