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EEUU: Cómo ganar la batalla al aborto por la vía administrativa

Mapa aborto en EEUU/Fuente: Guttmacher Institute

Por tercera vez, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ‘escucha’ el tema del aborto.

Así lo confirmó el alto tribunal el viernes 13 de noviembre cuando comunicaba que decidiría sobre el recurso que plantean los abortistas contra dos leyes del estado de Texas, que a su juicio limitarán gravemente la práctica del aborto en ese estado y que están siendo ‘copiadas’ por otros.

No es un asunto menor, del fallo que conoceremos a principio del verano de 2016 dependerá la orientación de la lucha por la vida en la próxima década.

La primera vez que el aborto llegó al Supremo en 1973, Roe v. Wade, no sólo se reconoció el derecho a disponer de la vida de otro ser humano antes de su primer llanto, también se le hurtó a la soberanía popular y a cualquier Administración la capacidad de proteger a los bebés en el seno materno y a los Estados de la Unión el poder de legislar a favor de la vida.

El movimiento provida en Estados Unidos orientó sus esfuerzos entre otras cosas a:

Los éxitos en estos tres frentes son evidentes, desde el ámbito cultural o asistencial al político y judicial.

Así en 1992 el Tribunal Supremo se vio obligado a escuchar el segundo gran caso sobre el aborto, Planned Parenthood v. Casey y, aunque mantuvo en la sentencia de 1973 se reconoció un cierto margen de maniobra a las legislaturas de cada Estado, en orden a dictar restricciones al aborto fallando a favor del Estado de Pennsylvania en el establecimiento de la obligatoriedad de un periodo de reflexión previo al aborto y a facilitar los medios adecuados e información para que la madre tomase la decisión.

Aquella sentencia dio esperanza en la revocación de Roe v. Wade, la batalla iba a ser larga pero se ganará, porque hay batalla. Las cabezas y los corazones empezaban a cambiar.

En 2007, en Gonzales v. Carhart, el Supremo declaraba válida la ley federal que prohibía el ‘aborto por nacimiento parcial’, desdiciéndose de su sentencia del año 2000.

De este modo en paralelo a otras iniciativas que tienen la finalidad de conseguir el aborto cero en Estados Unidos, muchos gobernadores, ‘representantes’, alcaldes, aun no pudiendo legalmente abolir el aborto están contribuyendo a salvar vidas por ‘la vía administrativa’.

Han sido aprobadas 231 leyes provida, más de la mitad de EEUU protege la vida del feto y en 27 estados hay fuertes restricciones al aborto

En enero de 2015 el abortista el Instituto Guttmacher alertaba en su informe anual de que ya había «27 Estados hostiles al aborto, de los cuales 18 eran muy hostiles«, señalando que entre 2010 y 2014:

El número de abortos ha disminuido considerablemente, y el de la clínicas abortistas más aún. Por ejemplo:

El gobernador Rick Perry contra el aborto

Bajo el mandato del gobernador de Texas, Rick Perry, se promulgaron dos leyes restrictivas del aborto que han sido paralizadas y activadas sucesivamente por tribunales menores.

La primera que los centros en los que se practican abortos tengan que cumplir las mismas normas que el resto de centros médicos; y la segunda que las mujeres que desean abortar deben hacerse una ecografía ultrasónica 24 horas antes. De entrar en vigor estas leyes, para empezar, cerrarían inmediatamente 30 de las 40 clínicas abortistas.

EL exgorbernador de Texas, Rick Perry /Fuente:EFE

Ahora el asunto llega al Tribunal Supremo, y más allá del caso concreto está en juego la capacidad que tendrán en el futuro los políticos para seguir ‘legislando’ en contra del aborto, aunque sea ‘de este modo’.

Uno no deja de sentir cierta envidia del compromiso real por la vida de los políticos –y especialmente de los ciudadanos que les votan-, porque cuando se quiere, se puede.

Uno no puede dejar de preguntarse, ¿qué político ha actuado así en España?

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