Cecile Richards, presidenta de la International Planned Parenthood Federation, la mayor multinacional abortista del planeta, ha anunciado recientemente que abanadonará el puesto a lo largo de 2018 «después de 18 años increíbles».
En efecto, la sucesora de la eugenésica, racista y antinatalista Margaret Sanger, llegó a la dirección de Planned Parenthood hace casi dos décadas. Pero, ¿realmente han sido increíbles?
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa analista de Alliance Defending Freedom Marissa Mayer ha elaborado una lista de los cinco mayores escándalos que han jalonado los años de Richards al frente de la maquinaria abortista más destructiva del planeta.
1.- El mercado negro de partes de bebés abortados
Sin duda alguna, lo que más escándalo ha producido en los últimos años ha sido la revelacion, a través del trabajo encubierto del Center for Medical Progress dirigido por David Daleiden, del mercado negro de partes de bebés abortados que se esconde tras Planned Parenthood.
Ver a los miembros de la multinacional abortista poniendo precio a un cerebro o un pulmón de nonato, tratando sobre el grado de «frescor» en el que lo podían entregar («¿Quiere el cerebro fresco o congelado?«), o explicando cómo modifican el tipo de técnica para matar al bebé en función de la demanda de tal o cual órgano ha supuesto un terremoto mediático y social sin precedentes.
Mientras que David Daleiden ha sorteado prácticamente todas las trabas judiciales a las que se enfrenta por su trabajo de investigación, Planned Parenthood está bajo la lupa del FBI y algunas de las empresas que se beneficiaban del ‘mercado secundario y negro’ de tejidos fetales y órganos de nonatos abortados han tenido que cerrar.
2.- Demandas por el fraude en el uso de fondos públicos
En 2013 Planned Parenthood fue condenada a pagar indemnizaciones milllonarias debido a que fue juzgada por tener innumerables reclamaciones «falsificadas o fraudulentas» de reembolso de fondos a través del sistema Medicaid.
El debate sobre el uso de los fondos públicos por parte de Planned Parenthood (entorno a los 500 millones de dólares anuales sólo del erario federal) ha sido uno de los temas más candentes de los últimos años.
Tanto así que se convirtió durante la última campaña electoral en uno de los asuntos más relevantes, hasta el punto de que una de las primeras medidas adoptadas por el presidente Donald Trump fue cumplir con su promesa de retirar parte de la financiación a Planned Parenthood con la reactivación de la llamada Política de Ciudad de México.
3.- Ocultamiento de casos de abuso sexual a menores
Planned Parenthood tiene la obligación legal de dar parte a la policía cuando sospeche que alguna de las mujeres o chicas que les requieren para abortar puedan haber sido objeto de abuso sexual o explotación, mucho más si se trata de menores.
En el año 2015 Alliance Defend Freedom publicó un informe que revelaba cómo Planned Parenthood había actuado de forma irregular en este tipo de situaciones en sus establecimientos de Alabama, Arizona, California, Colorado, connecticut, Minnesota y Ohio.
Dicho informe estaba basado en una investigación de Live Action en la que se puede comprobar en vídeo cómo al menos en ocho negocios de Planned Parenthood se encubrían casos de presunto abuso sexual en seis diferentes estados.
«Si hay algo que la sórdida historia de Planned Parenthood nos dice es que el gigante del aborto nunca está lejos de un escándalo», sentencia Mayer
4.- Connivencia con legisladores para promover castigos a los activistas provida
Hablar de la maquinaria política de Planned Parenthod no es una exageración. No en vano, durante la pasada campaña electoral para la Presidencia de los Estados Unidos la connivencia económica y política entre Cecile Richards y Hillary Clinton fue patente.
Ese apoyo mutuo es la imagen icónica de una práctica habitual de Planned Parenthood tanto a nivel federal como estatal. Por ejemplo, en el estado de California Planned Parenthood patrocinó junto al fiscal general Kamala Harris una normativa según la cual se prohibía la publicación de conversaciones privadas de empresarios del aborto.
Se trataba de una norma absolutamente innecesaria, pues la divulgación de conversaciones privadas en general ya estaba establecida, pero que suponía un agravamiento de las penas y un blindaje privilegiado al negocio de aborto.
Asimismo, Planned Parenthood ha promovido leyes que tratan de perseguir o torpedear la actividad de los centros de ayuda a la mujer con orientación provida como en Illinois, Hawaii, Maryland, Nueva York, Texas y California. Estas leyes inconstitucionales, por ejemplo trataban de forzar a estas instituciones a publicitar en sus instalaciones a la industria del aborto.
La mayoría de estas leyes han sido tumbadas en los juzgados gracias a la labor de Alliance Defending Freedom, salvo la de California que será revisada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos el próximo mes de marzo.
5.- Mentiras sobre cuidado prenatal y mamografías
Si Planned Parenthood no escondía lo que significa el aborto en sus inicios («mata la vida de un bebé» y «es pelibroso») desde hace años ha tratado de esconder la realidad de su negocio, dando una mayor relevancia en sus comunicaciones públicas a los «cuidados prenatales» o a la realización de mamografías.
Sin embargo, pese a que en la mayoría de las páginas web de los establecimientos de Planned Parenthood se ofrecían estos servicios, en la práctica casi ninguno realiza mamografías ni ofrece recursos médicos durante el embarazo.
Cuando esta mentira reiterada fue expuesta a través del trabajo de denuncia de las organizaciones provida, Planned Parenthood retiró de su páginas web la oferta de supuestos servicios de cuidado prenatal y mamografías.
Como explica Marissa Mayer, aún no están del todo claras las razones de la anunciada dimisión de Cecile Richards. ¿Tal vez aspira a cotas políticas de altos vuelos? No se sabe aún. Pero «si hay algo que la sórdida historia de Planned Parenthood nos dice es que el gigante del aborto nunca está lejos de un escándalo», sentencia Mayer.